Ingrid Mosquera Gende
Las posibilidades educativas de las redes son infinitas y desconocidas para muchos docentes. Debemos ayudarles a descubrirlas.
El aprendizaje de los futuros maestros tiene que estar ligado a la realidad de las aulas. El conocimiento teórico debe ir de la mano del conocimiento práctico. Tender un puente entre estas dos caras de la misma moneda no siempre es fácil y parece que, si la lanzamos al aire, a menudo cae del mismo lado, acentuando la distancia entre la teoría y la práctica.
A nivel institucional y a nivel de centro, se intentan tomar medidas para salvar ese abismo, con mayor o menor éxito. Desde las aulas universitarias, bien sean estas presenciales u online, los docentes podemos poner nuestro granito de arena para procurar un acercamiento entre dos polos que necesariamente deben atraerse.
En ese sentido, hace ya más de un año que contamos con las #CharlasEducativas, para que todos, tanto profesores presentes como profesores futuros, podamos aprender de compañeros en activo.
En concreto, dentro del marco de estas charlas, se ha desarrollado el proyecto de las #CharlasEducativas #offline. De la teoría a la práctica para tocar temas que, aunque se traten desde un punto de vista teórico, pueden resultar complicados de interpretar o de aplicar. Gracias a esta nueva iniciativa, profesores en activo de todas las etapas nos vienen a contar casos reales que han vivido en su día a día. En los tres primeros vídeos hablamos de disrupción en el aula, de diversidad y de acoso escolar.
La cuarta entrega de esta serie es muy especial. En esta ocasión, son mis estudiantes, futuros docentes, los que toman la palabra y tienen todo el protagonismo. Como parte de una actividad voluntaria de la asignatura de Didáctica, escogieron una de las charlas de mi canal y subieron una reseña de audio a una colección colaborativa de Wakelet.
Con su permiso, esos audios llegaron a los invitados a las charlas, docentes en activo, que grabaron una respuesta para ellos. El resultado: una colección de Wakelet, un podcast, un vídeo en YouTube y un hilo en Twitter.
? ¡Proyecto muy especial!
Ya, sí, Ingrid, siempre dices lo mismo, todos tus proyectos son “especiales”.
¡Esperad!
¡¡En este los protagonistas son mis estudiantes!!
Han grabado reseñas de algunas de nuestras #CharlasEducativas y el #claustrovirtual les ha respondido.
?? pic.twitter.com/6I4uKp6aPw— Ingrid Mosquera (@imgende) May 29, 2021
De todos modos, tengo que decir que el resultado más importante es invisible a los ojos. Se trata de lo que todos los implicados nos llevamos. Así lo han expresado algunos compañeros en Twitter:
- Puente de encuentro entre docentes y futuros docentes – @CdeHerodoto
- Conectando a profes de hoy y del mañana – @CheloELT
- ¡Qué manera de enlazar las charlas con tu labor docente, conectando a los futuros docentes con los actuales! – @RocioqnR
- Es una fuente de inspiración. Nos ha conectado a todos los docentes para aprender y compartir y, con esta iniciativa, también nos ha conectado con su alumnado – @dchicapardo
Todos aprendemos de todos, nosotros al preparar nuestras charlas, ellos al participar, nosotros de nuevo al responderles. Comunidad de aprendizaje en estado puro – @ejruizgarcia
Las reflexiones de los estudiantes son muy buenas, así como sus propuestas y las preguntas que dejan para los invitados. Igualmente, algunos de los profesores en activo han dejado verdaderos podcasts que podrían ser editados y publicados de manera independiente. Y en todos ellos, sin excepción, se respira educación.
Casi tres horas de diálogo fluido en el que se entremezclan comentarios sobre metodologías, gestión de aula, equipos directivos, herramientas digitales, programación, evaluación, inclusión y atención a la diversidad. Distintas etapas, distintas asignaturas y un nexo común: de todas ellas podemos extraer aprendizajes reales para nuestra propia experiencia docente.
No os mentiré si os digo que esto ya había pasado antes. Es la segunda vez que propongo este reto, intentando mejorar y pulir diversos aspectos. Y aviso: no hay dos sin tres.
La experiencia tiene un nombre propio, aprendizaje, y un apellido, informal. Mediante propuestas de este tipo intento que mis estudiantes, futuros docentes, descubran las posibilidades de las redes, una opción de formación continua y de conexión real con profesores en activo que no tendrían que dejar escapar. Este solo debe ser un primer paso para ellos. El potencial del aprendizaje informal no debe infravalorarse. No tiene límite.
Muchísimas gracias a todas las partes implicadas, docentes del presente y del futuro.