Anita Feridouni Solimani
Las diferencias en el acceso, uso y aprovechamiento de las tecnologías digitales pueden agravar las desigualdades educativas que ya existen. Con la llegada de la IA y la conectividad digital, nacen nuevas oportunidades para salvaguardar el futuro del aprendizaje.
Vivimos en una era de rápida evolución tecnológica. La cuarta revolución industrial, impulsada por la inteligencia artificial y la conectividad digital, está transformando todos los sectores y ámbitos de la sociedad, incluida la educación.
En este contexto, surge el concepto de brecha tecnológica. Este término abarca no solo el acceso desigual a las tecnologías, sino también las diferencias en la capacidad para usarlas eficazmente.
La UNESCO identifica tres dimensiones: acceso, uso y aprovechamiento. Estas diferencias no solo afectan la calidad educativa actual, sino que también influyen en el futuro del aprendizaje en un entorno digitalizado. Abordar y comprender esta discrepancia es fundamental para asegurar una educación equitativa y de calidad para todos.
Las tres dimensiones
La brecha tecnológica se presenta en varias formas y cada una presenta desafíos específicos para el futuro del aprendizaje.
Brecha de acceso
Refleja la desigualdad en la disponibilidad de dispositivos y conexión a internet.
- Personas con discapacidades físicas que se enfrentan a barreras tecnológicas y económicas para acceder a dispositivos o software adaptados.
- Estudiantes en zonas rurales con acceso limitado a internet de alta velocidad.
- Familias con bajos ingresos que no pueden permitirse los dispositivos para el aprendizaje en línea.
Brecha de uso
Implica diferencias en las habilidades para utilizar eficazmente las tecnologías educativas.
- Docentes con diversos niveles de competencia digital para implementar herramientas de aprendizaje en línea.
- Estudiantes que, aunque tienen acceso, carecen de las habilidades para aprovechar plenamente los recursos digitales.
- Personas con discapacidad cognitiva que requieren interfaces y aplicaciones adaptadas para interactuar plenamente con el entorno digital.
- La falta de capacitación y contenidos educativos en lenguas minoritarias limita las oportunidades de desarrollo de habilidades tecnológicas.
Brecha de aprovechamiento
Está relacionada con la capacidad de utilizar las tecnologías para mejorar el aprendizaje y explorar nuevas oportunidades en diferentes ámbitos.
- Estudiantes que tienen dificultades para evaluar críticamente la información en línea.
- Docentes que no poseen las habilidades necesarias para crear contenido interactivo atractivo.
- Personas que enfrentan barreras para utilizar tecnologías para el aprendizaje en línea o el desarrollo de competencias debido a la falta de formación o recursos.
Estrategias facilitadoras
Superar los desafíos identificados requiere una acción estratégica coordinada. Para ello, es importante disponer de modelos funcionales para abordar estas diferencias y mejorar la equidad educativa en el contexto digital.
Invertir en infraestructura tecnológica, especialmente en las zonas rurales y desfavorecidas, es una táctica fundamental. Esta inversión no solo mejora el acceso a internet y a dispositivos tecnológicos, sino que también fomenta el desarrollo económico y social de estas áreas, permitiendo a sus habitantes participar plenamente en la economía digital.
Además, es crucial implementar programas de alfabetización digital inclusivos que consideren las necesidades de los diferentes grupos etarios y culturales. Estos programas deben estar diseñados para ser accesibles y relevantes para todos y deben tener en cuenta las particularidades culturales de cada comunidad. El marco DigCompEdu es esencial para potenciar el uso eficaz y el aprovechamiento de las tecnologías digitales en la educación, reduciendo la brecha entre docentes y estudiantes.
De forma complementaria, es esencial promover la creación de contenido educativo en lenguas minoritarias y desarrollar políticas educativas que fomenten la equidad digital tanto a nivel nacional como internacional. Al apoyar la diversidad lingüística y cultural en el contenido digital, se asegura que más personas puedan acceder a recursos educativos en su lengua materna.
El papel de la IA
La inteligencia artificial emerge como una herramienta transformadora también en el ámbito educativo, ofreciendo soluciones innovadoras para abordar algunas de las brechas tecnológicas. Según expertos en educación digital, la IA personaliza el aprendizaje a las necesidades individuales de los estudiantes y asegura una retroalimentación inmediata.
Entre sus aplicaciones más destacadas se encuentran los sistemas de mentoría virtual, que guían a los estudiantes a través de conceptos clave, y las herramientas de automatización de tareas administrativas, que liberan tiempo para que el profesorado se concentre en la enseñanza.
Además, la IA facilita la creación de contenidos educativos y puede mejorar la calidad de los trabajos de los estudiantes mediante sugerencias y correcciones.
Sin embargo, el desarrollo de la IA en educación también presenta desafíos significativos. La brecha de acceso sigue siendo un obstáculo, ya que no todos los estudiantes tienen la misma oportunidad de beneficiarse de estas tecnologías avanzadas. Por otro lado, la disparidad en habilidades digitales entre estudiantes y docentes puede crear nuevas formas de desigualdad educativa.
Herramientas facilitadoras
Para controlar las discrepancias tecnológicas es necesario que los usuarios se formen y utilicen herramientas que faciliten la comprensión de los avances. Formatos como el software libre o los recursos educativos abiertos (REA) mitigan las desigualdades en el acceso a la educación.
El software libre permite a los usuarios usar, estudiar, modificar y distribuir el código sin restricciones. Esto fomenta la colaboración, la innovación y el aprendizaje ofreciendo alternativas accesibles y personalizables a los programas propietarios (Stallman, 2003). Además, promueve la transparencia y la seguridad, ya que cualquier persona puede revisar y mejorar el código.
Por otro lado, los REA, son materiales diseñados para satisfacer las necesidades específicas de cada estudiante. Facilitan el aprendizaje inclusivo, asegurando que todos los alumnos, independientemente de sus capacidades, puedan acceder y beneficiarse de la educación. Vídeos, infografías, simulaciones, aplicaciones, entre otros, entran dentro de este tipo de herramientas.
Empoderamiento digital
La brecha tecnológica en la educación representa un desafío importante que requiere un enfoque integral. Las diferencias en el acceso, uso y aprovechamiento de las tecnologías digitales pueden agravar las desigualdades educativas que ya existen.
Es fundamental que la tecnología empodere a estudiantes y educadores, garantizando su participación en un entorno digital. Normativas como las que adoptan las Pautas de Accesibilidad para el Contenido Web (WCAG) para la disponibilidad, son claves para que la integración de las TIC sea inclusiva y ética.
Cerrar la brecha tecnológica no solo implica proporcionar dispositivos o acceso a internet, sino también fomentar un aprendizaje crítico y creativo. Solo así podremos aprovechar el potencial de la revolución digital para construir un futuro educativo más equitativo y enriquecedor para todos.
(*) Anita Feridouni Solimani, Docente UNIR y coordinadora académica del Máster en Tecnología Educativa y Competencias Digitales. Doctora con Mención Internacional en Educación. Licenciada en Bellas Artes por la Accademia Albertina delle Belle Arti di Torino. Su área de interés es la enseñanza artística, la tecnología en la educación y el diseño.
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