UNIR Revista
La gestión emocional es crucial para entender, aceptar y gestionar las emociones, contribuyendo al equilibrio y bienestar personal y social.
Alegría, miedo, ira, tristeza… sentir cualquiera de estas emociones es algo inevitable; el problema surge cuando no se puede hacer una correcta gestión emocional de estas y acaban repercutiendo en nuestra salud emocional y física. Los alumnos del Máster en Educación Emocional online de UNIR aprenden diversos mecanismos para manejar las emociones de manera consciente y correcta.
¿Qué es la gestión emocional o gestión de emociones?
La gestión emocional no es más que la capacidad de manejar las emociones de una forma saludable y consciente para poder afrontar de manera adecuada las situaciones que nos generan estrés, ansiedad, tristeza, alegría desmesurada o angustia.
Aprender a manejar las emociones permite tomar decisiones más acertadas, mejorar las relaciones interpersonales y, en general, poder llevar una vida satisfactoria.
Para alcanzar este equilibrio es fundamental emplear la gestión de emociones como una herramienta de control y dividir este manejo emocional en cuatro fases, que son:
- Autoconocimiento personal.
- Identificación de las emociones.
- Toma de control, aceptación y expresión emocional.
- Aprendizaje continuo para sobreponerse a las adversidades y descubrimiento del equilibrio emocional.
Los problemas de las emociones sin gestionar
El manejo sano de las emociones conduce a tomar decisiones acertadas, ser más flexibles y lo más fundamental: gestionar mejor el día a día. Sin embargo, gestionar las emociones de una forma negativa puede desencadenar una serie de consecuencias dentro de los que se encuentran:
- Estrés y ansiedad.
- Inestabilidad e inseguridad.
- Problemas en las relaciones interpersonales.
- Toma de decisiones impulsivas, poco óptimas.
- Baja autoestima.
- Problemas de frustración y desbordamiento emocional.
- Dificultades para expresar empatía, tanto ante noticias positivas como negativas.
¿Cómo gestionar las emociones?
Aprender a gestionar las emociones no es siempre fácil, pero se consigue siguiendo ciertas técnicas y actividades con las que mantener un equilibrio y armonía.
Gestión emocional en los adultos
Como adultos, las responsabilidades y desafíos del día a día pueden desencadenar una incorrecta gestión de las emociones. Algunas de las siguientes recomendaciones pueden favorecer la gestión emocional:
- Aceptar las emociones positivas y negativas. Entender que tanto las emociones negativas como las positivas son necesarias facilita el proceso de aceptarlas con más naturalidad y canalizarlas con mayor facilidad.
- Mantener un diálogo interno positivo. Desarrollar un diálogo amable y positivo a uno mismo influye de manera directa en la forma de sentirse y actuar. Esto es aplicable tanto a lo que se siente como a lo que se piensa para detectar creencias irracionales e ilógicas.
- Hacer prácticas para regular las emociones. Realizar prácticas para regular las emociones como la respiración profunda y la atención plena —mindfulness— servirán para calmarse en momentos de estrés. Se pretende atender al presente, evitar sentimientos intrusivos y no juzgarlos si aparecen. A esta pueden sumarse técnicas como el yoga o la meditación.
- Usar la lógica. Es importante plantearse interrogantes como: ¿Es real lo que pienso? ¿Es tan importante como para hacerme sentir así?
Gestión emocional en adolescentes
Los adolescentes suelen tener dificultades para mantener bajo control sus emociones, pues se encuentran en una etapa marcada por la transición de la infancia a la edad adulta con muchos cambios e inseguridades.
Por eso, es importante enseñarles estrategias y fomentar la educación emocional en el aula para mejorar su gestión de emociones, una medida que cuenta con el apoyo del Gobierno de España para fomentar que se enseñe: “ desde la primera etapa de la vida a gestionar las emociones, el autocontrol, la autoestima, etc., de manera que cada individuo aprenda a conocer sus propias emociones y a trabajar la empatía para entender las interacciones que se producen en el mundo que le rodea”.
Algunos consejos de utilidad son:
- Fomentar la comunicación abierta. Desde el aula y el hogar se debe animar a los adolescentes a hablar sobre sus sentimientos dentro de un ambiente seguro y de confianza.
- Realizar actividad física. Hacer ejercicio de forma regular, además de aportar beneficios físicos, ayuda a liberar tensiones y logra un impacto positivo en el estado de ánimo y la salud emocional.
- Encontrar canales de expresión. La escritura, la pintura o la lectura pueden ser buenas vías de escape.
- Enseñar habilidades de resolución de problemas. Ayudarles a identificar soluciones alternativas, pedir ayuda cuando sea necesario y entender las consecuencias de sus acciones les permitirá enfrentar y superar estos desafíos.
En un país como España, donde según el último Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS) más de un tercio de la población presenta algún problema de salud mental, como la ansiedad, no solo es recomendable seguir recomendaciones como las presentadas, sino que es un acierto realizar formaciones como el Máster en Educación Emocional o un Curso en Inteligencia Emocional debido a la demanda de profesionales en este ámbito.