José Gabriel Aguilera Maldonado
Personalización del aprendizaje, evaluación los estudiantes, organización y actualización de los profesores, relación con las familias, asignación de recursos... La IA transforma a gran velocidad el mundo de la educación al potenciar la innovación y mejorar la eficiencia de los procesos.
La inteligencia artificial (IA) está transformando vertiginosamente el mundo de la educación a todos: alumnos, profesores y padres. Esta transformación abarca desde la automatización de tareas hasta la personalización de contenidos, su impacto se siente cada vez más en las aulas y en la forma en que los estudiantes aprenden y los profesores imparten sus clases.
Las instituciones educativas están empezando a integrar estas tecnologías para mejorar la forma en que evalúan a los estudiantes, organizan profesores y optimizan los recursos, lo que facilita una enseñanza más adaptada a las necesidades de cada estudiante y al mundo que nos rodea.
El uso de la IA permite que la educación sea mucho más efectiva y eficiente. La aplicación de algoritmos avanzados hace que las plataformas educativas pueden ofrecer evaluaciones más precisas y detalladas, permitiendo a los docentes ajustar sus métodos a sus estudiantes y no al revés. Una cuestión que también ofrece a los estudiantes una retroalimentación personalizada y constante, que mejora su aprendizaje y los mantiene más comprometidos con sus estudios y la evolución de estos.
Evaluación con IA
Uno de las principales aportaciones de la IA a la educación es la capacidad para mejorar los sistemas y técnicas de evaluación. A través del análisis de grandes cantidades de datos se puede evaluar el rendimiento del estudiante de una forma más rápida y precisa en relación a los métodos de evaluación tradicionales. Esto ayuda a identificar las debilidades específicas de cada estudiante y permite a los docentes enfocarse en áreas que necesitan refuerzo, todo ello además en un tiempo mucho menor.
Por ejemplo, herramientas como Edmentum o DreamBox analizan el progreso individual de los alumnos, detectan áreas de dificultad y generan ejercicios adaptados para reforzar habilidades específicas. Sistemas como Gradescope permiten corregir exámenes y trabajos de manera automática, mientras que plataformas como Knewton ajustan las pruebas al ritmo de aprendizaje del estudiante, ofreciendo una experiencia personalizada.
Por otro lado, las evaluaciones automáticas reducen la carga global del trabajo de los profesores, permitiéndoles dedicar más tiempo a la enseñanza face to face; no obstante, no debemos olvidar el trabajo inicial de preparación de dichas evaluaciones. Con la IA, las evaluaciones pueden ser continuas y adaptativas, ajustándose mucho más al progreso del estudiante y a sus necesidades puntuales, lo que hace que las pruebas sean más dinámicas y estén más alineadas con sus capacidades individuales.
Innovación y eficiencia
Es importante destacar como la IA está impulsando la innovación en técnicas educativas. Las plataformas de aprendizaje automatizadas, como Khan Academy o Coursera, pueden adaptar el contenido a las necesidades de cada estudiante, proporcionando recursos personalizados y ajustando el ritmo de enseñanza. Esta personalización fomenta un aprendizaje más efectivo ya que permite a los estudiantes avanzar a su ritmo personal sin sentirse abrumados o rezagados respecto al resto, facilitando con ello su inclusión en el grupo.
Por otro lado, tenemos la eficiencia, la IA facilita la gestión administrativa en las instituciones educativas y hace que estas sean mucho más eficientes en la gestión, aspectos como la programación de clases o la atención de necesidades específicas de los alumnos son tenidos en cuenta por la IA. La automatización de tareas rutinarias con soluciones como Schoology y Canvas permite a los educadores y administradores concentrarse en aspectos más importantes como el desarrollo de nuevas estrategias pedagógicas y de gestión.
Transformación del rol del docente
La inteligencia artificial no solo transforma la forma en que se evalúa y se enseña, también modifica el rol de los docentes en el aula. Los maestros ya no se limitan a transmitir conocimientos; ahora, con el apoyo de la IA, pueden enfocarse en ser guías y facilitadores del aprendizaje de los alumnos. Al automatizar tareas repetitivas, como la corrección de exámenes o la generación de informes, los educadores tienen más tiempo para desarrollar habilidades vitales como el pensamiento crítico o la resolución de problemas dentro del aula.
