Laura Abellán Roselló
Te explicamos cómo dar respuesta a estos y otros interrogantes mediante la intervención psicopedagógica, la cual define pautas y acciones concretas para mejorar el proceso de enseñanza/aprendizaje.

¿Qué hacen el profesorado para enseñar y el alumnado para aprender? ¿Por qué unos estudiantes se implican más que otros en el aprendizaje? ¿Qué puede hacer el profesorado para mejorar la motivación?
Te explicamos cómo dar respuesta a estos y otros interrogantes mediante la intervención psicopedagógica, la cual define pautas y acciones concretas para mejorar el proceso de enseñanza/aprendizaje. Estas se deberían seguir y aplicar tanto a nivel individual como a nivel de grupo-clase.
¿Cómo aplicar la intervención psicopedagógica en el aula?
Este tipo de acción implica llevar a cabo un proceso concreto dividido en 5 fases. Son las siguientes:
- Análisis de la demanda: la evaluación comienza con la detección de una necesidad, que se traduce en una demanda de intervención.
- Diseño de la evaluación: se pone en marcha un proceso compartido de diseño del proceso de organización y diseño del plan de evaluación (determinar quiénes serán los participantes, plantear los objetivos y generar una primera hipótesis).
- Recogida de información: Recoger información relevante haciendo uso de las técnicas e instrumentos de evaluación pertinente.
- Análisis de información: Llevar a cabo un análisis riguroso de la información para obtener unos resultados.
- Toma de decisiones: Realización del plan de intervención.
Solo a partir del conocimiento obtenido durante este proceso, se podrán introducir acciones preventivas o correctivas eficaces para mejorar la implicación en el aprendizaje y el rendimiento académico del alumnado. También se pueden proporcionar al profesorado herramientas útiles y fáciles de aplicar para mejorar cualquier variable relacionada con la mejora del proceso de enseñanza/aprendizaje.
Los principales objetivos de la intervención psicopedagógica
La intervención psicopedagógica se desarrolla de forma rigurosa y secuencial en el tiempo. Por ello, para llevarla a cabo se debe tener en cuenta la intencionalidad de enseñar del profesorado, la de aprender del estudiantado y los contenidos de aprendizaje (Doménech-Betoret, Abellán-Roselló, Gómez-Artiga, 2017). Todo ello integrando siempre al contexto familiar.
De estas variables se deriva que el proceso de intervención psicopedagógica se centra en tres objetivos principales:
- Comprender cómo se genera la intencionalidad en el estudiante.
- Ser capaces de diagnosticar, desde principio de curso, el nivel de intencionalidad experimentado por los estudiantes a través de ciertos marcadores.
- Finalmente, examinar el impacto que tienen dichos marcadores en el aprendizaje y rendimiento del estudiantado.
Evaluación del proceso psicopedagógico
La medición de los factores que nos garanticen una mejora en el proceso de enseñanza/aprendizaje permitirá comprobar la calidad de los resultados y la satisfacción alcanzada por todas las personas (Doménech-Betoret, 2018; Doménech-Betoret, Gómez-Artiga y Abellán-Roselló, 2019) que han participado en la intervención psicopedagógica realizada.
Unos malos resultados por parte del profesorado y/o alumnado, acompañados de poca satisfacción respecto al proceso seguido, significará que uno o varios componentes del proceso han funcionado de forma deficiente y convendría, por lo tanto, revisarlos.
Por todo esto, la psicopedagogía brinda un mayor conocimiento de los procesos de enseñanza/aprendizaje actuando en diversos contextos. Centrándonos en las instituciones educativas formales y, en concreto, en el aula. Algunos ejemplos de intervenciones psicopedagógicas pueden ir dirigidos a la atención a la diversidad, el establecimiento de adaptaciones curriculares, el trabajo a través de metodologías diversas o la colaboración en la detección de necesidades educativas especiales, entre otras.
Además, a través de la acción tutorial, se pueden proponer dinámicas y programas de socialización, convivencia, prevención y/o contacto con las familias para el desarrollo personal, académico y profesional de forma personalizada o brindando una atención grupal.
Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, se puede concluir que el profesorado que busque aplicar con éxito una intervención psicopedagógica en el aula debe estar formado y comprometido con su profesión. En este sentido, la formación en Psicopedagogía del profesorado, que UNIR ofrece a través del Máster en Psicopedagogía del profesorado tiene que estar orientada tanto al desarrollo de aquellas competencias necesarias para ejercer eficazmente el rol de instructor como a aquellas otras que le capaciten para ejercer el rol de gestor del aula.
Referencias bibliográficas
- Doménech, F., Abellán, L., Gómez-Artiga (2017). Self-Efficacy, Satisfaction, and Academic Achievement: The Mediator Role of Students’ Expectancy-Value Beliefs. Front. Psychol. DOI: https://doi.org/10.3389/fpsyg.2017.01193.
- Doménech-Betoret, F. (2018). The Educational Situation Quality Model: Recent advances. Frontiers in Psychology. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2018.00328.
- Doménech-Betoret, F., Gómez-Artiga, A., Abellán-Roselló, L. (2019). The Educational Situation Quality Model: A New Tool to Explain and Improve Academic Achievement and Course Satisfaction. Front. Psychol. 10:1692. doi: 10.3389/fpsyg.2019.01692.