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¿Sabes qué es la disfonía? En UNIR abordamos este trastorno, los principales tipos de disfonía y qué retos surgen al docente para abordarla en el aula.
La disfonía es el trastorno del habla donde la voz se ve afectada: ya sea, en el timbre, volumen o la tonalidad. ¿Quieres conocer más en profundidad en qué consiste la disfonía? En UNIR abordamos este trastorno, los principales tipos de disfonía y qué retos le surgen al docente al abordarla en el aula.
A grandes rasgos, una persona disfónica puede presentar ronquera constante, dificultades para emitir sonidos agudos o modular la voz. Aunque muchos adultos se adolecen de dicha patología, la disfonía puede aparecer en los primeros años de la infancia, dificultando seriamente las habilidades de comunicación del alumno y, por ende, su aprendizaje y adaptación a la escuela.
A continuación, se tratará qué tipo de disfonías puede presentar un alumno y cómo se aborda la disfonía infantil en el aula.
Tipos de disfonía y síntomas
Es frecuente que la disfonía infantil pase desapercibida entre los padres y adultos, sobre todo en la primera infancia. Si el niño pierde la voz o se queja de molestias en la garganta cuando vuelve de jugar del parque o regresa de clase se suele justificar con que ha gritado o está agotado. Incluso algunos padres toman la ronquera persistente como un rasgo característico de la voz del niño.
Sin embargo, la disfonía muestra una serie de síntomas —a veces más evidentes que otros—, que deben consultarse con el médico o pediatra. Estos síntomas serían:
- – Voz ronca y rasposa.
- – Dolencias o molestias frecuentes en la garganta. Hay niños que se quejan de que tienen “algo en la garganta” que les provoca picor o escozor.
- – Intervalos de pérdida de voz, sobre todo cuando el menor trata de subir la intensidad o gritar.
- – Fatiga o falta de respiración cuando habla.
En cuanto a la clasificación de la disfonía podemos encontrarnos con dos tipos según su causa: orgánica o funcional.
Disfonía orgánica
Se produce por una alteración en las cuerdas vocales (nódulos, pólipos, distonía en la laringe…), en muchos casos derivada de una disfonía funcional que no ha sido tratada. Esta mala vibración de las cuerdas vocales causa períodos de ronquera, voz rasposa o entrecortada.
Disfonía funcional
El niño no presenta una malformación en la laringe que le provoque problemas en la voz. Su dolencia se debe al mal uso vocal. Por ej., habla durante largos periodo de tiempo, no respira correctamente mientras habla, fuerza el volumen, carraspea constantemente a modo de tic…
Disfonía espasmódica
Cabe resaltar un tipo de alteración fonética denominada disfonía espasmódica, dado que su origen todavía es desconocido; aunque la comunidad médica apunta a causas de tipo neurológico. La disfonía espasmódica afecta a la musculatura de la laringe (distonía laríngea) provocando contracciones involuntarias y, como consecuencia, una alteración fonética crónica. Además, va acompañada de gestos faciales exagerados, etiquetados de “extraños”, como consecuencia del esfuerzo que supone al disfónico el propio habla y modulación de la voz.
La disfonía espasmódica se puede presentar de dos maneras distintas:
- – De aducción: caracterizada por voz entrecortada, ronca y forzada. Tras intervalos silenciosos, el paciente inicia el habla en un tono de voz brusco, incapaz de modularlo.
- – De abducción: cuando el paciente sufre afonía intermitente o, tras los silencios, su voz es baja y susurrante.
Necesidades educativas especiales del alumno disfónico
La voz no es solo el medio que disponemos los humanos para expresar oralmente palabras o pensamientos. A través del timbre y la entonación de la voz podemos transmitir nuestras emociones enriqueciendo así la comunicación y facilitando la interacción con los demás. Un alumno disfónico va a ver mermada esta capacidad para comunicarse de manera efectiva.
No podemos olvidar tampoco que la ronquera o los cambios de tonalidad bruscos y la gesticulación exagerada puede despertar las mofas entre sus compañeros. Por lo tanto, es habitual que el niño se sienta frustrado, que evite hablar y, por ende, que la disfonía acabe afectando tanto a su desarrollo lingüístico como social.
Como el alumnado con dificultades en el aprendizaje o en el neurodesarrollo, un niño con disfonía también manifiesta una serie de necesidades educativas especiales que la escuela debe cubrir. Una medida educativa fundamental para atender estos alumnos son los apoyos logopédicos.
¿Qué pautas se pueden tomar para abordar la disfonía en el aula?
- – Enseñar al niño una buena higiene vocal: que beba mucha agua, evite hablar en ambientes con mucho ruido, que haga pausas durante una conversación.
- – Entrenarle en ejercicios de relajación, fonorrespiratorios y de articulación vocal.
- – También son aconsejables los ejercicios de movimientos de labios, lengua, cuello y hombros para reforzar la musculatura.
- – Realizar actividades para que aprendan a modular la voz y las pausas en el habla; por ejemplo, a través de representaciones teatrales, lectura de cuentos, recitar poesías…
La reeducación de la voz durante el trabajo diario en el aula es fundamental para prevenir y solventar los problemas de comunicación del alumno derivados de la disfonía infantil.