Ingrid Mosquera Gende
El trabajo por ámbitos está adquiriendo gran protagonismo en la actualidad por permitir una educación híbrida que puede adaptarse a contextos educativos cambiantes e impredecibles. En este artículo veremos sus principales beneficios, así como las mayores dificultades para su implementación.
El trabajo por ámbitos suele relacionarse con el aprendizaje por competencias y con el aprendizaje basado en proyectos. En muchos casos puede tener como base un proyecto interdisciplinar en el que varias asignaturas están implicadas, tanto de áreas afines como no afines.
Algunos aspectos fundamentales del trabajo por ámbitos son los siguientes:
– Coordinación docente.
– Desarrollo de la competencia digital de los profesores y del alumnado.
– Autorregulación, metacognición y autonomía de los alumnos.
– Evaluación formativa y participativa.
El punto de partida: la coordinación docente
El carácter globalizador del trabajo por ámbitos requiere un mayor grado de coordinación, tanto en relación a horarios, como en relación a la gestión del aula o a los espacios. Algunos autores que señalan que también requiere una coordinación metodológica, pero hay docentes que llevan años aplicándolo y no lo ven del mismo modo, como comenta Pedro Cifuentes, en una entrevista para Som Projecte.
El trabajo por ámbitos puede implicar codocencia o no implicarla, como en el ejemplo que acabamos de nombrar, pero, en todo caso, la coordinación sigue siendo destacada en todos los artículos que hemos revisado como aspecto indispensable, incluyendo la planificación y el diseño del proyecto, la programación didáctica, las tareas, las unidades didácticas, la acción tutorial y la evaluación.
Entre los profesores implicados debe existir confianza, respeto, diálogo y construcción conjunta para evitar solapamientos.
Metodologías y técnicas asociadas
Como decíamos, el trabajo por ámbitos se suele vincular de forma directa con el Aprendizaje basado en Proyectos pero, consecuentemente, también puede relacionarse con metodologías y técnicas activas afines como el Aprendizaje Servicio, el Aprendizaje basado en Retos o el Aprendizaje basado en Problemas.
El trabajo por ámbitos supone el uso de metodologías y técnicas activas de enseñanza y aprendizaje.
Como siempre decimos, las metodologías y técnicas no son compartimentos estancos, se nutren unas de otras y se complementan, siendo preciso adaptarlas a las necesidades concretas de cada contexto educativo. El aprendizaje cooperativo, el colaborativo y el autónomo son piezas fundamentales del trabajo por ámbitos.
La competencia lingüística
Una de las competencias omnipresentes en el trabajo por ámbitos es la lingüística, bien sea en relación a la lengua materna o en relación a otras lenguas, ya que siempre usaremos el lenguaje para comunicarnos. De ese modo, nos encontramos con una oportunidad muy buena de dedicar más tiempo a una o a varias lenguas, aumentando su práctica real.
La competencia lingüística suele ser una pieza angular en el trabajo por ámbitos.
Sabemos que usar una lengua diferente a la materna como lengua vehicular siempre supone una dificultad añadida que no podemos obviar, pero también suele resultar motivador para los estudiantes poder usar la lengua en situaciones reales de comunicación. En todo caso, siempre deberá ser una introducción paulatina y graduada, ofreciendo los apoyos necesarios para su desarrollo.
Una propuesta de educación híbrida
Si pensamos en el Aprendizaje basado en Proyectos, no nos sorprenderá pensar que se trata, en gran medida de una educación híbrida, a caballo entre lo presencial y lo online, puesto que, para realizar un proyecto, los alumnos trabajan en clase, pero también trabajan en casa. Esto podría facilitar, en caso necesario y con la planificación y la formación previas necesarias, poner el acento en una o en otra cuando fuese necesario.
Si en clase ya trabajamos con herramientas digitales y contribuimos a desarrollar la competencia digital de nuestros estudiantes, si en algún momento debemos ampliar el porcentaje de trabajo realizado desde los hogares, la transición debería ser más sencilla – dejando a un lado los graves problemas de conectividad y de recursos que puedan existir en algunas, o en bastantes familias, que no es el tema que aquí nos ocupa pero que es una cuestión básica que deberíamos estar abordando ya.
Si el foco debe ponerse en el trabajo online, es necesario que el alumno conozca de antemano la planificación, para poder organizarse y autorregularse, potenciando su metacognición y su autonomía, además de ofrecerle herramientas para poder llevar a cabo el trabajo colaborativo.
El libro de texto
Sin pensar específicamente en el trabajo por ámbitos, cada vez podemos encontrar más ejemplos de docentes que deciden crear sus propios materiales. En muchos casos, esta elaboración va de la mano de metodologías activas, como puede ser el Aprendizaje basado en Proyectos.
En el caso que nos ocupa, lo ideal es contar con material que pueda servir tanto para trabajar en clase como para trabajar en línea, lo que nos conduce, de nuevo, al desarrollo de la competencia digital, en este caso relacionada con la capacidad de buscar, seleccionar, interpretar, valorar y curar información.
El trabajo por ámbitos permite relacionar el aprendizaje con los intereses de los alumnos y vincularlo con el mundo real. En este escenario, el libro de texto puede suponer un punto de partida y una referencia de información fiable para los alumnos, pero no la única. Cada docente decidirá el peso y el papel que desea otorgarle a este recurso.
Evaluación por ámbitos
Si la planificación y el desarrollo del trabajo por ámbitos es un proceso de elaboración conjunta, no puede ser diferente en el caso de la evaluación. Esta debe realizarse de forma colaborativa, consensuada y, obviamente, coordinada.
También debe ser una evaluación formativa y participativa. Si hacemos que el alumno sea protagonista activo de su proceso de aprendizaje también debe serlo en su evaluación, que no deja de ser parte de ese proceso.
La evaluación del trabajo por ámbitos debe ser formativa y participativa, como parte de un proceso de elaboración conjunta.
Por lo tanto, lo ideal será contar con instrumentos para la heteroevaluación, la coevaluación, la autoevaluación y la evaluación grupal. En este sentido, el portafolios, la rúbrica, las escalas de valoración, las dianas de aprendizaje o las listas de control pueden ser útiles para el desarrollo de esas evaluaciones.
Beneficios del trabajo por ámbitos
Los aspectos positivos de este modelo coinciden, en gran medida, con los que se suelen señalar para el Aprendizaje basado en Proyectos y, en general, con los indicados para las conocidas como metodologías activas:
– Facilita la atención a la diversidad y el aprendizaje personalizado, sobre todo si hay codocencia.
– Promueve el trabajo por competencias y el desarrollo de diferentes habilidades.
– Otorga el protagonismo a los estudiantes, potenciando su autonomía, su autorregulación y el desarrollo de la metacognición.
– Supone un aprendizaje más realista, motivador y significativo para los alumnos, tomando en consideración sus intereses.
– Contribuye al desarrollo de la competencia digital y del pensamiento crítico de los estudiantes. En este sentido, el hecho de usar herramientas digitales en el aula puede facilitar, en caso necesario, la transición a un contexto educativo online.
En algunas lecturas se indica, como aspectos positivo que un profesor puede hacerse cargo de varias asignaturas y, de ese modo, disminuir el número de personas que está en contacto con un grupo de alumnos, cuestión que podría resultar necesaria en algunas circunstancias excepcionales. En cualquier otro caso, creemos que la codocencia supondrá un elemento muy positivo para una mejor atención de todo el alumnado.
Dificultades en el trabajo por ámbitos
No podemos hablar de los aspectos positivos del trabajo por ámbitos sin mencionar que también entraña complicaciones que se deben tomar en consideración:
– Formación docente – en muchos casos se precisa una amplia formación docente previa, tanto en relación a metodologías activas como en relación a aspectos tecnológicos. En muchos casos, esta formación digital también puede ser necesaria para los estudiantes e, incluso, en determinados casos, para sus familias.
– Recursos – no se puede planificar el uso de la tecnología si no se cuenta con los recursos necesarios, bien sean los del centro educativo o los que tienen los alumnos en sus casas. Siempre debemos considerar varios escenarios posibles y estar preparados para ello.
– Inversión – lo indicado en el punto anterior puede suponer una inversión que, en la mayoría de los casos, no llega, lo que supone que los centros, o los profesores, tengan que hacer adaptaciones en sus propuestas iniciales que no siempre resultan ideales o que no facilitan alcanzar todos los objetivos que se desearía.
La formación docente, el acceso a los recursos y la coordinación docente no siempre son sencillas
– Trabajo por competencias y por proyectos – aunque son dos áreas con un extenso recorrido y proyección de futuro, aún queda mucho por andar en la planificación y en el desarrollo de un aprendizaje basado en competencias y en proyectos.
– Colaboración y coordinación docente – creo que es fácil comprender que no siempre resulta sencillo, puede haber muchos factores implicados, entre ellos, sin duda, la voluntad de los profesores implicados y la actitud hacia la iniciativa.
– Codocencia – en relación directa con el punto anterior pero mucho más delicado, si cabe. Para que dos docentes compartan aula, la complicidad y el respeto mutuo son fundamentales, así como una planificación detallada de las sesiones.
– Tiempo – teniendo en cuenta lo comentado hasta el momento, la coordinación, planificación, organización y la comunicación periódica entre los docentes del mismo ámbito, haya codocencia o no la haya, suponen una dedicación temporal que deberían estar reflejadas en los horarios.
– Cambios metodológicos abruptos – cuando un alumno se encuentra trabajando por ámbitos, digamos en Primaria y en primero de la ESO, y en segundo pasa a una metodología menos participativa y más expositiva, puede suponer una disminución de su motivación. Aunque, en este caso, el problema no sería del propio modelo sino que cabría preguntarse por qué no puede tener más recorrido después de ese primer curso de Secundaria, como se refleja en algunos de los ejemplos que se incluyen a continuación.
Enlaces de interés
A pesar de lo comentado en el último apartado, sin duda creemos que puede ser una buena apuesta para nuestros estudiantes, por eso os invitamos a profundizar un poco más a través de los siguientes enlaces que incluyen recursos y ejemplos para ver cómo se está llevando a cabo en algunos centros:
– Lectura imprescindible sobre el trabajo por ámbitos
– Ejemplo de un centro que trabaja por ámbitos
– Ejemplo de proyecto interdisciplinar para 2º de la ESO (Lengua e Historia)
– Ejemplo del ABP gamificado para el ámbito sociolingüístico de 3º de la ESO o FP Básica
– Ocho proyectos para el ámbito sociolingüístico de 3º de la ESO o FP Básica
– Blog de proyectos del ámbito sociolingüístico del IES IFACH
– Recursos para el desarrollo de la competencia digital
– Recursos y materiales para trabajar por ámbitos en Primero de la ESO
- Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria