Alejandro Criado Martín
¿Sabes identificar las dificultades del aprendizaje? Descubre cómo con Alejandro Criado, profesor del Máster en Dificultades y Trastornos de Aprendizaje de UNIR.
Se estima que las dificultades de aprendizaje como la dislexia, la discalculia y la disgrafía se dan en un porcentaje de la población nada desdeñable. En concreto, se calcula que entre un 5 y un 10% de la población estaría afectada por la dislexia, entre un 3 y un 7% por la discalculia y aproximadamente un 3% por la disgrafía.
Pero ¿qué son estas dificultades de aprendizaje y cuáles son las señales para identificarlas? ¿te lo has preguntado alguna vez?
Dificultades del aprendizaje más comunes: Dislexia, disgrafía y discalculia
Si has llegado a este artículo, seguramente hayas identificado en alguno de tus alumnos o en alguno de tus hijos que confundía letras, números, cometía faltas de ortografía, no eran capaces de escribir de forma ordenada o legible, etc. ¿Significa esto que tienen dislexia, discalculia o disgrafía?
Pasemos a profundizar sobre estas dificultades para poder entenderlas mejor. En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5 – DSM5 (American Psychiatric Association, 2013) se precisan tres clases de trastornos específicos del aprendizaje:
- Dificultad en la lectura, la cual podemos relacionar con la dislexia.
- Dificultad en la expresión escrita, alteración relacionada con la disgrafía.
- Dificultad matemática, nombrada discalculia.
Si bien podemos identificar estos tres términos con las dificultades de aprendizaje, cada una tiene su propia epistemología, la cual debe ser bien definida, acotada y evaluada para realizar una correcta intervención sobre el usuario. Para ello, en este artículo definiremos brevemente cada término, sus características y algunas orientaciones básicas para trabajar con ellos.
La dislexia
En esta dificultad nos encontramos ante un trastorno de la lectura, pero que también se relaciona con problemas de escritura, proponiendo distorsiones en la lectura, sustituyendo u omitiendo letras, además de tener problemas para la comprensión o una velocidad de lectura reducida.
Ejemplo de niño con dislexia. Tomado de Villafranca (s.f.).
Como proponen Campos et al. (2020, p. 288): “la primera sospecha de alarma de la ausencia de aparición del lenguaje o del retraso en su adquisición aparecen hacia los dos o tres años, y casi siempre antes de los cuatro años”.
Para una correcta evaluación e intervención es esencial la detección temprana, que le permita poder desarrollar sus habilidades del lenguaje, con el objetivo de adecuarse a la de sus compañeros.
En la dislexia los componentes más importantes a intervenir son los siguientes:
- Lenguaje oral.
- Memoria y atención.
- Orientación espacial y temporal.
- Comprensión lectora.
- Velocidad lectora.
- Lateralidad.
La disgrafía
Los usuarios que tengan dificultades con este componente exhibirán impedimentos para realizar trazados de letra organizados, ausencia de enlaces, cierres, ilegibilidad de los textos escritos y escritura lenta.
También puede venir acompañado de déficit en el lenguaje y la perceptomotricidad, lo que supondría la ausencia de toma de conciencia e identificación de las informaciones que llegan a nuestros sentidos.
Ejemplo de alumno con disgrafía. Tomado de @paidografia en Twitter.
Siguiendo el punto anterior, la evaluación diagnóstica para estas dificultades suelen darse en niños que se hallan en la etapa evolutiva de Primaria. Si bien es deseable comenzar a identificar posibles dificultades, como las que hemos revisado en este segundo apartado, dentro de la etapa infantil. Todo ello, con la intención de poder empezar a trabajar de la manera más temprana posible en las alteraciones surgidas.
En la disgrafía los componentes en los que se debe hacer más hincapié son los siguientes:
- Psicomotricidad fina.
- Percepción.
- Grafomotricidad.
- Visomotricidad.
- Grafoescritura.
La discalculia
La alteración a la que da nombre la discalculia es el equivalente de la dislexia dentro del campo de las matemáticas.
Aparecen dificultades para realizar tareas matemáticas elementales, problemas con números secuenciales, comprender diferencias entre mayor y menor, así como la dificultad de asociar una palabra y su símbolo (Por ejemplo, existe dificultad para integrar la palabra del número “siete” y su símbolo “7”).
Ejemplo de discalculia. Tomado de Málaga y Arias (2020, p. 71).
Se debe hacer énfasis, de nuevo, en las edades en las que comienzan estas alteraciones, las cuales se suelen dar entre los cuatro y los siete años. Es importante remarcar que antes de llevar a cabo cualquier intervención ha de realizarse una correcta evaluación específica para estos componentes.
Una vez efectuada la evaluación diagnóstica, es momento de llevar a cabo la intervención reeducativa en los siguientes apartados:
- Grafía de los números.
- Correspondencia número-grafía y número-cantidad.
- Memoria y atención.
- Orientación espacial.
- Conceptos de tamaño y longitud.
- Series numéricas.
- Clasificación de objetos.
¿Las dificultades de aprendizaje se presentan solas?
Tras estos pequeños indicios que hemos desgranado sobre cada componente del Trastorno Específico del Aprendizaje, es importante señalar que pueden presentar otras dificultades.
Campos et al. (2020) señalan de nuevo: “Los niños con TEL suelen presentar dificultades en los aprendizajes escolares, que son secundarias a su afectación principal en el lenguaje o pueden deberse a la presencia de otros trastornos o comorbilidades, como pueden ser los trastornos del aprendizaje (dislexia, disgrafía, disortografía y discalculia) y el trastorno de déficit con atención con hiperactividad (TDAH)”. (p. 290)
Específicamente, en referencia al último caso que hemos trabajado, la discalculia, los autores Soares y Patel (2015) encontraron que el 11% de las personas con esta dificultad también eran diagnosticadas de TDAH.
Procedimientos de afrontamiento
No sólo es necesaria una buena identificación de la problemática, una correcta evaluación y una intervención adecuada. Para que las personas que tienen un déficit como estas dificultades del aprendizaje tengan un buen pronóstico, es necesario la involucración y la buena cooperación interdisciplinaria de todos los agentes que rodean a los niños: padres, profesionales que se hallan dentro de la escuela, profesionales externos, clínicos, etc.
Y por supuesto, lo más importante, evitar etiquetas y personalizar. Hay que empatizar, crear aceptación, entender la heterogeneidad que presenta cada persona con la que nos encontramos, ser pacientes y perseverantes. Con el buen hacer, llegan los buenos resultados.
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Referencias
- Campos, F. R., Castillo, I. C. y Torres, J. A. A. (2020). Psicopatología del lenguaje. En A. Belloch, B. Sandín y F. Ramos (eds.), Manual de Psicopatología (pp. 281-320). McGraw Hill.
- Comeche, M.I. y Vallejo, M.A. (2016). Manual de Terapia de Conducta en la Infancia (3ª Edición). Dykinson.
- Málaga, I. y Arias, J. (2010). Trastornos del aprendizaje. Aproximación diagnóstica. Boletín de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria, Castilla y León, 50(212), 66-75.
- Puente González, A., G. (s.f.). DIFICULTADES DE APRENDIZAJE Y TIC: dislexia, disgrafía, discalculia. [Trabajo de Fin de Grado, UNIR]. Repositorio Institucional de la Universidad Internacional de La Rioja
- Soares, N. y Patel, D. R. (2015). Dyscalculia. International Journal of Child and Adolescent Health, 8(1), 15.
- Villafranca, A. (s. f.). ATENCIÓN LOGOPÉDICA DE LA DISLEXIA. Recuperado de aquí.