Blanca Arteaga
Hace unos días tuvimos una de esas reuniones con colegas en una sala, entre lápiz, cuaderno y tablet; allí fueron surgiendo las aportaciones, desde la visualización de vídeos en aula. Uno de los materiales que vimos fue un dominó para la práctica de la multiplicación, y esa idea me ha llevado a escribir mi entrada de esta semana basándome en los distintos dominós que podemos comprar o fabricar para aprender matemáticas.
Hace unos días tuvimos una de esas reuniones con colegas en una sala, entre lápiz, cuaderno y tablet; allí fueron surgiendo las aportaciones, desde la visualización de vídeos en aula. Uno de los materiales que vimos fue un dominó para la práctica de la multiplicación, y esa idea me ha llevado a escribir mi entrada de esta semana basándome en los distintos dominós que podemos comprar o fabricar para aprender matemáticas.
El juego del dominó parece tener origen en China, siendo Marco Polo el viajero que hizo que llegase a Europa; se ha considerado un juego de taberna, pero en los últimos años podemos ver distintas variedades en las escuelas gracias a su potencial didáctico (González, 2000).
Podría nombrar varias razones que justificarían el uso del dominó como recurso de aula en las etapas obligatorias, pero me quedo con dos:
La gran variedad de posibilidades que tenemos para construirlos, facilitando así la personalización del aprendizaje
La posibilidad de incorporar el juego como recurso lúdico que siempre puede facilitarnos una situación más motivadora
Voy a mostrar algunas imágenes de los dominós que tengo en casa, pero quiero con esta entrada motivar a mis estudiantes a que construyan sus propios dominós; no tenemos más que pedir al carpintero que nos haga unas tablillas con los recortes del contrachapado, un poco de pintura, quizá algún recurso informático para generar formas y fórmulas, y… tendremos un material adaptado a nuestros estudiantes.
Con los más pequeños podríamos utilizar dominós con animales. Pensar, manipular, construir, diseñar una estrategia, … pueden encabezar los objetivos a alcanzar a la hora de utilizar estos juegos.
En este caso los niños trabajan clasificación y seriación, consideradas como dos etapas previas al dominio del conteo.
Otro tipo puede ser el dominó de formas, donde podemos incorporar elementos topológicos, como dentro, fuera, arriba, abajo, …
En el trabajo de Torres (2016, p. 40), se presenta el dominó como una “actividad lúdica atractiva que puede permitir a cualquier persona desarrollar un “razonamiento lógico, de conciencia espacial” (Tapson, 2004, p. s.d.) y habilidades cognitivas”, que además permite trabajar capacidades relacionadas con la lógica y la estadística, a modo de diseño de estrategias.
No nos olvidemos del dominó clásico, que al menos a mí, me recuerda a las tardes de juego con el abuelo en la mesa camilla cuando hacía frío para salir a la calle.
Podemos encontrar comercializados dominós de fracciones, porcentajes, o ángulos, que pueden facilitarnos la visualización en los cambios de representación fundamental en el aprendizaje de las matemáticas.
Pero hay otros dominós como el algebraico que pueden facilitarnos la práctica en la resolución, la interpretación del lenguaje algebraico, la representación, … La investigación llevada a cabo por Rodríguez-Domingo, Cañadas, Molina y Castro (2012), donde el dominó se utilizó como elemento de recogida de datos en una situación de aprendizaje del álgebra, ha permitido analizar y clasificar los errores de los estudiantes al transformar el lenguaje verbal a enunciado algebraico, así como las distintas representaciones que pueden hacerse de un mismo enunciado.
Salar (1989) señala algunas ventajas más del dominó desde el punto de vista de las reglas que implica el juego como buena actividad matemática “puesto que desarrolla diversas capacidades mentales que pueden transferirse con éxito a otras situaciones matemáticas de nivel diferente: llevar la cuenta de los puntos, ordenar, clasificar, asociar visualmente números a símbolos, elaborar estrategias de juego, etc.” (p.125).
¿Os animáis con vuestros propios diseños?
Referencias bibliográficas:
González, J.L. (2000). El arte del dominó. Barcelona: Paidotribo.
Rodríguez-Domingo, S., Cañadas, M. C., Molina, M., & Castro, E. (2012). Errores en la traducción de enunciados algebraicos en la construcción de un dominó algebraico. En Sagula, Jorge E. (Ed.), Memorias del SEM 2012. Simposio de Educación Matemática (pp. 1214-1234). Argentina: Edumat.
Salar, Á. (1989). Barajas matemáticas y dominó de fracciones. SUMA, 4, 123-126.
Torres, D. (2016). El dominó como herramienta de enseñanza para favorecer el razonamiento matemático en el jardín de niños. En A. Barraza y T. Cárdenas, Proyectos de innovación didáctica en, y desde, los diferentes niveles educativos (pp. 33-51). México: Instituto Universitario Anglo Español.