Patricia Solís García
Necesitamos comprender el alcance de esta problemática y buscar soluciones para proteger a nuestra juventud de los peligros que se esconden detrás de una adicción que va a más y puede afectar a la salud de los adolescentes.
En la última década, el consumo de cigarrillos electrónicos ha experimentado un alarmante aumento entre los adolescentes. Estos dispositivos, inicialmente promocionados como una alternativa más segura al tabaco convencional, se han convertido en una preocupante tendencia entre la población juvenil.
En este artículo, nos adentraremos en el mundo de los cigarrillos electrónicos y exploraremos las estadísticas de consumo y las consecuencias que su uso desmedido puede acarrear para la salud de los adolescentes. Es crucial comprender el alcance de esta problemática y buscar soluciones para proteger a nuestra juventud de los peligros que se esconden detrás de esta creciente adicción.
¿Qué datos de consumo tenemos?
Según el Informe 2023 sobre Alcohol, Tabaco y Drogas ilegales en España, elaborado cada año por el Observatorio Español sobre las Drogas y las Adicciones (OEDA), el 54,6% de los estudiantes de edades comprendidas entre los 14 y los 18 años ha probado los cigarrillos electrónicos al menos una vez en su vida. Esto supone un incremento de 10,3 puntos porcentuales respecto al dato de 2021, y sitúa el uso de estos dispositivos en el punto más alto de la serie histórica, siendo una cifra alarmante.
Las chicas han disparado su consumo de cigarrillos electrónicos frente a los chicos.
Existe una diferencia en la prevalencia de consumo entre los géneros. Se ha notado un aumento significativo en la prevalencia de esta sustancia entre las alumnas, con un incremento de 15,1 puntos porcentuales con respecto al dato de 2021, mientras que entre los alumnos este aumento ha sido de 5,6 puntos porcentuales en comparación con 2021. Este es el primer registro en el que se observa un consumo superior entre las chicas que entre los chicos desde que se comenzó a analizar esta sustancia. Es fundamental abordar este problema de manera integral y continua.
Además, se ha observado que el consumo de cigarrillos electrónicos aumenta a medida que los adolescentes van cumpliendo años. La prevalencia más alta se registra a los 18 años, con un 65,8% en hombres y un 66,3% en mujeres. Este dato revela la necesidad de intervenir tempranamente y promover estrategias de prevención adecuadas en las diferentes etapas del desarrollo adolescente.
Es preocupante que solo un 8,5% de aquellos que han utilizado cigarrillos electrónicos manifiesten que su intención era reducir o incluso dejar de fumar tabaco. Esto sugiere que muchos jóvenes no perciben los cigarrillos electrónicos como una alternativa para abandonar el consumo de tabaco, sino como una práctica adicional.
El tipo de cartucho más utilizado por los adolescentes que vapean es el que no contiene nicotina, con un 54,7% de preferencia. Sin embargo, aproximadamente un 42,8% prefiere los cartuchos con nicotina y un 2,9% utiliza ambos tipos de cartuchos o líquidos. Se observa que los chicos tienen un mayor porcentaje de consumo de cartuchos sin nicotina, siendo casi dos de cada tres los que realizan este tipo de consumo.
El consumo de cigarrillos electrónicos aumenta a medida que los adolescentes van cumpliendo años.
Es clave señalar la relación entre el consumo de tabaco y cigarrillos electrónicos. Más del 77% de los estudiantes que han fumado tabaco también han vapeado en los diferentes periodos temporales analizados. Esta relación es aún más evidente en aquellos que fuman tabaco diariamente, donde el 87,8% también ha consumido cigarrillos electrónicos. Asimismo, se observa que aproximadamente el 40% de los fumadores de tabaco ha utilizado cigarrillos electrónicos con nicotina.
El consumo de cigarrillos electrónicos también está relacionado con el consumo de cannabis. El 78,7% de los estudiantes que han consumido cannabis alguna vez en su vida también han admitido haber fumado cigarrillos electrónicos en algún momento. La percepción de riesgo asociada al consumo de tabaco y cannabis es más baja entre aquellos que han vapeado alguna vez en comparación con aquellos que nunca han utilizado cigarrillos electrónicos.
Además, se observa que los estudiantes que han utilizado cigarrillos electrónicos consideran que el acceso a sustancias como el tabaco o el cannabis es más sencillo en comparación con aquellos que nunca han vapeado. El 95,5% de los que han fumado con dispositivos electrónicos reconocen la facilidad para conseguir tabaco, mientras que entre los que no lo han hecho, esa disponibilidad se sitúa por debajo, en un 88,2%. En cuanto al cannabis, el 76,0% de los que han vapeado alguna vez considera que podría conseguirlo sin problemas.
Ante estos datos, resulta evidente la necesidad de abordar el aumento del consumo de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes y las consecuencias asociadas a esta práctica. Además de implementar políticas de prevención y regulación más estrictas, es fundamental promover la educación y concienciación sobre los riesgos que implica el consumo de cigarrillos electrónicos, tanto a corto como a largo plazo. Solo a través de un enfoque integral y una colaboración entre los diferentes actores involucrados podremos proteger la salud y el bienestar de los jóvenes y frenar esta preocupante tendencia.
¿Qué riesgos físicos y psicológicos entraña en adolescentes?
El consumo de cigarrillos electrónicos en adolescentes conlleva diversos riesgos físicos y psicológicos que deben ser tomados en cuenta. Aunque algunos pueden considerarlos una alternativa más segura que los cigarrillos tradicionales, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
Riesgos físicos:
- Efectos respiratorios: Los cigarrillos electrónicos contienen sustancias químicas y partículas finas que pueden irritar los pulmones y causar problemas respiratorios como tos, sibilancias y dificultad para respirar. Algunos estudios sugieren que el vapeo puede dañar los tejidos pulmonares y aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias.
- Exposición a productos químicos nocivos: Aunque los cigarrillos electrónicos no producen humo de tabaco, sí liberan sustancias químicas tóxicas como nicotina, formaldehído y metales pesados. Estas sustancias pueden tener efectos perjudiciales para la salud a largo plazo.
- Problemas cardiovasculares: El consumo de cigarrillos electrónicos puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Riesgos psicológicos:
- Adicción a la nicotina: La mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva. El consumo habitual puede llevar a la dependencia y hacer que los adolescentes tengan dificultades para dejar de fumar en el futuro.
- Impacto en el desarrollo cerebral: Los cerebros de los adolescentes están en pleno desarrollo y son especialmente vulnerables a los efectos de la nicotina. El consumo de cigarrillos electrónicos puede interferir en el desarrollo normal del cerebro, afectando las funciones cognitivas y el control de impulsos.
- Influencia en la conducta y la salud mental: Existe evidencia de que el consumo de cigarrillos electrónicos está asociado con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Además, algunos estudios sugieren que el vapeo puede llevar a conductas de riesgo y un mayor consumo de sustancias adictivas.
Es importante destacar que los riesgos del consumo de cigarrillos electrónicos en adolescentes aún están siendo investigados, y se requiere de más evidencia científica para comprender completamente sus efectos a largo plazo. Sin embargo, los datos actuales sugieren que el vapeo no es inofensivo y puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental de los jóvenes. Por lo tanto, es fundamental promover la prevención y la educación sobre los riesgos asociados con el consumo de cigarrillos electrónicos, así como proporcionar recursos y apoyo adecuados para aquellos que deseen dejar de fumar.
(*) Patricia Solís García es la directora del Máster en Atención Educativa y Prevención de Conductas Adictivas en Niños y Adolescentes de UNIR.
Consulta aquí el informe:
Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. ESTUDES 2023.
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