Laura Vivas
Aún queda mucho trabajo por hacer en materia de alfabetización, y la diversidad lingüística constituye un elemento importante dentro del proceso que contribuye además a la convivencia. Por este motivo, el lema del Día de la Alfabetización de este año es Alfabetización y Multilingüismo.
El 8 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Alfabetización, fecha proclamada por la UNESCO para “recordar al público la importancia de la alfabetización como una cuestión de dignidad y derechos humanos, y para promover el programa de alfabetización encaminado a lograr una sociedad más alfabetizada y sostenible”.
Este año 2019 el lema es Alfabetización y multilingüismo. Se trata de destacar el trabajo que aún queda por hacer para alfabetizar a la población en numerosos países, y la importancia de la diversidad lingüística para la educación, en consonancia con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 (Educación y calidad).
Los flujos migratorios que ocurren en el mundo, especialmente en los últimos tiempos, han ido cambiando el panorama educativo. Solo en el año 2015, los estudiantes de origen extranjero en España representaban el 18%.
Ello ha hecho que sea necesaria la aplicación de diferentes medidas de integración para acoger a esta nueva población que, en muchos casos, supone la inclusión de nuevas lenguas en los programas de estudio para poder mejorar los procesos comunicacionales.
Educación adaptada a la multiculturidad
La situación actual hace que se generen sistemas educativos adaptados a esa multiculturalidad, lo cual demanda multilingüismo en las aulas.
Promover el aprendizaje y uso real de idiomas en el aula, hace que el alumnado vea un mundo de posibilidades.
Como afirma la profesora del Grado en Maestro en Educación Infantil (grupo bilingüe) de UNIR, Milagros Torrado, ¨la enseñanza multilingüe es una parte esencial de la conciencia intercultural. Promover el aprendizaje y uso real de idiomas en el aula, hace que el alumnado vea el mundo de posibilidades que se abre ante él en lo que se refiere a la comunicación”.
Por un lado, si el niño aprende desde temprana edad el valor de la lengua como identidad social y como forma de identificar el mundo, se fomenta la tolerancia y el respeto entre las personas, lo que redundará en la convivencia y en el desarrollo positivo de esos futuros adultos.
Por otro, se trata de una cuestión práctica: aprender idiomas en edades temprana genera mayor flexibilidad mental y, al envejecer, compensan mejor el deterioro natural cognitivo.
Múltiples lenguas maternas y el cerebro
Convivencia respetuosa con los que se perciben como diferentes por su idioma. Pero también, tener dos o más lenguas maternas supone una serie de ventajas para la salud.
Según la revista Muy Interesante, en un estudio realizado en Italia se comprobó que las personas multilingües rinden mejor que las monolingües en las pruebas de memoria a corto y largo plazo.
Tener idiomas maternos genera la llamada “reserva cognitiva” que hace que el cerebro resista mejor el deterioro producto del envejecimiento e incluso influya en el retraso de la aparición del Alzheimer.
De la misma forma, los niños con idiomas presentan una mejor atención selectiva y tienen más desarrollado el hábito de cambiar los contenidos mentales.
El papel del profesor en el multilingüismo
El niño o niña nace con la capacidad para adquirir cualquier idioma que se le enseñe. Llega a internalizar esos conocimientos de forma natural y lúdica. “No necesitan largas clases de gramática ni de explicaciones, explica la profesora de UNIR, simplemente el uso oral de la lengua”.
La función del docente es ayudar a desarrollar la competencia comunicativa intercultural.
Pero para poder actuar en este tipo de entornos, el docente debe prepararse. España sigue siendo uno de los países que está a la cola de Europa en lo que se refiere a multilingüismo.
No obstante, esta realidad comienza a cambiar con la inclusión de asignaturas bilingües (metodología CLIL) principalmente con el inglés; y con la inclusión de grados bilingües en educación primaria e infantil dirigidos a profesores, como los que se imparten en UNIR.
“La función del docente es aportar los conocimientos necesarios, continúa Torrado, para solventar problemas y ayudar a desarrollar la competencia comunicativa intercultural, que implica competencias lingüística, sociolingüística, discursiva e intercultural”.
Por este motivo es preciso que le pierda el miedo a la lengua extranjera y que la trate como a una más de su entorno, “solo así el alumno verá que es una lengua totalmente válida para comunicarse y no un idioma cuyo uso se reduce a las cuatro paredes del aula”.
El beneficio de los idiomas
La diversidad lingüística enriquece en todos los ámbitos y a todos los sujetos implicados (profesores y estudiantes). Un buen docente transmite a sus alumnos la necesidad de cuidar los idiomas y respetar a las personas que los usan; además de adaptarse a la demanda de la Unión Europea, que señala que a partir de 2020 se comunique y se enseñe en dos lenguas en todo el continente.
Con los grados bilingües, el docente se formará en dos idiomas y saldrá capacitado para ejercer su profesión en ellos, ampliando asimismo sus perspectivas laborales. Se beneficia el profesor, el alumno y de esta forma, se aproximan un poco más a los objetivos de desarrollo global como el que propone la UNESCO.
La lengua, la cultura y las relaciones sociales están interconectadas. De ahí la necesidad de fechas como las que se celebra el 8 de septiembre.