UNIR Revista
“La estima y la autoestima son tesoros fácilmente alcanzables”. Esta reflexión y otras muchas formaron parte de la openclass ’La autoestima en la familia, requisito para el desarrollo de los hijos’.
“La estima y la autoestima son tesoros fácilmente alcanzables”. Al leer esta afirmación nos surgen muchas preguntas, y la principal es ¿Cómo? Buscamos las respuestas a estas palabras de la mano de su autor, José Fernando Calderero, profesor del Máster en Orientación Educativa Familiar de UNIR, en la openclass ’La autoestima en la familia, requisito para el desarrollo de los hijos’.
El valor de la persona
El primer paso es aceptar el valor de la persona, señala Calderero, con sus defectos y con sus virtudes y que el niño sea consciente de eso. No debemos evaluar a las personas por “tanto tienes, tanto vales”, hay que dejar de lado el dinero, la escala social o el éxito, que nuestra sociedad impone tantas veces. No se debe confundir “tener un propósito” con ser un “triunfador”, que impida contemplar lo bueno y bello que nos rodea.
“En la familia, si el niño percibe que le quieren más porque saca buenas notas le estamos dando un estilo. Tiene que ganarse el aprecio de la gente siendo bueno, competente, habilidoso…”. Una de las tareas de los padres es enseñarle que los actos importan, que es necesario el esfuerzo, pero también que podemos equivocarnos, que cometemos errores, y que, aunque lo haga, le querremos igual. Tenemos que lanzar el mensaje de que la vida es más que solo lucha, y nuestro discurso deber ser “has actuado mal” alejándonos del “eres malo”.
En el objetivo de alcanzar ese tesoro de la autoestima, siempre debemos tener presente que la familia debe ser un ambiente de felicidad, amor y comprensión. Porque el niño siente autoestima porque se siente querido. Y cuando hablamos de amor no solo son caricias y besos, también es exigencia. Todo le ayudará a su desarrollo y a afrontar su vida. Al igual que debemos fomentar en los hijos la mayor autonomía posible.
Necesitamos un retrato familiar
En esa búsqueda de la estima y la autoestima en la familia es necesario añadir la importancia de compartir y dialogar y lo enriquecedor que resulta escuchar y respetar. Un papel que nos solo incluye a padres e hijos. Porque, en el desarrollo de los hijos y los valores afectivos, no podemos olvidarnos de los abuelos. “Que los nietos no se pierdan lo que les pueden ofrecer, sus experiencias, sus historias…. Todo”. Los bienes inmateriales, tales como el afecto, crecen al compartirlos.
Cada una de esas piezas compone un retrato familiar que necesitamos. Como remarca Calderero, hay que destacar la importancia que para la salud psíquica tiene formar parte de un retrato familiar. Esa historia que forma parte de nosotros y que nos hace lo que somos. Porque el principal influencer en la vida de una persona es su familia.
Desarrollo y educación
En el desarrollo de los niños el colegio también tiene un peso. Pero, ¿es la educación solo lo que aprenden en el colegio? No, es más. Conocemos a través del estudio, no hay duda, y también a través de nuestra propia experiencia. Lo educativo no solo es hacer deberes y la parte académica, se trata de ser querido, de la familia, que es el principal ámbito educativo.
En la situación actual la tecnología es vital, está ayudando a que podemos seguir trabajando, acudiendo a una conferencia o a hablar con nuestros seres queridos. Pero también suma un peligro: usar los deberes, la televisión o la tableta para quitarnos de encima a los niños y estar tranquilos. “Eso va a hacerles mucho daño. Es importante generar una convivencia sana”, indica Calderero.
El miedo al cambio
Asistimos a una situación inédita que nos plantea miedos. Algo que lleva a Calderero a poner sobre la mesa otra cuestión de nuestra sociedad: “Vivimos en el no tomes riesgos, no te equivoques… Pero, en lo desconocido puede haber cosas maravillosas. Claro que todos tenemos miedo a los cambios, pero no todo cambio es a peor, y es real que la vida es puro cambio”.
Por eso, ante la realidad en la que estamos hoy, plantea una pregunta a futuro: “Cuando acabe y haya pasado esto, debo pensar, ¿estas circunstancias difíciles nos han ayudado a mí y a mi familia a valorar lo más valioso y a ser mejores personas? Si es así, hemos aprovechado el tiempo. Si lo dedicamos a que los niños vean lo mal que lo han hecho todos, un gobierno, un país… y mostramos la cultura de la lucha, no”.
Porque cada palabra, acto o gesto formarán parte de su desarrollo e intervendrán en la estima y autoestima, esos tesoros alcanzables. Hoy, más que nunca, la vida nos pone ante nosotros la importancia del valor de las personas.