La relación entre el bullying y la discapacidad representa una de las realidades más duras del sector educativo. Para evitarlo es fundamental la formación de los docentes y la implicación de todo el alumnado.
En el entorno educativo es posible que surjan situaciones graves, como el acoso escolar, el cual supone un maltrato físico, psicológico y verbal entre escolares de manera constante a lo largo del tiempo. Esta violencia se ejerce entre iguales, pero la relación entre el bullying y discapacidad tiene una representación notable, ya que al menos el 80 % de alumnos con discapacidad admite que ha sufrido acoso, según datos del Consejo Español de la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD).
El bullying o acoso escolar tiene consecuencias negativas tanto para la víctima como para su entorno, por ello la mediación por parte de un especialista es esencial. En este sentido, el docente o cualquier profesional dedicado al sector educativo debería contar con una formación especializada que le brinde competencias para gestionar estas situaciones de manera eficaz, como el curso de Experto Universitario en Convivencia y Acoso Escolar de UNIR. Esta formación ofrece las claves para evitar el acoso escolar y, concretamente, casos de bullying por discapacidad.
Discriminación por discapacidad
Las causas del acoso y la violencia escolar son diversas, aunque se ha demostrado que el principal origen está relacionado con el aprendizaje que adquiere de niño el acosador. Es decir, los acosadores aprenden conductas agresivas a través de la observación e imitación de otras personas de su entorno más cercano.
Asimismo, la discriminación por discapacidad puede venir motivada también por la falta de conocimiento sobre esta condición en el alumnado. Los agresores discriminan y acosan a sus compañeros discapacitados por el simple hecho de tener capacidades distintas o presentar unas condiciones personales diferentes.
Como se ha señalado anteriormente, cerca de un 80 % de los estudiantes con discapacidad han sufrido algún tipo de acoso por su condición. Además, este dato puede superar el 90 %, cuando el bullying por discapacidad se da en los colegios de educación ordinaria, según recoge el Consejo Español para la defensa de la Discapacidad y la Dependencia.
Los niños con discapacidad demandan una atención educativa especial dispuesta a través de medidas pedagógicas con las que superan las barreras de aprendizaje que enfrentan por el tipo de discapacidad que tienen (ya sea física, intelectual, psicosocial, mental…). Así, el docente debe de estar muy concienciado de que el binomio bullying y discapacidad es un hecho y tiene que saber cómo enfrentar el acoso escolar.
Contar con formación especializada siempre es una ventaja. Por ejemplo, el Máster en Resolución de Conflictos en el aula de UNIR enseña a resolver situaciones relacionadas con el acoso escolar, el ciberbullying, el sexting o con casos de violencia de género entre adolescentes y jóvenes.
¿Qué hacer cuando se da bullying y discapacidad en la escuela?
Para que el docente sepa cuándo existe acoso escolar en niños con discapacidad o cuándo un alumno está siendo víctima de bullying, deberá fijarse en algunas señales:
- La víctima presenta baja autoestima, inseguridad o timidez.
- El alumno tiende al aislamiento en el aula porque se siente poco o nada integrado.
- Actitud pasiva o provocadora.
Cuando se perciban estas conductas, se tenga la mínima sospecha de que existen casos de bullying por discapacidad en el aula o algún alumno esté sufriendo cualquier tipo de violencia escolar, el profesorado debe actuar con premura para revertir la situación y lograr la integración del alumno discapacitado.
La escuela debe saber cómo actuar en estas situaciones e implementar un plan preestablecido, en el que se incluya la participación de todos los profesionales del centro, se proteja a la víctima y se asegure un protocolo institucional que determine cómo actuar.
Casos de bullying por discapacidad
Los casos de bullying por discapacidad sirven al docente para implementar técnicas pedagógicas con las que enseñar a los alumnos a gestionar ciertas situaciones en clase mediante el control de las emociones y ciertos comportamientos.
Entre los ejemplos de acoso escolar están los insultos y burlas contra alumnos que sufren una discapacidad física o mental y, en los casos más graves, violencia física. Los casos de bullying por discapacidad se dan con mucha incidencia en niños con trastorno del espectro autista (TEA) y síndrome de Down.
Independientemente del caso de bullying y discapacidad que exista, para la prevención del bullying con éxito hay que apostar por la información y la comunicación en el ámbito educativo. Además se debe educar a los estudiantes en valores que promuevan el respeto, la tolerancia y la diversidad en el aula para que no se den situaciones de discriminación.