Gema Lorente Martín
La ciencia política, como ciencia que es, debe afrontar la realidad en la que nos encontramos y por tanto los problemas que surgen en torno a ella, encuentra en la mujer una realidad que debe ser afrontada y resuelta desde esta disciplina. Su peso, cada vez es mayor en muchos países, pero no en todos.
Jugando con las palabras de Clara Campoamor en su libro “El voto femenino y yo”, han sido muchas las mujeres que en política han tenido un peso relevante, como votante y como votada.
La ciencia política, como ciencia que es, debe afrontar la realidad en la que nos encontramos y por tanto los problemas que surgen en torno a ella, encuentra en la mujer una realidad que debe ser afrontada y resuelta desde esta disciplina.
En todo país democrático que se precie, la presencia de la mujer en política es clave. Y la calidad y cantidad de esta presencia hará que una democracia sea realmente representativa o no y que las decisiones públicas y políticas tengan una repercusión positiva o por el contrario negativa.
Una democracia representativa, entendida como imagen de la sociedad a la que representa, debe tener en cuenta que la mujer es el 50% de la sociedad (variando este dato de un país a otro, pero sin perder de vista que en circunstancias demográficas normales es aproximadamente la mitad su población), por lo que la mujer debe estar representada y tener participación activa en la toma de decisiones que atañen al conjunto de la población, siendo un agente activo de cambio en sociedades donde la mujer aún no posee esta capacidad de representación.
El promedio mundial de mujeres en Parlamentos de diferentes países en todo el mundo es del 19,1%. En cuanto a la participación de la mujer en política, hay que destacar que el 7,2% de los países tienen Jefas de Estado y el 5,7% Jefas de Gobierno
De hecho, si se hace un análisis macro de la situación de la presencia de la mujer en política, los datos son esperanzadores. En el año 2017, el promedio mundial de mujeres en Parlamentos de diferentes países en todo el mundo fue del 19,1%. En cuanto a la participación de la mujer en política, hay que destacar que el 7,2% de los países tienen Jefas de Estado y el 5,7% Jefas de Gobierno (Alemania, Bangladesh, Chile, Croacia, Estonia, Islas Marshall, Liberia, Lituania, Malta, Mauricio, Namibia, Nepal, Noruega, Polonia, Reino Unido, República de Corea y Suiza).
¿Por qué la mujer no tiene presencia pública en determinados países?
Pero si hacemos análisis micro a determinados países donde la mujer no tiene reconocidos sus derechos fundamentales, se aprecia que uno de los indicadores que primero destacan es la poca presencia de la mujer en el ámbito público. Y más en concreto en puestos políticos decisivos, siendo tres los motivos que hacen que esto se produzca:
– Una cultura discriminatoria con la mujer en lo social y, por ende, en lo político.
– Ausencia de programas que garanticen la participación de la mujer en la vida política.
– El tardío acceso de la mujer a las esferas públicas de la sociedad.
La mujer, a lo largo de la historia, se ha ido integrando en campos tradicionalmente masculinizados. Uno de ellos es política, donde ocupan no solamente puestos de dirección en partidos políticos como cabeza de partido o ejerciendo un claro liderazgo, sino que las listas electoras cada vez más buscan y tienden a la paridad (entendida como que uno de los sexos esté representado como mínimo en un 40%). Esto conlleva un cambio y una importante reflexión sobre la necesidad de la presencia de la mujer en política y en la toma de decisiones.
No solo en temas propiamente de mujer, sino a nivel genérico, a sabiendas de que hay que captar un voto de mujeres que buscan este compromiso político con ellas y de hombres que entienden que la mujer es un elemento indispensable en el buen gobierno de un país con una democracia representativa real.
De esta manera, todo gobierno moderno que se precie analizará de una forma integral y transversal aspectos que antes estaban encasillados como “temas de mujeres” y “temas de hombres”, especialmente en cuanto a campañas electorales se refería.
La Constitución española sí defiende la igualdad
En España, que ratificó en 1983 la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer aprobada en 1979 en Nueva York, existe el compromiso de defensa y trabajo por los derechos de la mujer, especialmente desde el ámbito político. Influenciados por el trabajo que a nivel internacional se llevan a cabo desde la perspectiva de mujer y a los que estamos vinculados por dicha ratificación, hay que destacar en la actualidad los siguientes aspectos:
Demográficos: Necesidad del estudio de la presencia de la mujer en la sociedad, analizando y velando por que sus necesidades estén cubiertas, especialmente en grupos vulnerables (aquellos que por edad, por poseer alguna discapacidad, o por ser de algún grupo minoritario haya que tener especial cuidado).
Desde la Conferencia Internacional de la Mujer de Pekín de 1995, uno de los aspectos prioritarios en este sentido es el trabajo que ha de realizarse sobre la niña como indicador de desarrollo con resultados fiables a largo plazo.
Igualdad y no discriminación: Siendo nuestro garante legal la comúnmente conocida como Ley de Igualdad3 la búsqueda de igualdad entre mujeres y hombres es el principal objetivo que actualmente sigue nuestra agenda política, en concreto desde el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, y de forma interministerial en todos consejos específicos de mujer.
La igualdad, aunque múltiples ámbitos sobre los que ser aplicada, tiene su base constitucional en el artículo 14 de nuestra Constitución
“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”
De especial preocupación y por ratificación internacional, desde el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, y el Instituto de la Mujer, se busca la igualdad de oportunidades y no discriminación en el ámbito laboral, la igualdad de trato y no discriminación, igualdad en cuanto acceso a recursos y en todos los ámbitos en los que la mujer esté discriminada por el hecho de ser mujer.
Además, aspectos como la conciliación, al corresponsabilidad, la familia, o la maternidad están especialmente recogidos en este marco jurídico, como aspectos en los que la mujer en determinadas situaciones puede verse especialmente discriminada (especialmente en el ámbito laboral)
La violencia de género: no pudiendo dejar de mencionar el actual Pacto de Estado contra la Violencia de Género recientemente aprobado y que contempla más de 200 iniciativas a implementar para erradicar la violencia de género.
Acceso a recursos básicos como educación, cultura, sanidad o recursos económicos como indispensables para una situación de igualdad y de mejora en espacios económicamente deprimidos, siendo la feminización de la pobreza un ciclo en el que la mujer es especialmente vulnerable, y en sociedades en la que la igualdad no será posible si el acceso a recursos no es igualitario.
La presencia y visualización de la mujer en el ámbito público, en medios de comunicación o en la toma de decisiones (presencia de mujeres en consejos de dirección de empresas privadas, pero también presencia cada vez mayor en ámbitos decisorios como puede ser en el ámbito político) forman parte igualmente del objetivo político actual.
Por todo esto, la presencia de la mujer en política es necesaria y su estudio y conocimiento desde las facultades de ciencias políticas garantizarán una sociedad igualitaria y justa para todos.
- Grado en Derecho y Ciencias Políticas