UNIR Revista
Fomentar la lectura desde pequeños es una idea excelente. En UNIR abordamos las claves de la animación a la lectura en infantil y primaria.
La clave para conseguir que los pequeños se conviertan en grandes lectores comienza por despertar su curiosidad por los libros. Los programas y actividades de animación a la lectura pretenden exactamente eso: acercar al alumno las maravillosas historias que encierran los libros, que aprenda a amarlos y a cuidarlos, y en definitiva: fomentar el hábito de lectura desde una perspectiva lúdica, alejada de la mera obligación.
Beneficios de la lectura
¿Por qué conformarse con vivir una sola vida si podemos vivir millones a través de los libros? La lectura no es solo una mera herramienta para almacenar conocimiento e información. Es un pasaje para descubrir nuevos mundos, un potente estímulo para activar la creatividad en los niños y el desarrollo cognitivo.
A través de los cuentos y libros, el niño aprende valores y normas sociales. Descubre de una manera natural a dar significado a las emociones, a las suyas y las de los otros. En otras palabras: leer estimula también su inteligencia emocional, se aprende a empatizar. Pero, sobre todo, un sólido hábito de lectura mejora significativamente las capacidades lingüísticas y comunicativas del niño: su vocabulario es más rico, muestra mejor expresión oral y escrita, mejora su comprensión y le empuja a la reflexión. De ahí que en el contenido curricular de los grados de Educación Infantil y Primaria y, especialmente en los másteres en Didáctica de la Lengua en Educación Infantil y Primaria, se incluya el diseño e implantación de programas de animación a la lectura en el aula para una completa formación de los docentes.
Del hábito de la lectura al abandono
A pesar de que la motivación por leer no es algo innato en todos los alumnos, en los últimos años se ha observado que desde el propio seno de la familia se fomenta el hábito lector en los más pequeños.
Según el último estudio sobre hábitos de lectura y compra de libros de la Federación de Gremios de Editores de España, en 3 de 4 hogares con niños menores de 6 años las familias leen a sus hijos habitualmente. Una afición que un 85,3 % sigue alimentando de manera autónoma dentro y fuera de la escuela. El tiempo de lectura semanal supera las tres horas. Sin embargo, muchos de estos lectores noveles abandonan esta rutina cuando alcanzan esa etapa del desarrollo tan crítica: la adolescencia.
10 ideas para animar a la lectura en Educación Infantil y Primaria
Mejor una afición que una obligación. Quizá este es el gran secreto para fomentar el gusto por leer en los más pequeños. Aquí, algunos ejemplos de actividades y dinámicas de animación a la lectura con tintes lúdicos y fáciles de implementar en el aula.
1. Los libros tienen el poder de despertar al lector que llevamos dentro.
Tanto en casa como en el colegio es importante que el niño esté rodeado de ellos, que sean accesibles para él. Ya en el aula de Educación Infantil se debe crear una pequeña biblioteca y un rincón de lectura: un espacio relajado, decorado con ilustraciones de cuentos y las normas para cuidar estos pequeños tesoros.
Cada semana el maestro puede nombrar un cuidador o responsable de biblioteca para que le ayude a organizar los títulos, al préstamo de libros o, incluso, animarle para recomendar nuevas lecturas al resto de sus compañeros.
2. Confeccionar el primer libro.
Una de las primeras estrategias didácticas para iniciar a la lectura es animar a los niños de infantil a plasmar en papel la historia de su vida con ayuda de su familia y a través de fotos y dibujos. En esta misma línea, a los alumnos de primaria se les puede proponer la autoría de un libro algo más elaborado, como crear una biografía del familiar que les parezca más interesante.
3. Lectura escenificada.
Este recurso consistirá en formar grupos en clase y que cada uno de ellos represente un personaje del libro o cuento para representar una pequeña obra de teatro. Se puede aprovechar este espacio para proponer a los alumnos que piensen diferentes finales para la historia, esos giros de guión improvisados que mantendrán en ascuas al resto de sus compañeros.
4. Taller de creación de cuentos.
Las posibilidades de estos talleres son infinitas: desde crear un cuento colectivo con las aportaciones de todos los estudiantes hasta elaborar (por grupos) cuentos que contengan pictogramas, pop-ups o adaptarlos a viñetas de comics.
5. Un rato al día de lectura en voz alta.
Durante la asamblea o en los descansos, el profesor puede premiar a sus alumnos leyendo un cuento. Para atrapar la atención del grupo hay que cuidar tres aspectos de la lectura: recalcar la entonación, las distintas voces de los personajes y hacer las pausas entre oraciones. Con niños de primaria, puesto que ya han aprendido a leer, se les puede pasar el relevo y proponerles que se graben para así crear sus propios audiocuentos.
