Lorena Varela
Cuando se quiere conocer el ADN de un hecho de corrupción, normalmente, nos enfrentamos a una incógnita por cuanto se desconocen los verdaderos gestores de la trama, las últimas finalidades perseguidas, los motivos inspiradores o los vínculos y redes de influencia.
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Cualquier acto de corrupción pública implica un intercambio de favores y de beneficios. La relación sinalagmática de la corrupción se alimenta de dos actores: uno que da y otro que recibe, o uno que ofrece y otro que acepta. Ambas partes buscan satisfacer un interés propio por medio del soborno como negocio rentable.
Aun cuando los sobornos pueden referirse a la concesión de beneficios legales -por ejemplo, para obtener contratos públicos- (Rose-Ackerman, 1999), el mecanismo de acceso y asignación empleados tornan criminal la forma y sustancia del proceso al convertirlo en una venta de poder, monetizando de manera ilícita la función pública.
La fórmula de la corrupción
Las causas de la corrupción pública son variadas y multifacéticas y se manifiestan en todos los espacios, sectores y escenarios de la vida social. Hace un tiempo, el profesor Robert Klitgaard (2008) propuso la fórmula de la corrupción para describir los indicadores que concurren en todo hecho o práctica de corrupción. Para este autor la Corrupción es igual a Monopolio más Discrecionalidad menos Rendición de cuentas (C=M+D-R), es decir, la corrupción se presenta cuando se produce una concentración de poder y discrecionalidad abusiva (arbitrariedad) en su ejercicio sin que existan mecanismos de control ni de rendición de cuentas por la gestión.
Es decir, la autoridad o servidor público que en el ámbito de su función ejerce un poder ilimitado y descontrolado, sin ningún tipo de seguimiento, monitorización ni fiscalización, conduce al abuso desleal de las misiones encomendadas en provecho propio o de terceros. Igual desproporción y abuso de poder se presenta ante la existencia de mecanismos simbólicos de control y rendición de cuentas, que son solo pantallas formales defraudatorias de la finalidad y espíritu de la ley.
La letra de la corrupción
Para todas aquellas situaciones o ideas desconocidas el acervo popular emplea la letra ‘x’. También en matemáticas se emplea la letra x para hacer referencia a una variable indefinida o incógnita de un cálculo o ecuación. El Diccionario de la Real Academia Española enseña en la tercera acepción de la consonante x, que se trata de un “signo que, en un escrito, sustituye el nombre propio de una persona, bien porque se ignore o porque se quiera ocultar” y en la acepción sexta la ‘x’ se refiere a lo no especificado o no determinado.
Sea como fuera, ‘x’ se emplea para figurar algo anónimo, oculto o desconocido. Cuando se quiere averiguar o se quiere conocer el ADN de un hecho de corrupción, normalmente, nos enfrentamos a una incógnita, a una ‘x’, por cuanto se desconocen los verdaderos gestores de la trama, las últimas finalidades perseguidas, los reales motivos inspiradores, los canales de protección empleados, los vínculos y redes de influencia, etcétera.
Los grandes hechos de corrupción se conocen en un espectro muy minúsculo, como la punta de un témpano, que para desmantelarlos y desvelar su completo alcance resulta necesario recurrir a técnicas especiales y a mecanismos sofisticados de investigación. Para anticiparse a la ‘x’ (a la causa desconocida) que genera la corrupción deben contemplarse todos los mecanismos de neutralización de todos los posibles escenarios conocidos y por conocer de prácticas prohibidas.
El riesgo de corrupción como posibilidad de abusar o desviar el poder público en favor propio se evita a partir de canales de prevención e inocuización. Entre estos instrumentos se encuentran los recursos legales de la regulación del conflicto de intereses, de los grupos de presión, de los buzones de denuncia y del régimen de incompatibilidades, así como los recursos operacionales de rendición de cuentas y de programas de cumplimiento normativo (Nieto Martín, 2014).
El ‘public compliance program’ en acción
Los programas de cumplimiento normativo aplicados en el sector público forman parte de las actuales estrategias anticorrupción de algunos Estados. Al igual que para las empresas, los compliance program son la estructura en la cual se incardinan las pautas de comportamiento ético de los funcionarios públicos, así como la serie de medidas de seguimiento y control interno de la función pública según la materia: urbanismo, contratación pública, subvenciones y los principios rectores de transparencia, integridad y buena gobernanza, solo por mencionar algunos.
