Ingrid Mosquera Gende
Quinto de una serie de artículos en los que abordamos la importancia de la observación en las diferentes etapas educativas mediante el relato, en primera persona, de profesores con una dilatada experiencia docente. En esta ocasión, hablaremos de la Universidad.
En artículos anteriores, abordamos la observación en las etapas de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional. Cerramos esta serie con tres docentes universitarios que nos muestran su punto de vista en referencia al tema en cuestión, en un entorno muy diferente, la Universidad.
Además, añadiremos una novedad, ya que una de las tres profesoras imparte clases en nuestra universidad online, UNIR. Veremos cómo tiene en cuenta la observación en un entorno virtual.
Miriam Monreal: “Las expresiones de mis alumnos son reflejo de sus pensamientos”
Miriam Monreal es coordinadora del programa de Ajedrez en la Escuela de Aragón, maestra en el CEIP Zalfonada de Zaragoza y profesora de Didáctica del Ajedrez en la Facultad de Educación de Zaragoza. Su experiencia como maestra, así como en la formación permanente de profesores, enriquece su perfil como profesora de los futuros maestros.
Además, es administradora y editora de la web Ajedrez a la escuela, un banco de recursos para profesores innovadores que decidan llevar el ajedrez a sus aulas. A continuación, nos habla de la importancia de la observación en su faceta de profesora universitaria.
La observación en el aula es una de mis principales herramientas de trabajo, creo que las expresiones de mis alumnos son el reflejo de sus pensamientos. Así puedo intuir si siguen la clase con interés, si han comprendido mis explicaciones, etc. Esta información es clave para el desarrollo de posteriores clases, así como de la que se está realizando en ese momento.
Además, enseño a mis alumnos, fututos docentes, cómo utilizar la observación en clase con el alumnado de Infantil y Primaria, aprovechando lo que va ocurriendo en la clase de la Facultad. En la primera sesión ya les habla de ello: “Si realmente queréis ver lo que ocurre en clase debéis observar y acercaros a todos los alumnos, conocerlos e investigar cómo llegar mejor a ellos. Las primeras clases son vitales, si logramos crear un clima positivo de trabajo, tendremos mucho ganado para el desarrollo del curso”.
También me gusta dejar claro que hay que diferenciar la observación de comportamientos y actitudes de los procesos y resultados de los juegos y actividades que se desarrollan en el aula. Para mí, el ajedrez es un gran recurso diagnóstico inicial, es un juego que rápidamente nos permite ver dificultades o grandes aptitudes en nuestro alumnado, cuanto antes lo descubramos mejor respuesta podremos darles.
La autoestima y la motivación son muy importantes para el aprendizaje. En este sentido, la observación puede darnos la clave para potenciarlas en nuestros alumnos: cuando a un alumno le vemos trabajando bien y/o realizando correctamente la tarea debemos felicitarle, proporcionarle su ración de éxito de tal forma que se afiance y quiera seguir aprendiendo. Así también lo aplico en las clases de la Facultad con los futuros docentes.
Tanto en las clases de la facultad como en las sesiones de formación de docentes de ajedrez, remarco lo importante que es la utilización de instrumentos para la recogida de datos. En esos registros se pueden apuntar aspectos relativos al proceso de aprendizaje, actitudes, personalidad, situaciones problemáticas, intereses, estrategias para alcanzar sus metas o clima emocional, entre otros.
En conclusión, el uso de la observación mediante registros adecuados nos proporcionará una información más completa y personalizada sobre nuestro alumnado, lo que nos ayudará a la mejora de la calidad de la educación.
Jesús Rodríguez: “La observación es una estrategia básica para innovar”
Jesús Rodríguez Vaquero, en Twitter @jrvaquero, es Doctor en Geografía, Profesor en Secundaria de Geografía e Historia y Profesor Asociado del Área de Didáctica de las Ciencias Sociales en el Departamento de Educación de la Facultad homónima de la Universidad de Almería. Su docencia la imparte en los grados de Educación Infantil y Primaria.
Es miembro del Grupo de Innovación Docente: “Cuestiones controvertidas en la formación inicial del profesorado. Experiencias innovadoras para el desarrollo del pensamiento crítico” y del Grupo Docente para la Creación de Materiales Didácticos: “Prácticas para la formación inicial del profesorado en pensamiento crítico. Temas controvertidos y uso de TIC como recursos”. En las siguientes líneas nos presenta su visión sobre la importancia de la observación en el aula universitaria.
Partiendo del convencimiento que tengo de que, sea cual sea la etapa educativa en la desarrollemos nuestro trabajo, las metodologías meramente magistrales carecen de sentido en el contexto socioeducativo actual, y de que nuestro objetivo debe ser que el alumnado construya su propio aprendizaje, considero que la observación en el aula se convierte en una estrategia imprescindible.