6. Miniclub de lectura.
Al igual que en los clubs de lectura de adultos, este espacio consiste principalmente en analizar el libro y poner en común las opiniones y reflexiones de cada miembro. Con lectores principiantes es importante ir un poco más allá y realizar actividades complementarias de carácter lúdico y distendido. No hablamos de redactar la tradicional ficha de lectura, sino de plantear juegos en torno a la historia, por ejemplo: implementar un trivial sobre la trama y los personajes; proponer la redacción de otros finales, la ilustración de portadas del libro alternativas, de otras portadas para el libro o introducir el personaje de otro libro conocido por los alumnos en la historia que acaban de leer.
7. Premio al gran lector.
Las técnicas de refuerzo positivo son muy eficaces para modelar una conducta y asentar nuevos hábitos y rutinas. El hábito de la lectura no es una excepción. Una estrategia de recompensa es crear un cuadrante en la clase con todos los nombres de los alumnos y las semanas lectivas. Por cada libro leído se le entregará un gomet que pegará en su celdilla. Aquel alumno que atesore más libros leídos recibirá un pequeño regalo y el título de Gran Lector del Año.
8. Visitas a la biblioteca.
Dedicar ciertos días al mes para visitar las bibliotecas de la zona es una buena manera de inculcar el amor por los libros en los más pequeños. Allí podrán aprender a buscar o solicitar las obras que más se ajusten a sus gustos, al tiempo que descubren cómo hay que comportarse en un lugar así. En la biblioteca es posible, además, participar en actividades como clubes de lectura, talleres literarios y otro tipo de eventos que despertarán más su curiosidad e interés por la lectura.
9. Cine y literatura.
Teniendo en cuenta la infinidad de obras literarias que cuentan con versión cinematográfica, el profesor puede proponer leer el libro para después ver todos juntos la película y debatir sobre lo que más les ha gustado. Algunas propuestas pueden ser la saga Harry Potter, Las crónicas de Narnia, Charlie y la fábrica de chocolate, Manolito Gafotas o Mary Poppins.
10. Lecturas en línea con otros centros.
La digitalización de los centros escolares permite llevar a cabo una actividad tan simple como mantener un contacto a distancia con otro centro escolar que se encuentre a miles de kilómetros de distancia y llevar a cabo, por ejemplo, una lectura compartida por Skype.
Durante las etapas de primaria e infantil es fundamental que los niños participen de estas actividades como algo divertido y lúdico para que la lectura forme parte de sus vidas en el plano del ocio y no de las imposiciones.
Apps y recursos para fomentar la lectura
Para conectar con los niños y lograr su atención, una buena alternativa es emplear sus propias herramientas y hoy en día, las aplicaciones móviles son la mejor opción. Estas son algunas de las apps más recomendables para fomentar el hábito lector:
Oxbooks
En Oxbooks, a través de cuentos cortos y entretenidos los niños se adentran en el mundo de la lectura de la mano de OX. Es posible elegir las historias según el nivel de dificultad y comprensión lectora y, además, ofrece herramientas para el marcado de texto, así como desafíos de comprensión.
Doted
Doted permite monitorear el progreso de lectura. Es preciso cargar el contenido en la app y determinar el tiempo que se va a invertir en leerlo. A partir de ahí Doted estudia los avances, el ritmo de lectura y todos los comportamientos del lector. Además de emplearse para la lectura, los alumnos también podrán utilizarla en la preparación de sus exámenes.
Audiolibros
Escuchar las historias a través de este tipo de aplicaciones es una buena manera de introducir a los niños en el mundo de la lectura. Si son personas con alguna discapacidad visual o no pueden concentrarse con los libros escritos, esta herramienta es indispensable.
Bookmate
Bookmate está disponible tanto para Android como para iOS, esta aplicación pone a disposición de sus usuarios millones de títulos, permitiendo informar a la comunidad de las obras que se leen, las citas y las opiniones.
Read Along
Read Along posibilita que los más pequeños aprendan de manera independiente a desarrollar sus habilidades de lectura. Una niña llamada Diya será la compañera de lectura de los usuarios de esta aplicación, que detecta si un estudiante tiene dificultades de lectura o es capaz de leer correctamente. A medida que van leyendo, los niños obtienen estrellas e insignias que van coleccionando, lo que supone una motivación extra para continuar con el juego.
El eje central de las actividades de animación a la lectura consiste en hacer partícipe a los alumnos de las historias y mundos que esconden los libros. Leer es una actividad intelectual que les ayuda a madurar neurológicamente y desarrollar habilidades lingüísticas, sociales y emocionales. La lectura es más que un pasatiempo: es la mejor arma para preservar la agilidad mental desde la infancia a la vejez, una gran compañera de vida.