UNIR Revista
¿Cómo fomentar la autonomía infantil? ¿Cuáles son las claves? En UNIR abordamos los puntos más importantes para desarrollar la autonomía infantil en el aula de forma exitosa, su importancia y cómo mejorarla.
La autonomía es la capacidad que los alumnos adquieren a lo largo de su proceso de aprendizaje para realizar por sí mismos todas aquellas tareas que se les encomienda en el aula. Que los más pequeños adquieran autonomía es imprescindible para su desarrollo. En UNIR abordamos la autonomía infantil, su importancia y cómo mejorarla.
Una de las claves y autoconceptos infantiles más importantes de la etapa de Educación Infantil es, por tanto, la autonomía. Tanto es así, que para obtener los conocimientos necesarios en esta etapa los niños deben lograr autonomía en sus actividades diarias. Para alcanzar dicho objetivo se establece un área en concreto donde se trabajan todos los aspectos y autoconceptos. Así se establece en la Ley Orgánica de Educación LOE (2006) modificada por la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa LOMCE (2013).
En las leyes educativas se indica también una serie de capacidades que el alumnado debe lograr antes de terminar la enseñanza obligatoria: las competencias. Una de esas capacidades está relacionada directamente con la potenciación de la autonomía infantil.
¿Cuál es la importancia de la autonomía en los niños?
Los niños más pequeños nacen siendo heterónomos, es decir, necesitan de la ayuda de un adulto para realizar las tareas más básicas. Es en los centros educativos, en colaboración con las familias, donde se debe encaminar la enseñanza hacia la adquisición de la autonomía. Esto significa que los niños dejen de ser personas que dependan en la totalidad de su vida diaria de un adulto para ejecutar por sí mismos acciones cotidianas tanto en el aula como en el ámbito familiar.
Fueron pedagogos como Freinet y Freire en sus diversas publicaciones —como en el libro de “Pedagogía de una Autonomía”— los que pusieron de manifiesto la importancia de desarrollar la autonomía en el alumnado desde la infancia, trabajando diariamente su asimilación. Este autoconcepto es importante porque supone, además, el desarrollo de otras capacidades que están ligadas a la autonomía infantil. Lograr la autonomía implica, a su vez, trabajar contenidos relacionados con la propia higiene que el niño debe hacer por sí mismo, el conocimiento que va obteniendo y aprendiendo de su propio cuerpo, la alimentación y la importancia de esta en su desarrollo, el descanso, etc. Estos aspectos son fundamentales para que los menores aprendan a realizar por sí mismos estas tareas de cara a su crecimiento personal y a convertirse en protagonistas de su propio aprendizaje.
La adquisición de la autonomía infantil conlleva, por otro lado, llegar a desarrollar aspectos como la autoestima, la seguridad o la libertad de pensamiento, que nacen de crear pequeños retos que, al ser superados de manera autónoma, logran un refuerzo para estas nociones tan fundamentales en el crecimiento de los niños.
¿Cómo desarrollar la autonomía en el aula?
Para poder favorecer el desarrollo de la autonomía en el aula es necesario trabajar con los niños desde la etapa de infantil, poniendo especial énfasis para su obtención en las rutinas y rincones que se trabajan a diario. Este método parte de la creación en el aula de diferentes grupos cooperativos donde cada alumno adquiere un papel que deberá cumplir (respetando siempre los ritmos y capacidades individuales).
Algunas de las actividades para trabajar la autonomía consistirán en la colocación del material en los diferentes rincones, otras supondrán la realización por equipos de rutinas más didácticas dirigidas al aprendizaje de contenidos de tiempo, lenguaje, higiene diaria, tanto la del propio espacio como la personal. Se incidirá en la organización de los distintos rincones a los que cada equipo deberá dirigirse, con la finalización o con el cambio de grupo en dichas zonas. Con esta metodología no solo se logra la autonomía, sino que también se refuerzan los lazos afectivos y la colaboración entre compañeros.
Otra forma de desarrollar la autonomía en el aula consistiría en llevar a cabo trabajos por proyectos, talleres, aprendizajes basados en la resolución de problemas… actividades que requieren que el alumno vaya realizándolas por sí mismo. El maestro se convierte en el guía colaborador de estos aprendizajes que le proporciona pistas o herramientas para elaborarlos, planteando un tema de trabajo, por ejemplo: los alimentos saludables. Los niños llevarían a cabo una investigación, un taller de degustación de los mismos, un debate sobre cuáles serían más o menos adecuados en una alimentación equilibrada, una serie de tareas, en definitiva, que van a reforzar su aprendizaje autónomamente, potenciando las capacidades y conocimientos propios de la etapa de infantil.
- Grado en Educación Infantil