UNIR Revista
Observa tu verdadero rol en la colaboración con las familias en Atención Temprana. Lejos de ordenarte, quizás puedas haber experimentado cierto caos interno e incluso has podido llegar a tambalearte. Asúmelo: también pasa.
Artículo escrito por Ariadna Tartera y Diana Nieto, docentes en el Máster en Atención Temprana y Desarrollo Infantil de UNIR.
Si estás en disposición de comprender qué implican las prácticas centradas en la familia puede que quieras abrazar la idea de ofrecer tu apoyo a las personas de referencia de la criatura, ya sean madres, padres, maestras u otros cuidadores principales, aunque no sepas bien cómo, o dudes sobre si lo estás haciendo bien. Son muchos momentos los que te pueden hacer sentir esa falta de equilibrio.
Están ahí porque son reales. Nuestra meta compartida será impulsar el desarrollo de la criatura en cualquier escenario en el que se encuentre, más allá de las propias oportunidades que existan en el hogar, ya que el aprendizaje puede ocurrir en cualquier lugar. Es algo que se da en todo momento y no podemos intentar encapsular esos aprendizajes en sesiones aisladas o centradas en una relación con un especialista.
Es una realidad que convivimos con la certeza de querer abordar este enfoque porque confiamos en que aboga por lograr los mejores resultados para el menor y todos los miembros de la familia, pero igual de cierto es que en muchos momentos nos podemos sentir muy inseguros. Nuestra intervención como profesionales se podrá situar en un centro o en un domicilio. Sin embargo, una u otra no refleja su valor en la ubicación, sino en la intervención que se sitúa entre los cuidadores y sus hijos/as que se genera más allá de las visitas.
Nos observamos frágiles y vulnerables
En ese espacio que nosotros ubicamos para apoyarles es donde conviven las dudas, las emociones y una nueva versión de nuestra persona que puede destaparnos como profesionales para unirnos a las familias desde otro lugar. Nos unimos a ellas para conocer su forma de hacer, acogiendo sus necesidades y respetando sus prioridades, su realidad.
Eso nos coloca en una posición de observadores, donde debemos aprender a respetar verdaderamente sus ritmos, que no necesariamente son los nuestros, si queremos ofrecer un apoyo real para que puedan encontrar cómo pueden generar oportunidades de desarrollo mientras continúan sus vidas.
El cambio que ha vivido la Atención Temprana en los últimos cuarenta años en España nos obliga a que tengamos en cuenta como profesionales que tan importantes son los apoyos que se brindan como la forma de brindarlos. No es solo el enfoque que planteamos, sino la forma en la que lo hacemos, lo que exige revisar cómo nos sentimos y el valor que le damos. Los aprendizajes auténticos no surgen de fuera, nacen de dentro hacia fuera, como surge la vida, y no al revés. Es ahí donde tenemos oportunidades reales, en el apoyo a las interacciones con las familias donde podemos facilitar la repetición en un contexto natural y significativo.
“Cómo brindamos apoyo es tan importante como el tipo de apoyo que brindamos” (Trivette & Dunst, 2007, p.1)*
Acogemos que el enfoque de intervención deja de estar centrado en el déficit, en lo que la persona “no es capaz de hacer”, para centrarse en un modelo social que sitúa a la familia en el centro de la intervención. Identificamos la forma más efectiva de cómo apoyar, ayudando en el “cómo apoyar” a la familia y al entorno en el que se desarrollan, para generar competencias y facilitar la independencia del profesional experto. Además, mejoramos la calidad de vida de todos los miembros de la unidad familiar.
Acogemos todos los sistemas en los que la persona está directa o indirectamente influenciada, y por ese motivo consideramos que revisar nuestras competencias en espacios vivos junto a otros profesionales que se puedan encontrar en situaciones parecidas nos permite aprender de todas aquellas emociones con las que vamos a convivir.
Sabemos que la Atención Temprana llega en un momento de máxima vulnerabilidad para las familias porque están a las puertas de una realidad desconocida y en la mayoría de los casos no esperada, repleta de dudas y miedos sobre el desarrollo y el futuro de algo muy preciado en sus vidas, su hijo o su hija.
Nos reconocemos en la intervención
Defendemos el valor de que las familias puedan contar con información previa hacia el apoyo que van a recibir, no solo con su hijo o hija, sino también su familia y su entorno cercano, para preservar el rol que les corresponde. Se entiende que con la misma claridad deberemos ser honestos para contar con espacios de reflexión para reconocernos como profesionales ante las diferentes competencias que vamos a desarrollar. Es muy probable que no nos sintamos muy seguros de cómo hacerlo o tardamos en reconocer qué prácticas puedan ser un apoyo y cuáles una interferencia.
Un enfoque centrado en la familia no será un destino, ni algo en lo que nos convertiremos instantáneamente. Será un aprendizaje muy profundo donde nos observemos en la búsqueda de respuestas de las prioridades y las elecciones de la familia.
Si te estás interesado en adquirir herramientas para tener una buena gestión emocional y afrontar con éxito los retos que se presentan a los profesionales de la Atención Temprana, te invitamos a que nos acompañes en nuestro Máster en Atención Temprana y aproveches el taller que tenemos preparado con el Equipo ReCREA.
Ariadna Tartera es Tutora de TFM en el Máster de Atención Temprana y Desarrollo Infantil de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Fisioterapeuta pediátrica especialista en Atención Temprana. Miembro de Equipo ReCREA.
Diana Nieto es docente en el Máster de Atención Temprana y Desarrollo Infantil de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Maestra en Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje. Coordinadora de Equipo ReCREA y miembro de AEIPI – Asociación Española de Intervención en la Primera Infancia.
*Dunst, C. J., Trivette, C. M., & Hamby, D. W. (2007). Meta‐analysis of family‐centered helpgiving practices research. Mental retardation and developmental disabilities research reviews, 13(4), 370-378.
