María José García San Pedro
La investigación en la educación siempre ha tenido un fin: el de mejorar los procesos educativos en todos sus ámbitos. Debe plantearse desde una ética del compromiso y de la corresponsabilidad para lograr un verdadero desarrollo educativo.
La investigación en la educación siempre ha tenido un fin: el de mejorar los procesos educativos en todos sus ámbitos. Su aplicación promueve la posibilidad de nuevos caminos en el aula, asentados en el contexto de cada época y en el desarrollo de un aprendizaje cada vez más integral.
Para María José García San Pedro, docente y coordinadora académica del Máster en Investigación Educativa de UNIR, la tarea del investigador educativo siempre debe ser contribuir a la mejora de todos los agentes y del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Con ella hemos conversado sobre investigación educativa, su desarrollo en nuestro país y los retos a los que se enfrenta para evolucionar a una educación cada vez mejor.
A tu juicio, ¿cuál es el mayor beneficio de esta disciplina, tanto para el sector en general como para la comunidad estudiantil?
La importancia que tiene la investigación es que, básicamente, permite abrir caminos. Siempre les digo a los estudiantes que investigar significa ir tras los pasos, rastrear, indagar en profundidad sobre un tema.
Hoy en día la competencia investigadora es clave en la formación de la persona porque le permite acceder a la información por sí misma, contrastar fuentes, comprobar la información, analizar e interpretar datos.
Para un estudiante ser capaz de diseñar un proceso de investigación, conocer los métodos de investigación y poder dar sentido a una serie de datos puede representar una gran ventaja competitiva, no solo en su currículo, sino en el mercado laboral en general. Otra ventaja también es la destreza en el dominio de los programas de análisis de datos y gestión de la información.
¿Cuáles son los tipos de investigación que consideras más ventajosos?
Podemos hablar de cuatro líneas metodológicas que llevamos adelante en el máster y que dan respuesta a las necesidades actuales. Todas son importantes porque permiten responder a lo particular del tema de investigación, adaptándose a la realidad del investigador y del problema que estudia.
- Estudios teóricos, como las revisiones sistemáticas y los meta-análisis. Estos estudios son de gran utilidad porque con las tecnologías actuales (por ejemplo, el acceso a bases de datos internacionales y en línea) permiten hacer síntesis teóricas de los avances científicos globales. Hoy en día, con las posibilidades que ofrece, por ejemplo, la Biblioteca UNIR, puedes desarrollar este tipo de estudios sin moverte de tu casa y sin necesidad de otros recursos.
- Estudios cuantitativos, que permiten hacer diseños experimentales, analizar resultados de programas o intervenciones; analizar resultados de estudios a gran escala como, por ejemplo, las pruebas PISA, TIMMS, PIRLS, pruebas de competencias básicas que se aplican en diferentes países. Estos estudios analizan datos, profundizan en el impacto de variables específicas: por ejemplo, cómo se relaciona el rendimiento académico con distintos factores del contexto educativo, como es el caso de las investigaciones que venimos desarrollando en el grupo de investigación EVASSE, dirigido por el Dr. Tourón.
- Estudios cualitativos, orientados a profundizar en las distintas realidades y contextos educativos. Estos estudios permiten comprender cómo se llevan adelante las innovaciones, por ejemplo, a través de estudio de casos, de historias de vida, de procesos de investigación-acción. Es una investigación que también permite acercarte a la realidad del aula.
- Estudios mixtos, también denominados multimétodo, donde se combinan los enfoques cualitativo y cuantitativo para recoger una perspectiva más amplia del problema estudiado.
Estas cuatro líneas de investigación se llevan adelante en el Trabajo Final del Máster y los estudiantes escogen aquella que mejor se adapta al tema que quieran investigar. Los estudiantes cuentan con un director/a especializado en el tipo de estudio que quieran desarrollar, que los asesora y orienta en todas las fases de la investigación.
¿Qué retos plantea la investigación con los cambios que está experimentando la educación?
Creo que ser capaz de analizar y dar sentido a los datos en un contexto concreto y generar líneas de mejora es el reto más importante al que nos enfrentamos en el actual contexto educativo. Un análisis profundo de la realidad permite un conocimiento realista, es, por tanto, una pieza clave del tan necesario (y reclamado) cambio educativo.
El investigador educativo debe estar profundamente comprometido con la mejora educativa.
Dicho de otro modo, no debería haber investigación en el campo de la educación que no tenga por finalidad la mejora educativa: hablamos de la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje y el desarrollo de todos los agentes (personas) implicadas.
¿Cómo valoras la investigación educativa en España y su influencia en la universidad?
Actualmente en España se está trabajando muy bien en los grupos de investigación de las distintas universidades. Hay líneas de trabajo muy interesantes que permiten ampliar las fronteras de la investigación educativa con colaboraciones internacionales. Los proyectos europeos también impulsan la reflexión sobre las tendencias actuales de cambio y la evaluación de programas y de innovaciones también está pisando fuerte.
Podría decir que hay una investigación local, pero con conciencia global, tanto por las redes de investigadores, como por el intercambio de buenas prácticas y la integración de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Un reclamo histórico que ha tenido la investigación educativa universitaria es que, paradójicamente, en ocasiones se aleja de la práctica docente, del aula, de la vida de los centros educativos. Ese es, justamente, el primer reto al que las Facultades de Educación y los Vicerrectorados hacen frente cuando planifican las líneas de investigación. La finalidad de la tarea del investigador educativo debe ser contribuir con sus resultados a la mejora de la realidad de todos los agentes, del proceso de enseñanza-aprendizaje y del aprovechamiento de los recursos tanto humanos como materiales.
La investigación educativa debe plantearse desde una ética del compromiso y de la corresponsabilidad sobre la mejora y el verdadero desarrollo educativo.
Ese es el gran reto de las universidades hoy en el campo de la investigación educativa.