Ingrid Mosquera Gende
El aprendizaje por proyectos es una metodología que ha ido evolucionando con el tiempo, siempre un paso por delante del propio desarrollo educativo, incorporando técnicas e ideas de otras metodologías que la han ido enriqueciendo y potenciando sus posibilidades.
Si hablamos de metodologías activas, de sobrepasar las barreras del aprendizaje compartimentado, de fomentar las competencias y las soft skills y de una enseñanza activa en el que el alumno sea el protagonista, el ABP, aprendizaje por proyectos, tiene que entrar entre nuestras opciones metodológicas.
El aprendizaje basado en proyectos supone que los alumnos deben resolver situaciones, retos o responder a preguntas, a través de sus conocimientos, recursos, investigación, reflexión y cooperación activa. No es una metodología nueva, pero sin duda está a la orden del día, floreciendo, desde hace años, entre otras tendencias educativas.
Se puede comenzar realizando proyectos de aula para llegar al aprendizaje por proyectos.
Aconsejamos empezar de forma gradual, con pequeños proyectos en el aula de corta duración, en nuestra asignatura, posteriormente podremos pasar a proyectos transversales, junto con otros docentes, para poder llegar a proyectos más ambiciosos y amplios. En un escenario ideal, el modelo de centro podría ser el de aprendizaje basado en proyectos. Pero ese es un largo camino que obviamente no podemos recorrer solos, aunque siempre podemos poner la primera piedra, para empezar a construir esa visión educativa conjunta.
Adaptabilidad del aprendizaje por proyectos
Una de sus mayores ventajas es su versatilidad. El aprendizaje por proyectos puede:
-Suscribirse a una sola asignatura dentro del aula.
-Sobrepasar las cuatro paredes y expandirse en más espacios.
-Promover la transversalidad e incluir varias asignaturas.
-Extenderse a varios cursos, etapas o incluso centros.
-Abrir una vía de comunicación con la comunidad (aprendizaje servicio).
-Adaptarse a todas las etapas educativas.
–Tener diferentes duraciones, desde pocas sesiones, hasta todo un año académico o más allá.
Cuando hablamos de un proyecto o de aprendizaje por proyectos, en ambos casos podremos integrar otras técnicas y metodologías complementarias: aprendizaje cooperativo, AICLE, gamificación, visual thinking, critical thinking, flipped learning, espacios maker, entre muchas otras opciones. Además, comunidad y familias se pueden ver involucradas. Siempre respondiendo a las exigencias curriculares.
Pasos en el aprendizaje basado en proyectos
Se suelen distinguir, con diferentes posibilidades, ciertos pasos fundamentales:
-Decisión sobre el tema y presentación del proyecto, de una pregunta a resolver o de un reto, despertando la motivación e interés de los alumnos.
–Creación y organización de grupos. Roles en los grupos. Temporalización.
–Trabajo en grupos y elaboración del proyecto.
–Producto final: presentación y difusión. Respuesta al reto o pregunta planteada.
Dependiendo de las etapas en las que nos encontremos, algunos de estos pasos pueden ser compartidos por profesores y alumnos, organizados directamente por los alumnos o decididos exclusivamente por el docente.
Beneficios del aprendizaje por proyectos
Mediante un proyecto, desarrollaremos:
-Capacidad de trabajo en grupo.
-Competencias organizativas y de gestión del tiempo.
-Competencias lingüísticas y comunicativas.
–Autonomía.
–Autoestima.
-Atención a la diversidad.
-Capacidad de escucha y de reflexión.
-Sentido de grupo y comunidad.
– Valores y competencia global.
-Habilidades sociales.
–Coaprendizaje, coevaluación y autoevaluación.
Hablar de aprendizaje servicio sería otro tema, pero, personalmente creo que es el tipo de aprendizaje por proyectos que más irá despuntando en el futuro, por sus implicaciones de inclusión, tolerancia, empatía, civismo y proyección social, siempre con un producto final relacionado con mejorar o ayudar a la comunidad.
El papel docente y la evaluación en el ABP
Hay dos aspectos fundamentales que aún no se han comentado: el papel del docente y la evaluación en el ABP. Sobre la primera, como decíamos anteriormente, dependiendo de la etapa y del tipo de proyecto, el profesor asumirá diferentes roles, pero siempre deberá ser guía y observador. En relación a la evaluación de los proyectos, esto es un tema complejo que suele asustar a los docentes, pero existen muchas recomendaciones, ideas, recursos y experiencias que nos ayudarán en este sentido. Obviamente quedaría mucho más que decir de este tema, pero eso ya nos conduciría a plantear otro post.
Puede que el aprendizaje por proyectos no sea novedoso, pero trae novedades, con la incorporación de las nuevas tecnologías, realidades aumentadas o virtuales, espacios maker, etc., multiplicando exponencialmente su posibilidades, dependiendo de nuestra creatividad, y de las de nuestros alumnos. Por ello, sigue siendo una apuesta de futuro muy presente que debe formar parte del panorama educativo actual.
- Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria