UNIR Revista
Existen multitud de actividades para estimular la psicomotricidad infantil. En UNIR abordamos algunas de estas actividades para que las pongas en práctica.
Mens sana in corpore sano. Esta frase podría definir la importancia que tiene el buen desarrollo de la psicomotricidad en los niños. Es por ello, de hecho, que existen multitud de actividades para estimular la psicomotricidad infantil. En UNIR abordamos algunas de estas actividades para que las pongas en práctica.
La psicomotricidad es la técnica que ayuda a niños y bebés a dominar sus movimientos corporales de una forma sana, así como a mejorar su relación y comunicación con los demás. El principal beneficio que tiene la psicomotricidad en la etapa infantil es el fortalecimiento de la salud física y mental del escolar. Se habla de psicomotricidad infantil hasta la edad de los 7 años.
Importancia de la psicomotricidad infantil
Potenciar y trabajar la psicomotricidad en la etapa infantil y, sobre todo, de 0 a 3 años, es vital en el desarrollo motriz, cognitivo, comunicativo y afectivo. No hay que olvidar que niños y niñas crecen, juegan y aprenden mediante su relación con los demás y por medio del movimiento.
Los psicólogos infantiles inciden en que los componentes de las habilidades motrices, entre otras, son la constancia, la resistencia, la fuerza y dosificación de la energía, la agilidad, la coordinación, el control del cuerpo, la velocidad y capacidad de respuesta y el equilibrio. No todos los niños tienen las mismas habilidades motrices: cada uno destaca en unos aspectos determinados.
Los maestros son fundamentales en el desarrollo de la psicomotricidad del alumno. Estos deben ser capaces de detectar cuál es el punto fuerte y débil de cada niño y, partiendo de ahí, acompañarlo, estimularlo y darle las herramientas necesarias para que desarrolle sus capacidades. Los profesionales nunca deben subestimar a los niños ni “tirar la toalla”; siempre hay que seducirlos y sugerirles actividades estimulantes para darles confianza.
Tipos de psicomotricidad infantil y actividades para estimularla
Hay dos tipos de psicomotricidad en la etapa infantil dentro y fuera del aula:
- Psicomotricidad fina: tareas pequeñas y delicadas que se pueden hacer con los dedos o con músculos faciales, como coger cosas, hablar, pintar, hacer la pinza con los dedos de las manos, etc.
- Psicomotricidad gruesa: movimientos grandes del cuerpo, como correr, saltar, jugar a la pelota, etc. Se desarrolla desde la cabeza hasta los pies.
Ejemplos de actividades para estimular la motricidad fina:
- Preparar un bote y hacer agujeros en la tapa para que los niños se entretengan en poner dentro bastoncillos de los oídos.
- En una bandeja colocamos nueces o pompones de diferentes tamaños que habrá que coger con unas pinzas para moverlas de sitio.
- Colocar pajitas de colores dentro de los agujeros de un colador o de un recipiente con aberturas.
- Coger tapones de corcho y ponerlos dentro de un bote.
- Dibujar con el dedo sobre una superficie llena de chocolate.
- Sobre una cubeta de arena, marcar la huella de las manos o de los pies.
- Realizar figuras de plastilina.
Ejemplos de actividades para estimular la motricidad gruesa:
- Colocar unos aros en el suelo para que salten de uno a otro.
- Hacer un circuito en el suelo con cinta de carrocero por la que deberán intentar caminar.
- Coger unos cojines grandes para que los niños suban y bajen. Esto les ayudará a coger tono muscular y fortalecer las piernas.
- Saltar y bailar de forma enérgica con diferentes ritmos.
- En el exterior se pueden realizar muchas actividades, como jugar a la rayuela, organizar circuitos con ruedas de coches o troncos, saltar a la comba, subir y bajar escaleras, encestar pelotas…
Estos son solo algunos ejemplos de actividades para la psicomotricidad en la etapa infantil, algo fundamental para la madurez física y psíquica de los niños. Por eso los maestros deben contar con recursos varios para estimularla y trabajarla de forma divertida y adaptada a sus capacidades.
- Grado en Educación Infantil