María Fernanda Del Real García
Los contenidos pueden ser más accesibles a cualquier estudiante, independientemente de su situación, mediante las características multimedia y de personalización que encontramos en la tecnología digital.
Según la LOMLOE, establecida en la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, la Educación Inclusiva es la capacitación para garantizar la plena inserción del estudiante en la sociedad digital y el aprendizaje de un uso seguro de los medios digitales y respetuoso con la dignidad humana, los valores constitucionales, los derechos fundamentales y, particularmente, con el respeto y la garantía de la intimidad individual y colectiva.
El acceso a la tecnología y el desarrollo de habilidades para el buen uso pedagógico previsiblemente favorecerán los aprendizajes inclusivos en aulas diversas. El buen uso de la tecnología fomenta la creación de una educación de calidad para todos.
¿Qué es la Educación Inclusiva?
La educación inclusiva es aquella forma educativa que ofrece las mismas oportunidades para que los individuos puedan desarrollar sus habilidades innatas y sean capaces de usarlas para construir su aprendizaje y desarrollarse dentro de una sociedad con las mismas igualdades, independientemente de su condición de género, lejanía, riqueza, diversidad funcional —discapacidad—, etnia, idioma, migración, desplazamiento, encarcelamiento, orientación sexual, identidad y expresión de género, religión y otras creencias y actitudes (Villa-Fernández & Martín-Gutiérrez, 2020).
En este sentido los modelos educativos actuales deberían de tomar en cuenta estas condiciones al diseñar sus modelos de centro, para no excluir a ningún grupo social, especialmente a los más vulnerables. Esto es lo que se consideraría una educación inclusiva en el amplio sentido de la palabra.
¿Qué papel juega la tecnología en la educación inclusiva?
En este mundo tan cambiante, es una realidad que la tecnología forma parte de nuestras vidas, por lo que no podemos ignorar los beneficios que ésta podría aportar como recurso en la formación, especialmente en cuanto a las oportunidades de personalización en aulas diversas.
El acuerdo del 30 de marzo de 2022, de la Conferencia Sectorial de Educación, sobre la actualización del marco de referencia de la competencia digital docente (BOE, 2022) establece:
“Las tecnologías digitales son actualmente indispensables en los entornos laborales, sociales, económicos, deportivos, artísticos, culturales, científicos y académicos; han pasado a formar parte de nuestras vidas y a transformarlas.” (p. 67979).
Desde esa perspectiva la tecnología debería de considerarse un recurso para alcanzar un fin, y dentro de la educación inclusiva es el de dar las mismas oportunidades a todos nuestros alumnos, sin importar su condición. Siendo ésta una herramienta educativa para favorecer el desarrollo de las 21 competencias digitales (figura 1) de los 5 ejes que consideran esenciales:
- Alfabetización.
- Comunicación y colaboración.
- Creación de contenidos.
- Seguridad
- Resolución de problemas.
En cuanto al correcto uso de la tecnología desde una perspectiva pedagógica, es importante considerar que para que la inclusión se lleve efectivamente a cabo, debemos de contemplar el modelo pedagógico para su buen uso. Dentro de los modelos a tener en cuenta, y para trabajar en ambientes inclusivos, podríamos indicar los más destacados como es el modelo TPACK (Mishra & Koehler, 2006), el modelo SAMR y, sobre todo, el DUA. En todos ellos se contempla el conocimiento del uso tecnológico sin olvidar el conocimiento de los contenidos y de la pedagogía, lo cual se percibe en las 21 competencias digitales antes mencionadas.
Modelo TPACK.
Conocer el contexto y la diversidad que tenemos en las aulas son un aspecto fundamental para saber cómo usar la tecnología y favorecer el aprendizaje personal y grupal en el aula y fuera de ellas. Por ejemplo, con tan sólo un ordenador o móvil y conexión a Internet se podría dar las mismas oportunidades de aprendizaje a estudiantes de diferentes culturas.