En el marco de actuación de las Administraciones públicas contemporáneas urge la necesidad de implementar claros protocolos de detección de espacios de riesgo de corrupción para blindarlos con mecanismos de prevención temprana y para garantizar el saneamiento de funcionarios deshonestos a través de un régimen disciplinario previo a la responsabilidad penal como lo son ya algunos planes estratégicos anticorrupción implementados por Estados, municipios o gobiernos locales, o los planes antifraude, planes de integridad y otros tantos modelos y sistemas de gestión de la corrupción (Darnaculleta Gardella, 2022).
Lo que queda por hacer y lo que estamos haciendo desde el MAPC
Para nuestro Máster Universitario en Análisis y Prevención de la Corrupción la enseñanza de las estrategias y los estándares anticorrupción en el sector público constituye uno de los aspectos nucleares de la formación de los futuros líderes, agentes y gestores de la ética y la integridad en la lucha contra la corrupción; figura que los Estados de derecho y empresas de la familia iberoamericana vienen demandando cada vez más para alistarse en las filas de esta cruzada global contra la corrupción.
(*) Lorena Varela es directora académica del MU en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR.
Fuentes:
- DARNACULLETA GARDELLA, M. Mercè, “Planes antifraude, integridad y compliance de las entidades locales”, Anuario de Derecho Municipal, nº 16, 2022, pp. 47-76.
- KLITGAARD, Robert, “A Holistic Approach to the Fight against Corruption”, Retrieved June, Nº 14, 2008, pp. 1-7.
- NIETO MARTÍN, Adán, “De la ética pública al public compliance sobre la prevención de la corrupción en las administraciones públicas”, Nieto Martín/Maroto Calatayud (dirs.), Public compliance: prevención de la corrupción en administraciones públicas y partidos políticos, 2014, pp. 17-42.
- ROSE-ACKERMAN, Susan, “Corrupción y economía global”, Isonomía. Revista de Teoría y Filosofía del Derecho, núm. 10, 1999, pp. 51-82.
Consulta los artículos de la serie:
Esta es la vigesimoquina entrega del Abecedario de la Corrupción, una serie de artículos que la directora académica del Máster en Análisis y Prevención de la Corrupción de UNIR, Lorena Varela, publica cada mes en torno a temas de actualidad política mundial y corrupción. Cada titular comienza por una letra del abecedario: enero por la a, febrero por la b, marzo por la c… Así hasta completar las 27 letras del alfabeto.
- Enero: Agenda 2030: la UNIR fortalece su compromiso con la ONU desde la lucha contra la corrupción.
- Febrero: Botar prácticas corruptas del poder electoral.
- Marzo: Canales de denuncia de la corrupción.
- Abril: Del cabildeo y las puertas giratorias como prácticas de corrupción.
- Mayo: Ética: una disciplina de moda en un mundo donde la corrupción está al alza.
- Junio: Fiscalías contra la corrupción.
- Julio: Gobernanza global y corrupción.
- Agosto: ‘Habemus corruptio’.
- Septiembre: Intereses en conflicto y riesgo de corrupción.
- Octubre: Justicia transparente contra la corrupción.
- Noviembre: ‘Kickback’: ¿sobornos penales o comisiones legales?
- Diciembre: ‘Lawfare’: batalla jurídica y corrupción
- Enero: Medidas de regulación, gobernabilidad y represivas contra la corrupción
- Febrero: Nepotismo como fuente de corrupción.
- Marzo: Ñagazas contra la corrupción: el agente encubierto.
- Abril: Obstrucción a la justicia como delito de corrupción.
- Mayo: Practicar lo que se predica: el liderazgo ético como freno a la corrupción.
- Junio: ¿Qué es la corrupción?
- Julio: Recuperación de activos como bastión contra la corrupción.
- Agosto: ¿Sesgos políticos en favor de la impunidad de la corrupción pública?
- Septiembre: Transparencia: un mecanismo anticorrupción eficaz.
- Octubre: Unidos contra la corrupción: una misión universal.
- Noviembre: Versión 2.0 de la Agenda 2030 contra la corrupción.
- Diciembre: ‘Whitewashing’: otra forma (sibilina) de corrupción.
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