Esta transformación, por otro lado, implica una mayor interacción entre docentes y tecnología, los maestros deben aprender el uso de nuevas herramientas y aprovechar al máximo sus beneficios. La IA, lejos de sustituir a los educadores, se convierte en una aliada que potencia su labor, ofreciendo nuevas oportunidades para mejorar la enseñanza y hacerla más efectiva y eficiente, además de ser nexo de unión para todos.
Aprendizaje personalizado
Uno de los mayores avances que ofrece la inteligencia artificial a la educación es la personalización del aprendizaje. Cada estudiante tiene su propio estilo de aprendizaje y su ritmo particular dependiendo incluso de la materia cursada, lo que hace difícil a los maestros ajustar el contenido a todos los alumnos. Sin embargo, con la ayuda de la IA, es posible crear planes de estudio adaptativos y personalizados que se ajusten a las necesidades individuales de cada estudiante y materia en función de los requisitos.
Las plataformas educativas basadas en IA analizan el comportamiento de los alumnos, identifican sus fortalezas y debilidades y ajustan automáticamente el contenido y los ejercicios a sus necesidades. Este enfoque no solo mejora el rendimiento académico, sino que también aumenta la motivación del estudiante al ofrecerle un reto adecuado a su nivel de competencia. Además, la IA permite el acceso a recursos adicionales en cualquier momento lo que asegura un aprendizaje continuo y flexible. Plataformas como Aleks o Smart Sparrow también ofrecen experiencias personalizadas, analizando el comportamiento de los estudiantes y ajustando automáticamente el contenido y los ejercicios.
Retos y oportunidades
Aunque la inteligencia artificial presenta grandes oportunidades en el ámbito educativo, también plantea desafíos importantes. Uno de los principales retos es garantizar el acceso equitativo a estas tecnologías, ya que no todas las escuelas o estudiantes cuentan con los recursos necesarios para implementarlas. La brecha digital es un problema que se debe abordar para evitar que la innovación tecnológica amplíe las desigualdades existentes equilibrando con ello, en la medida de lo posible, las oportunidades para todos los estudiantes y docentes.
Por otro lado, es crucial que las instituciones educativas desarrollen políticas concretas sobre el uso ético de la IA. Por ejemplo, herramientas como Turnitin son útiles para detectar plagios, pero su uso indebido podría generar preocupación sobre la privacidad de los estudiantes. Esta privacidad es un aspecto vital; el manejo de los datos y el papel de los educadores son cuestiones que deben ser tenidas en cuenta para asegurar que la tecnología sea utilizada de manera responsable, segura y sostenible. Si estos desafíos son tratados adecuadamente, la IA tiene el potencial de transformar la educación de manera significativa, creando un futuro más inclusivo y accesible para todos.
Un uso ético, responsable y sostenible
La IA ha revolucionado, revoluciona y revolucionará aún más el proceso educativo global de enseñanza y aprendizaje. Herramientas como Gradescope, Khan Academy o Duolingo son ejemplos claros de cómo estas tecnologías están transformando el aprendizaje. La integración en el ámbito académico no solo ofrece beneficios inmediatos en términos de personalización y automatización, mejorando con ello el proceso de evaluación e impulsando la innovación, sino que también abre la puerta a un futuro donde la educación sea más inclusiva. La clave está en utilizar la IA de manera ética, responsable y sostenible sin olvidar la esencia del proceso que no es otra que mejorar la educación.
(*) José Gabriel Aguilera Maldonado es docente del Máster Universitario en Tecnología Educativa y Competencias Digitales y del Grado en Pedagogía. Cuenta con más de 15 años de experiencia como jefe de proyecto en una compañía multinacional. Profesor de UNIR, es doctor por la Universidad Jaume I, ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Valencia y Máster Universitario por la Universidad Católica de Valencia.
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