Basta para sumergir al estudiante en una realidad virtual para conocer lugares que podrían ayudarle en su aprendizaje vivencial. La tecnología aportaría así un aprendizaje significativo no sólo al estudiante que pudiera tener una capacidad lingüística, si no que, mediante los elementos multimedia (imagen, audio), daría las mismas oportunidades de aprendizaje a todos los estudiantes. Incluso las redes sociales y el Metaverso se podrían aprovechar para favorecer el aprendizaje de los alumnos.
La tecnología puede aportar beneficios de empatía ante los demás si se aplica mediante metodologías activas. Puede usarse para conocer diferentes visiones y crear un pensamiento reflexivo sobre el respeto hacia los demás. El trabajar en grupo respetando las diferentes visiones ayudaría a crear ambientes aptos para el aprendizaje y la reflexión en aulas diversas.
Otro ejemplo de posible buena práctica es Flipgrid para crear una “Comunidad virtual”. Con este recurso se puede crear una comunidad virtual de aprendizaje accesible (al usar videos subtitulados en cualquier idioma) para que cualquier estudiante acceda y participe activamente, independientemente de su idioma. Además, se puede emplear para conocer la cultura o el idioma de otros países.
Por ejemplo igualmente usarlo entre dos colegios de 5º o 6º de primaria de dos países diferentes, como Colombia o Canadá. Aquí los alumnos podrán interactuar mediante videos con subtítulos traducidos. Compartirían sus culturas y expondrían sus ideas para construir un conocimiento más amplio: “Sociedad de la Información y el Conocimiento” desde una perspectiva de lo intercultural.
Otro ejemplo de cómo se podría usar esta herramienta sería planteando un problema mundial a partir de una de las culturas existentes en el aula. En este caso se usaría la metodología de Aprendizaje Basada en Problemas. Se trata de pedir a los estudiantes que formen su propio razonamiento a partir de una pregunta específica sobre cómo cada uno resolverían un problema dado, siempre a partir de sus propias ideas. Los profesionales deben entonces observar la colaboración entre las diferentes culturas. Se trabajan así la empatía y el respeto, y toda una serie de temas actuales desde una perspectiva pedagógica, usando la tecnología.
Internet nos da una infinidad de recursos, como estos 14 Recursos tecnológicos para trabajar la inclusión intercultural en el aula. Usando estos recursos usando los modelos tecnopedagógicos se podría trabajar por una educación de calidad en las aulas diversas.
No cabe duda de que una buena aplicación de la tecnología en la educación puede crear ambientes propicios para el aprendizaje y dotar de las mismas oportunidades a todos los niños y niñas de un aula.
*María Fernanda del Real es coordinadora académica del Máster Universitario en Educación Inclusiva e Intercultural de UNIR.
Bibliografía
BOE núm. 116, (16 de mayo de 2022), Páginas 67979 a 68026, disponible en https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2022-8042
Cabero-Almenana, J., Torres-Barzabal, L., y Hermosilla-Rodríguez, J.M (2019). ICT and the creation of critical digital citizenship. Education in the Knowledge Society, 20, 1-10. Doi: https://doi.org/10.14201/eks2019_20_a22
Mishra, P., & Koehler, M. J. (2006). Technological pedagogical content knowledge: A framework for teacher knowledge. Teachers college record, 108(6), 1017-1054.
Sánchez-Cruzado, C., Santiago Campión, R. y Sánchez-Compaña, M. T. (2021). Teacher Digital Literacy: The Indisputable Challenge after COVID-19. Sustainability, 13(4), 1858. https://www.mdpi.com/2071-1050/13/4/1858
Villa-Fernández, N., & Martín-Gutiérrez, Á. (2020). Educación inclusiva y digital: desafíos y propuestas a partir del COVID-19. Virtu@ lmente, 8(2), 7-27. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7845752