Ingrid Mosquera Gende
En esta entrada, se desea reflexionar sobre las burlas que constantemente sufren famosos y personajes conocidos cuando se deciden a hablar en lengua inglesa. En ese mismo sentido, se propone un ejercicio para que los docentes puedan deliberar sobre su manera de evaluar la destreza de expresión oral. Como trasfondo, se hace un llamamiento a la olvidada cultura del esfuerzo.
Para esta entrada tenía en mente otro tema, pero a veces la actualidad manda. Estos días, en redes sociales, se está haciendo burla del inglés del ex-presidente Rodríguez Zapatero, nada que no se ha haya hecho en su día con el ex-presidente Aznar, con la ex-alcaldesa Ana Botella o con muchos otros famosos que ahora pasaremos a enumerar.
No me reí en su día del café con leche de Ana Botella, ni me río de Zapatero, ni de ningún otro. Es verdad que nuestros políticos deberían tener, quizás, entre sus obligaciones, la de saber idiomas. Ojalá fuera obligatorio, pero no lo es. Supongo, personalmente, que según la clase política se vaya renovando, será algo que se vaya subsanando de forma natural, pues los jóvenes de hoy, con internet, las series, etc, ya tienen otro conocimiento del idioma anglosajón. Sin embargo, es posible, igualmente, que cuando estos jóvenes lleguen a políticos, se rían de ellos por no hablar chino, alemán o japonés, sea cual sea el idioma imperante en ese momento.
Como profesora estoy en contra de cualquier tipo de burla y, aunque el inglés de estos políticos pueda no ser un gran ejemplo para los alumnos, creo que peor ejemplo es el hecho de reírse y burlarse de una persona que esté haciendo un esfuerzo, sea el que sea, en este caso, por comunicarse en un idioma que no es el suyo. Sin entrar a considerar, como dice el refrán, que siempre se ríe el que menos debe hacerlo.
¿Sería mejor que no lo intentasen?
Quizás, si estamos en casa con nuestros hijos, en vez de reírnos de estas personas que puedan salir en la televisión, deberíamos decirles, “mira, sabe que lo hace mal, le está viendo todo el mundo y aún así lo intenta”. Volvamos a la cultura del esfuerzo que tanto se ha olvidado en nuestro tiempo. Dejemos un poco de lado la vergüenza que nos da hablar en otro idioma y que se rían de nosotros y esforcémonos por mejorar.
En una de mis asignaturas del Máster de Profesorado, llegamos a un tema sobre la destreza de expresión oral en lengua inglesa, y les pongo algunos vídeos de famosos a los alumnos para que los valoren del 0 al 10, poniéndoles notas. La mayoría de ellos se ríen de todos, ponen muy malas notas y pocos ofrecen una justificación de por qué se le están poniendo esa calificación. Pasado el momento risa, que lo entiendo, después de dejarles hablar les ofrezco mi opinión al respecto.
Pero para ello, primeramente, veamos los vídeos que les pongo, son los siguientes:
Sergio Ramos felicita la Navidad
Marc Márquez entrevistado por la BBC
Jesús Gil hablando en inglés
Entrevista a Fernando Alonso
Emilio Botín hablando inglés
Entrevista a Esperanza Aguirre
Penélope Cruz, Antonio Banderas y Pedro Almodóvar en los Óscar
Después de escuchar cada uno de ellos, les pregunto qué les parece, qué nota le pondrían y qué aspectos o consejos le pueden dar para mejorar su inglés. Esta última parte suele ser la que se olvidan y es necesario recordárselo: la retroalimentación proporcionada a los alumnos no debe ser únicamente una nota, sino que debemos decirles cómo pueden mejorar, una evaluación constructiva.
Una vez han visionado todos los vídeos, les pido que me digan cuál les parece el peor de todos y por qué, y cuál el mejor. En muchos casos, suelen optar por Jesús Gil como el peor y por Esperanza Aguirre como la mejor.
Llegado ese punto es cuando yo les ofrezco mi opinión al respecto:
¿Qué conocimientos podía tener Jesús Gil de inglés?
¿Por qué intenta responder en inglés en la rueda de prensa?
¿Está quizás intentando ser educado con un periodista extranjero?
¿Se está esforzando en hacerlo?
¿Comunica su mensaje?
¿Quién tiene más mérito de todos ellos?
¿Deberían tener todos el mismo nivel de inglés?
¿Debemos valorarlos por igual?
¿Se debe comparar el inglés de Fernando Alonso o el de Marc Márquez con el de Emilio Botín?
Con todas estas preguntas, intento que reflexionen sobre su labor como docentes. Cada uno, como profesor, podrá tener su respuesta. La mía, creo que, sin expresarla abiertamente, la he dejado clara.
Espero que podamos reflexionar sobre el tema, para ello propongo el hashtag #charlaseducativasinglés, con la finalidad de poder debatir sobre el tema y sobre las preguntas planteadas, tanto las finales que acabo de enumerar como las que les planteo a los alumnos después de ver cada vídeo (qué nota le pondrías y qué indicaciones le darías para mejorar) y después de verlos todos (cuál te parece el mejor y cuál el peor y por qué), al igual que la que realizaba al comienzo del post: ¿sería mejor que no lo intentasen?
Intercambiando ideas, todos aprendemos, while nos tomamos un café with milk.
- Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria
