José Manuel Palomino
El docente cumple una labor elemental a la hora de influir en el éxito o fracaso de los alumnos, y esto también se aplica en el proceso de enseñanza y aprendizaje de una segunda lengua
Aprender un segundo idioma requiere un proceso evolutivo. Está comprobado que hacerlo durante la niñez facilita la adquisición del conocimiento necesario para hablar otras lenguas fluidamente. Pero, sea la edad que sea, el aprendizaje de una segunda lengua requiere una estructura de estudios que vaya produciendo resultados, con un docente como guía en ese proceso.
Por este motivo es importante definir los objetivos de aprendizaje del idioma de una forma clara, así como establecer cuáles son las prioridades de los alumnos. Por otro lado, es necesario asegurar que la evaluación de la enseñanza le va a reportar una información, tanto a los estudiantes como a los profesores, para determinar qué objetivos se están consiguiendo.
Funciones del profesor de idiomas
Adquirir un idioma implica una progresión cíclica. A través de las diferentes herramientas que el docente va aplicando, el vocabulario de los estudiantes se irá ampliando, al igual que el resto de aspectos relacionados con el lenguaje. En este sentido, el profesor tiene funciones muy específicas:
- – Asegurarse de que los alumnos sean conscientes de los diferentes aspectos del lenguaje.
- – Que aprendan a usar esas distintas variables del idioma.
- – Facilitarles las herramientas y estrategias necesarias para que desarrollen de forma óptima el aprendizaje.
- – Informarles del progreso que van teniendo para que puedan ir haciendo las correcciones necesarias.
Los profesores pueden construir sobre los conocimientos previos de los alumnos y distribuir este aprendizaje de una segunda lengua a lo largo de todo el currículo. Una analogía sencilla para explicar este proceso es plantear la adquisición de un idioma como entrenar un equipo deportivo. Los alumnos forman el equipo que trabaja, lee, habla, escucha y presenta. El docente es el entrenador que debe analizar y evaluar lo que los estudiantes son capaces de hacer y establecer qué es lo que deben saber hacer en un futuro.
Así, quienes estudian necesitarán practicar las habilidades que van adquiriendo, el uso del lenguaje y la interacción, esto es una parte esencial del aprendizaje.
La adquisición de herramientas a la hora de enseñar
Para que todo este proceso se efectúe, el docente es el primero que aprende herramientas destinadas a facilitar el aprendizaje del idioma en el alumno. En el Máster en TEFL de UNIR, los estudiantes suelen ser profesores en activo, personas que buscan mejorar sus habilidades como guías en la adquisición del inglés como idioma.
En Methods of teaching English las asignaturas toman dos vertientes: una llamada Skills, en la que se adquieren herramientas para explicar de una forma eficaz y didáctica las técnicas de speaking, listening y writing; y otra llamada Systems, en la que estudian aspectos más relacionados con la estructura del idioma, su vocabulario, uso, etc.
El máster enseña a los alumnos, no a mejorar sus competencias lingüísticas, sino la metodología para impartir de forma integral, empleando los distintos recursos de los que dispone como las tecnologías de la información y factores como la adaptación a las etapas y edades del alumnado, así como a incluir el componente cultural.
De la misma forma, se toman en cuenta las nuevas metodologías que se aplican en la educación actualmente, muchas de ellas relacionadas con la neurociencia y que abarca la educación de forma integral.
De todo esto se deduce que el docente cumple una labor elemental a la hora de influir en el éxito o fracaso de los alumnos, y esto también se aplica en el proceso de enseñanza y aprendizaje de una segunda lengua. Debemos tenerlo en cuenta si queremos mejorar el rendimiento y los resultados de nuestros estudiantes.