Por este motivo y porque mis alumnos y alumnas serán futuros docentes, considero que es de capital relevancia incluirla en todas las materias que imparto, tanto en las sesiones teóricas como en las prácticas. Esta observación me permite obtener una idea, a veces muy precisa, de los intereses del alumnado, de su participación en su proceso de formación y de sus perspectivas de futuro en las aulas.
Insisto en que por su naturaleza, los grados universitarios de educación deben ser espacialmente objeto de estrategias de este tipo. Consecuentemente, también es un elemento esencial en la evaluación, máxime cuando uno de los ejes fundamentales de mis clases está basado en debates y exposiciones sobre temas socialmente controvertidos, buscando el desarrollo del pensamiento crítico.
La observación es, por tanto, una estrategia básica para innovar que nos permite romper con vías tradicionalmente unidireccionales, tanto en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, como en la evaluación de los mismos.
Myriam Ferreira: “Los alumnos de la universidad también quieren recibir atención del profesor”
Myriam Ferreira es profesora en el Grado en Humanidades de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) desde hace 9 años. También ha sido docente en el Grado en Comunicación y en el Máster de Secundaria en la misma Universidad.
Puedes seguirla en Twitter o visitar su blog. Veamos cómo ha trasladado la idea de la observación a la enseñanza online.
La observación no es fácil en una universidad online. Se trata de una universidad donde la mayor parte de los estudiantes son mayores que tú, aunque tú seas el profesor. Se puede pensar que no están tan necesitados de ayuda, que son más autónomos y autosuficientes que los estudiantes de un colegio o un instituto.
Y, sin embargo, los alumnos de universidad, por maduros que sean, también desean y necesitan recibir la atención del profesor. La desean porque su interés por aprender es genuino, hasta el punto de que han renunciado a gran parte de su tiempo libre, a su descanso y a sus diversiones para estudiar una titulación. Y la necesitan porque la soledad de un alumno online puede ser grande.
No tiene cerca el aula, ni la pizarra con su olor a tiza, ni a sus compañeros para tomar un café. Esa soledad les puede llevar a sentir cierta falta de humanidad en sus estudios. Recuerdo a un estudiante que, al conocerme, comentó: “Qué gracia, tanto verte solo la cara, por fin he descubierto que terminas por abajo”. Para él, yo era poco más que un holograma.
Pero ¿cómo practicar la observación en una universidad online cuando no ponemos cara a nuestros alumnos? ¿Cómo observarles si no les vemos? Yo ofrecería tres consejos, fruto de mi experiencia:
1.Crea un ambiente favorable en el aula para escuchar a los alumnos. Hazles preguntas, descubre cuánto saben para adaptar tus contenidos a sus conocimientos previos. Si te dan algún dato suyo personal (de dónde son, en qué trabajan, qué es lo que más les gusta), intenta recordarlo y aplícaselo expresamente cuando aparezca algo relacionado en clase: “Hoy vamos a estudiar la Catedral de Burgos, Fulanito, ¿tú eras de Burgos, no? ¿Qué nos puedes contar de la Catedral?”. De este modo, ellos pueden unir su aprendizaje a sus conocimientos previos (scaffolding) y se sienten más implicados en la marcha del curso.
2.Acepta cualquier comentario que hagan, no critiques sus preguntas. En una ocasión, conocí a una alumna que me contó: “Lo que más me gustaba de tus clases es que cuando preguntabas algo, aunque nos equivocáramos, no nos decías que estaba mal. Valorabas lo que estaba bien y luego nos dabas la respuesta correcta”. Yo no era consciente de actuar así, pero desde que me lo dijo he intentado hacerlo. De ese modo, pierden el miedo a participar, aportan sus conocimientos y enriquecen los contenidos de la asignatura.
3.Aprovecha las ocasiones que tengas para conocer a los alumnos en persona: asistiendo a defensas o a exámenes, participando en la Graduación de los estudiantes, entre otras ocasiones. Te ayudará a tocar los problemas de los estudiantes y a adaptar tus clases a la realidad que viven.
Cuanto más nos acerquemos, virtual o físicamente, a nuestros alumnos, más los conoceremos y, consecuentemente, más útil y rica será nuestra docencia y mayor aprovechamiento podrán ellos sacar de sus estudios.
Como compañera de Myriam Ferreira en UNIR, me gustaría añadir, a modo personal, que la observación no es únicamente ver las caras e interpretar los gestos de los estudiantes. En la educación online, hemos aprendido a observar los comentarios, a interpretar los silencios y a analizar las respuestas en actividades y en exámenes. Nuestra observación es diferente, pero está ahí, hay muchos modos de conocer a nuestros alumnos y de romper barreras.
En mi caso, bromas, chistes y juegos promueven un acercamiento y una relajación muy necesarios en todos los contextos. Como siempre digo, cuando un alumno se divierte, aprende más. Y creo que eso es válido para todas las edades. Solo tienes que observar sus reacciones, activas y pasivas, para saber qué camino seguir, qué está funcionando y qué debes cambiar.
- Grado en Educación Infantil
- Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria