Álvaro Barreras
El 12 de mayo se celebra el Día Internacional de las Mujeres Matemáticas y, para celebrarlo, imaginemos cómo sería el mundo si no hubiese mujeres matemáticas. Basta con conocer cinco aportaciones que han sido esenciales para el desarrollo de la sociedad, tal y como la conocemos hoy en día.
¿Un mundo sin la importante aportación de mujeres matemáticas? Antes de asomarnos a ese mundo hipotético, debemos recordar que las mujeres han tenido prohibido el acceso a la educación universitaria durante la mayor parte de la historia (hasta 1910 en España, 1930 en Ecuador y 1934 en Colombia, por citar algunos ejemplos). Algunas de las que aparecen en este texto, tuvieron que trabajar a escondidas o enfrentarse abiertamente a la sociedad de su época para hacerlo.
Si te gusta fantasear, puedes imaginar cómo sería nuestra sociedad si no hubiésemos desperdiciado todo ese talento femenino durante siglos. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que, sin las aportaciones de algunas mujeres matemáticas, no disfrutaríamos de las siguientes cinco cosas.
Lenguajes de programación
La inteligencia artificial puede aprender a hablar inglés, castellano, chino o cualquier otro idioma, pero su lengua natal siempre será la de las máquinas: un lenguaje de programación. La forma que tenemos de comunicarnos con los ordenadores es a través de este tipo de lenguajes, que son precisos y ordenados.
Pablo Picasso decía que los ordenadores son inútiles porque solo dan respuestas, pero si, de alguna manera hemos conseguido que los ordenadores desarrollen tareas complejas y propias de los seres humanos, ha sido gracias a los lenguajes de programación.
Ada Lovelace.
Quien desarrolló el primer lenguaje de programación lo hizo antes incluso de que existiesen los ordenadores. Se llamaba Ada Lovelace, nació en Londres en 1815, tenía un gran talento para las matemáticas y una imaginación sin límites. Inspirándose en un telar de la época, imaginó una máquina capaz de tejer números a gran velocidad… y no tuvo más remedio que inventar una forma de hablar con las máquinas.
Viajes espaciales
En 1962 la NASA empezó a utilizar computadoras electrónicas para calcular las órbitas de sus viajes espaciales. Entonces, el astronauta que lideraba la operación dijo “si ella no revisa los cálculos, no volaré”. Hablaba de Katherine Johnson, la mujer que desde hacía años había realizado todos los cálculos para los primeros vuelos espaciales tripulados de Estados Unidos. ¡Y lo hacía a mano!
Katherine Johnson.
Katherine procedía de una familia humilde, su madre era maestra y su padre leñador. Tuvo que luchar mucho por conseguir lo que otras personas tenían por derecho. De hecho, se enfrentó a muchos problemas para completar sus estudios y para trabajar, por el hecho de ser una mujer afroamericana. Sin embargo, su trabajo y el de sus compañeras permitieron “al hombre” viajar a la Luna e incluso soñar con Marte. Su historia es tan apasionante que incluso se hizo una película para contarla (‘Figuras ocultas‘, de 2017).
Entender el universo
Albert Einstein es, sin duda, uno de los científicos más grandes de la historia. Pero ¿sabías que tuvo algunos problemas para demostrar matemáticamente su teoría de la relatividad? Seguro que has escuchado más de una vez aquello de “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Es un enunciado muy intuitivo, pero no tan sencillo de demostrar. De hecho, la teoría de la relatividad parecía no respetar esta ley de conservación de la energía. Emmy Noether desarrolló las matemáticas necesarias para confirmar la teoría de Einstein, demostrar este principio y otras muchas leyes físicas. Esta matemática alemana, “la más importante de la historia“según el propio Einstein, revolucionó las matemáticas del siglo XX.
Emmy Noether.
Parece inimaginable que, siendo admirada por las grandes mentes de su época, no tuviese permiso para trabajar como profesora en la universidad por el hecho de ser mujer. Su capacidad de abstracción le permitió entender el mundo desde un lugar más alto que el resto de los mortales. Hoy tiene un cráter en la Luna con su nombre y, aunque eso no justifica la injusticia cometida con ella, al menos es un lugar bonito desde el que apreciar cómo todavía hoy siguen germinando las semillas que ella sembró hace un siglo.
Cruz Roja
El fundador de la Cruz Roja, un hombre suizo, manifestó que fue el trabajo de una mujer lo que le inspiró a crear dicha organización. Quedó fascinado por Florence Nightingale, enfermera y estadística británica, que logró reducir considerablemente la mortalidad en los hospitales de campaña durante la guerra de Crimea, a mediados del siglo XIX.
Florence Nightingale.
Cuando Nightingale empezó a trabajar, la labor de enfermería ni siquiera estaba definida. Fue ella quien sentó las bases y es considerada la madre de la enfermería. Contribuyó a la creación de escuelas para la formación de mujeres enfermeras e impulsó el acceso de estas a la educación. Escribió un manual llamado “Notas sobre Enfermería”, que todavía hoy se utiliza.
En honor de su nacimiento, el día 12 de mayo también se celebra el Día Internacional de la Enfermería. Este es un día doblemente honorífico para ella, pues también era matemática. De hecho, una de sus mayores aportaciones fue el diseño de estudios estadísticos aplicados a la medicina, salvando así miles de vidas.
Futuro
Todas las mujeres mencionadas hasta ahora han contribuido a hacer de este un mundo mejor. En la actualidad, nadie duda de que prescindir del potencial femenino en las matemáticas y en la ciencia en general, sería algo descabellado. Sin embargo, para poder disfrutar de ese futuro, es necesario fomentar las actitudes y vocaciones científicas en las niñas y en las adolescentes. Parte de esa labor recae en las maestras y en las profesoras de matemáticas de las diferentes etapas educativas. Con su ejemplo y acompañamiento son la mejor motivación y garantía de un futuro para nuestra sociedad.
Desde los másteres en Didáctica de las Matemáticas, tanto la específica de la etapa de Educación Infantil y Primaria, como de la Educación Secundaria y Bachillerato, promovemos una formación matemática innovadora y buscamos la motivación para hacer esta ciencia accesible a todas y a todos.
(*) Álvaro Barreras es coordinador académico de los másteres universitarios en Didáctica de las Matemáticas en Educación Infantil y Primaria, y en Educación Secundaria y Bachillerato, ambos de UNIR.