Lorena Varela
Es la práctica que llevan a cabo determinados Estados, corporaciones y asociaciones que utilizan mecanismos de neutralización para blanquear su imagen frente a escándalos comprometedores y situaciones ilícitas.
Los Estados y empresas menos comprometidos en la lucha contra la corrupción carecen de sistemas de prevención y represión sólidos de esta lacra. Sus políticas y normativas anticorrupción son débiles, deficitarias o directamente no existen. El problema que presentan estos Estados y empresas para la comunidad internacional, tanto en el plano público como en el plano privado en el mercado, es que desde su incumplimiento en la lucha contra la corrupción realizan campañas falsas a su favor, que encubren su responsabilidad política, social y jurídica, difícil de detectar e investigar.
El postureo ético ante la comunidad internacional
Algunos Estados, corporaciones y asociaciones utilizan mecanismos de neutralización de los efectos de la corrupción para su imagen, marca o prestigio. El whitewashing consiste en este tipo de mecanismo en virtud del cual se “blanquea”, se “aclara” o se “lava” una situación comprometida o una persona involucrada en tramas o casos de corrupción y sobornos.
Al igual que la conocida táctica del greenwashing, ecopostureo o ecoimpostura, en la arena política existe también una terminología para ocultar o limpiar negocios ilícitos o bien para simular una imagen íntegra y proba. Como es sabido, el greenwashing es una estrategia de publicidad o marketing para aparentar valores ecológicos y sostenibles en campañas de productos, servicios o edificaciones sustancialmente opuestas a estos valores.
Las prácticas de ecopostureo son propias de una falsa sostenibilidad comunes en un mundo cada vez más concientizado por la protección del medio ambiente, donde las empresas o gobiernos fingen promover determinados principios o realizan un lavado de imagen de sus políticas para poder de este modo captar la atención de su público objetivo, los consumidores o los ciudadanos.
Dentro de las campañas de lucha contra la corrupción a la política de ‘eticopostureo’ o de lavado de imagen se la denomina whitewashing, la cual hace referencia a las acciones de maquillaje que los agentes del sector público y del sector privado realizan dentro de sus planes de acción anticorrupción.
Como ‘eticoimpostura’, este tipo de estrategia se materializa en políticas, prácticas o leyes anticorrupción insustanciales, superficiales y efímeras, que promueven y defienden una falsa cultura de la integridad, pero que son pura fachada.
El wthitewashing se presenta, por ejemplo, en leyes de transparencia o leyes de protección al informante de la corrupción, que no se reglamentan ni tampoco implementan; no se constituye la autoridad ni el mecanismo de seguimiento, no se cumplimenta con los objetivos de publicitar los actos de gobierno en los portales o sitios oficiales, no se disciplinan ni sancionan los comportamientos de incumplimiento de las normas, etcétera. No obstante, de cara a la comunidad internacional y ante los Estados y corporaciones en red, las entidades públicas y privadas aparentan la observancia de los compromisos anticorrupción, llegando en casos extremos a presentar una rendición de cuentas falsas, fraudulentas y desleales.
El whitewashing también puede presentarse como táctica propagandística para lavar la imagen de un Estado, un gobierno, empresa o persona. En resumen, el verbo “blanquear” en este contexto se utiliza tanto para fingir una buena imagen, impostándola como para encubrir la realidad que desfavorece (no, en cambio, para transparentar lo oculto, sino para “pintar de blanco algo sucio”).
Lavado de imagen y blanqueo de reputaciones
Muchos Estados del mundo realizan blanqueo de reputaciones de sus funcionarios cleptócratas de alto nivel (Cooley, Heathshaw y Sharman, 2018) y emprenden campañas costosas para vincularlos a acciones y misiones loables después de un escándalo de corrupción. Esta forma desleal de encubrimiento y protección de tramas criminales dentro del propio gobierno, en complicidad con empresas y gobiernos afines, distorsiona y erosiona los valores democráticos de los Estados de derecho y entorpece seriamente el cobro de responsabilidades y la recuperación de activos y bienes mal habidos.
