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La inteligencia naturalista es la capacidad para observar la naturaleza e identificar sus elementos. Gracias a ciertas actividades se logra fomentar esta habilidad y el pensamiento científico.
La teoría de las inteligencias múltiples del psicólogo estadounidense Howard Gardner diferencia ocho tipos de inteligencias, entre las que se encuentra la inteligencia naturalista, la cual se refiere a la capacidad del alumno para observar la naturaleza, identificar y clasificar sus elementos. También en ella se recoge la habilidad del estudiante para el pensamiento científico e identificar patrones en el medio natural.
Los alumnos con inteligencia naturalista muestran un pronunciado interés por las plantas y los animales, les gusta explorar el medio ambiente y emplear su tiempo en entornos naturales.
Gardner ideó esta clasificación para poner el foco en la personalización del proceso de enseñanza y aprendizaje, es decir, en la educación personalizada. Mediante esta teoría se tienen en cuenta todas las inteligencias existentes en el aula. Su misión es adaptar el contenido educativo a las necesidades y fortalezas de cada estudiante para aprovechar al máximo sus capacidades y habilidades, y lograr un aprendizaje mucho más eficaz.
Además de la inteligencia naturalista, las otras siete que conforman la teoría son: la inteligencia lógico-matemática, la verbal-lingüística, la visual-espacial, la cinestésica-corporal, la musical, la interpersonal y la intrapersonal.
¿Cómo fomentar la inteligencia naturalista?
Esta inteligencia se puede promover mediante la realización de ciertas actividades que motivarán a aquellos alumnos con una inteligencia naturalista más desarrollada. Además, se facilitará la aparición de fortalezas relacionadas con esta habilidad, como por ejemplo: el interés por los fenómenos de la naturaleza; por analizar, observar e interaccionar con el mundo físico y el medio natural; y formar una conciencia y pensamiento científico con cierta sensibilidad por los temas medioambientales.
Entre las actividades que se pueden llevar a cabo para fomentar la inteligencia naturalista y las habilidades asociadas a ella, mencionar:
- Excursiones con los alumnos para observar la naturaleza y así poner en práctica la teoría impartida en el aula.
- Realizar trabajos de campo para analizar de forma directa cómo se relacionan los seres vivos con el entorno. Puede ser a un parque, una playa, un espacio natural protegido… Es decir: desarrollar actividades que den a conocer la flora y fauna.
- Promover actividades relacionadas con la plantación o el cultivo de determinadas especies para ampliar el conocimiento sobre ellas, como por ejemplo crear un huerto colectivo entre toda la clase.
- Ejecutar experimentos científicos en clase, con el fin de implementar la enseñanza de la ciencia de una forma práctica.
- Completar un diario de campo en el que se cataloguen especies o se lleven a cabo planes para la conservación del medio natural.
- Evaluar y analizar el entorno para concienciar a los estudiantes sobre los problemas ecológicos y medioambientales que afronta la sociedad en la actualidad. Por ejemplo, enseñar a reciclar y la importancia de esta actividad o explicar las consecuencias del cambio climático.
La inteligencia naturalista sirve para mejorar la interacción de las personas con su entorno. Además, el fomento de este tipo de inteligencia permite, a su vez, que los individuos conozcan en profundidad el medio natural y se adapten mejor a él.