Román Rodríguez Curbelo
El director del Máster en Educación Inclusiva de UNIR, Elías Said, celebra el acuerdo entre el Gobierno y las autonomías para invertir 38 millones de euros en esta modalidad educativa que garantiza la diversidad de culturas y la igualdad de oportunidades en las aulas.
El Ministerio de Educación y Formación Profesional y las comunidades autónomas aprobaron a finales del pasado año el Programa de Cooperación Territorial de Educación Inclusiva, un acuerdo por el que se aprueban los criterios de reparto de 38 millones de euros que gestionarán las comunidades autónomas.
Una dotación con cargo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 y que las autonomías deberán gestionar y ejecutar como muy tarde hasta el próximo 31 de agosto.
El director del Máster en Educación Inclusiva e Intercultural de UNIR, Elías Said, celebra que con esta aprobación se priorice en la agenda nacional este necesario impulso a la educación inclusiva.
Un principio fundamental
La Ley Orgánica de Educación (LOE) define a la educación inclusiva como el principio esencial para atender a la diversidad de las necesidades de todo el alumnado.
Asume su condición de derecho humano fundamental, reconoce la diversidad inherente en las aulas y potencia el papel que los profesores cumplen a la hora de garantizar una buena aplicación de esta enseñanza.
Resulta necesario por ello impulsar procesos transformadores para mejorar la calidad de la educación con equidad y asegurar el derecho a la educación del alumnado en toda su diversidad y conforme a los principios del diseño universal de aprendizaje, sostiene el acuerdo.
La distribución de recursos está contemplada para los niños con necesidades educativas especiales, pero todavía no para aquellos que necesitan apoyos educativos específicos y no padecen trastornos o discapacidades graves.
Educación inclusiva, educación especial
Según datos del Ministerio de Educación, 21.150 alumnos de la etapa Infantil presentan retraso madurativo y 15.140, un trastorno del desarrollo del lenguaje. En Primaria, esta última variable asciende a 50.377 niños.
Estas necesidades específicas de algunos estudiantes acaban en muchos casos condicionando su éxito educativo si no reciben un apoyo desde el centro escolar en las primeras etapas.
La ley señala, de hecho, que las etapas iniciales de la escolarización son el momento óptimo para prevenir trastornos del aprendizaje y de atención o, al menos, para modular su intensidad. Y hace hincapié en la enorme importancia de la detección y la intervención precoces.
En cualquier caso, “la Educación Inclusiva va más allá de la Educación Especial”, asegura Elías Said. “Es algo más que simplemente asumir la diversidad por motivos físicos, cognitivos o psíquicos. Trata de abrazar a la diversidad inherente, en el sentido más amplio del término”, explica.
“Esta forma educativa garantiza la igualdad de oportunidades para que los jóvenes participen activamente en la sociedad, y acoge a quienes provienen de distintos países, hablan otros idiomas, o tienen otras culturas, religiones u orientaciones sexuales”, dice el docente.
Una educación realmente inclusiva también tiene en cuenta las inteligencias múltiples e integra las características personales de cada persona. Supone, según Said, un baluarte indispensable en el desarrollo de cualquier comunidad. Será clave para los docentes y educadores en los próximos años.
Especialidad necesaria
Said entiende que las últimas normativas aprobadas hasta ahora hacen prever un incremento de la demanda laboral de profesionales con conocimientos en estas materias.
En España, entre el 26% y 31% del profesorado de Primaria y Secundaria trabaja en centros en los que más del 10 % del alumnado tiene un origen migrante.
“Pero pocas prácticas institucionales aseguran la integración de los niños extranjeros. Y pese a que hay un alto grado de consciencia, las actitudes no se reflejan necesariamente en mayores habilidades y destrezas”, asegura el experto.
La Educación Inclusiva va más allá de la Educación Especial.
Said habla con conocimiento de causa: forma parte del grupo de investigación SIMI de UNIR y colabora, junto a otras compañeras, en el proyecto Diverprof.
La idea, al final, es que los docentes adquieran competencias que les ayuden a gestionar con eficacia contextos de aprendizaje con estudiantes diversos, más allá de la actual tendencia de formarles tan solo en cuestiones o niveles educativos específicos.
La ley recoge, en este sentido, que una de las grandes finalidades del programa es mejorar la organización de recursos especializados que atiendan a la diversidad de los estudiantes.
También impulsar la detección e intervención precoces y potenciar el papel central de las familias en las etapas iniciales del proceso educativo, establecidas en cuatro grandes objetivos:
- Actualizar y ajustar las medidas de atención a la diversidad (organizativas y de recursos) que garanticen la educación inclusiva en las primeras etapas educativas.
- Impulsar acciones dirigidas a fomentar y facilitar la colaboración de las familias en la vida del centro y desarrollar sentimiento de pertenencia.
- Establecer procedimientos que garanticen la detección precoz e intervención temprana.
- Asegurar atención especializada para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.
Conocimientos y habilidades que se potencian en el Máster en Educación Inclusiva e Intercultural de UNIR a lo largo de todo su plan de estudios mediante una metodología flexible y adaptada a cada estudiante.