La cleptocracia contemporánea opera por medio de la ayuda de profesionales intermediarios y la industria de la imagen con sus gerentes y asesores de imagen personal, corporativa o política para el caso de los gobiernos. Los profesionales intermediarios, que van desde abogados y economistas hasta publicistas y periodistas, trabajan para construir una imagen respetable e influyente del cleptócrata, desvinculando de su perfil los negocios opacos e ilícitos y vinculando la participación en organismos de la gobernanza global y de ONG para hacerlos pasar como “filántropos cosmopolitas” o promotores de la democracia y de la anticorrupción.
Este tipo de redes entre cleptócratas, guardianes, facilitadores y organismos internacionales ha dado lugar a lo que se denomina una “sociedad incivil transnacional” (Cooley, Heathshaw y Sharman, 2018, pp. 39-40), abiertamente impune, que atenta directamente contra todos los esfuerzos que se realizan para combatir la corrupción, la criminalidad organizada y los negocios ilícitos transnacionales.
En otras palabras, el lavado de imagen o lavado de reputación consiste en minimizar o anular las huellas de la corrupción, las pruebas de la misma y el autoritarismo en el país de origen, reposicionando a la persona pública como un ciudadano global comprometido con las causas más nobles en materia de medio ambiente, derechos humanos y corrupción (Cooley, Heathshaw y Sharman, 2018), lo que resulta en un verdadero montaje pernicioso para el interés público.
Por eso mismo, las estrategias de whitewashing son una forma de corrupción, son formas de acción a su favor, son estrategias procorrupción por medio de las cuales se procura encubrir, ocultar o disfrazar la corrupción, permitiendo su mantenimiento, propagación, expansión e impunidad.
Lo que queda por hacer y lo qué estamos haciendo desde el MAPC
En nuestro Máster Universitario en Análisis y Prevención de la Corrupción, la enseñanza de las estrategias y los estándares anticorrupción en el sector público y en el privado constituyen uno de los aspectos nucleares de la formación de los futuros líderes, agentes y gestores de la ética y la integridad en la lucha contra la corrupción; figura que los Estados de derecho y empresas de la familia iberoamericana vienen demandando cada vez más para alistarse en las filas de la cruzada global contra la corrupción.
(*) Lorena Varela es directora académica del Máster Universitario en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR.
Fuentes:
- COOLEY, Alexander/HEATHERSHAW, John/SHARMAN, J.C., “The rise of kleptocracy: laundering cash, whitewashing reputations”, Journal of Democracy, v. 29, nº 1, 2018, pp. 39-53.
Consulta los artículos de la serie:
Esta es la vigesimocuarta entrega del Abecedario de la Corrupción, una serie de artículos que la directora académica del Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR, Lorena Varela, publica cada mes en torno a temas de actualidad política mundial y corrupción. Cada titular comienza por una letra del abecedario: enero por la a, febrero por la b, marzo por la c… Así hasta completar las 27 letras del alfabeto.
- Enero: Agenda 2030: la UNIR fortalece su compromiso con la ONU desde la lucha contra la corrupción.
- Febrero: Botar prácticas corruptas del poder electoral.
- Marzo: Canales de denuncia de la corrupción.
- Abril: Del cabildeo y las puertas giratorias como prácticas de corrupción.
- Mayo: Ética: una disciplina de moda en un mundo donde la corrupción está al alza.
- Junio: Fiscalías contra la corrupción.
- Julio: Gobernanza global y corrupción.
- Agosto: ‘Habemus corruptio’.
- Septiembre: Intereses en conflicto y riesgo de corrupción.
- Octubre: Justicia transparente contra la corrupción.
- Noviembre: ‘Kickback’: ¿sobornos penales o comisiones legales?
- Diciembre: ‘Lawfare’: batalla jurídica y corrupción
- Enero: Medidas de regulación, gobernabilidad y represivas contra la corrupción
- Febrero: Nepotismo como fuente de corrupción.
- Marzo: Ñagazas contra la corrupción: el agente encubierto.
- Abril: Obstrucción a la justicia como delito de corrupción.
- Mayo: Practicar lo que se predica: el liderazgo ético como freno a la corrupción.
- Junio: ¿Qué es la corrupción?
- Julio: Recuperación de activos como bastión contra la corrupción.
- Agosto: ¿Sesgos políticos en favor de la impunidad de la corrupción pública?
- Septiembre: Transparencia: un mecanismo anticorrupción eficaz.
- Octubre: Unidos contra la corrupción: una misión universal.
- Noviembre: Versión 2.0 de la Agenda 2030 contra la corrupción.
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