Jorge Arana Varona
Más del 90% de los jóvenes con altas capacidades intelectuales en España están sin identificar. Un problema para más de un millón alumnos al que UNIR Revista quiere poner un altavoz a través del reconocido maestro y la alumna aventajada.
Pongamos primero los datos sobre la mesa. El Ministerio de Educación contabiliza, en sus últimas cifras oficiales, a poco más de 46.000 niños identificados con altas capacidades. España cuenta actualmente con más de ocho millones de estudiantes en el sistema educativo, y al menos en torno al 15% de alumnos que necesitan una ayuda diferenciada en mayor o menor grado.
“Según estos datos, habría más de un millón alumnos sin identificar. Por eso es muy importante que la escuela aborde el problema de la identificación y atención diferencial de los niños más capaces”, afirma Javier Tourón, catedrático emérito de UNIR.
Tourón es un reconocido experto en la materia con más 30 años dedicado a estudiar e investigar en profundidad sobre la identificación y el desarrollo del talento. Como recopilación de toda su experiencia profesional y académica, publica su libro Navegando hacia el talento.
En su interminable afán por divulgar, educar e informar sobre este campo de la Pedagogía Diferencial, el especialista mantiene un interesante debate con Olaia Gutiérrez, estudiante del el Máster en Neuropsicología y Educación de la universidad.
La alumna de la Universidad Internacional de La Rioja ha sido galardonada recientemente con el Premio Nacional al Mejor TFM concedido por la Cátedra de Altas Capacidades CADIS de la Universidad Pablo de Olavide.
“Buscando una titulación me encontré con el Máster en Neuropsicología y Educación de UNIR. Los contenidos de todas las asignaturas me encantaron, por lo que decidí matricularme. Es sin duda una de las mejores decisiones que he tomado, estoy aprendiendo muchísimo”, afirma.
Alta infra detección
Desde pequeña, Gutiérrez ha estado muy sensibilizada con estas cuestiones, ya que su tío fue identificado con altas capacidades. “Cuando empecé a estudiar pedagogía, me sorprendió que no se hablara nada sobre este tema. Esto me llevó a centrarme en el colectivo y a hacer mis prácticas en la Asociación de Familias del País Vasco de Altas Capacidades (Aupatuz)”, afirma.
En esta organización, la estudiante de UNIR ha descubierto los procesos de detección y ha identificado los puntos de mejora de este filtraje. El principal reto es formar a los docentes y tutores, que son los encargados, por medio de un simple test, de decir si un niño tiene altas capacidades o no.
“En la mayoría de las situaciones, los profesores no disponen de los conocimientos suficientes para valorar a sus alumnos. Por lo que el filtraje no es preciso y muchos estudiantes no son correctamente detectados y pasan por debajo del radar, lo que supone una catástrofe para el niño”, comenta Gutiérrez.
El último libro de Tourón (Navegando hacia el Talento) aborda, entre otros muchos temas, esta problemática de la identificación, que califica como “el gran drama nacional”. El autor defiende la necesidad de motivar y fortalecer las capacidades de cada niño para que sean desarrolladas correctamente.
Equidad, no igualdad
Tourón considera que la atención a estos jóvenes debe darse dentro de la normalidad de la escuela. “Es crucial permitirles moverse por el currículo en función de su nivel de dominio. Las asignaturas son artificios didácticos y debemos permitir que los niños avancen según su capacidad”, relata.
Este pedagogo, investigador y docente de prestigio internacional, pone el ejemplo de la educación en lenguas extranjeras para explicar su valoración, donde el nivel se asigna a cada alumno según a su competencia lingüística, no la edad.
Para el experto, el primer paso para resolver este problema es “entender que todas las personas estamos en proceso de ser. No somos de alta capacidad, tenemos una capacidad concreta y hay que potenciarla. Por ello, no podemos dar el mismo tratamiento educativo a todos”.
Promover el talento
Gracias a su trabajo en Aupatuz, Olaia Gutiérrez conoce de primera mano la realidad que Tourón comenta. “En muchas ocasiones caemos en el relato de ir todos juntos como sociedad. Pero si un niño tiene un nivel superior, por qué le vamos a enseñar algo que ya domina”, considera.
Según un estudio de la psicóloga educativa Sally M. Reis, cada principio de curso académico en los Estados Unidos un alto porcentaje del alumnado con altas capacidades ya domina el 80- 85% del currículo que va a cursar ese año.
Javier Tourón considera fundamental promover el talento. “¿Por qué ganamos tantas medallas en los Juegos Olímpicos de Barcelona? Porque se puso en marcha el programa ADO de apoyo al deporte olímpico. Cuando se brindan contextos favorables a las personas, el talento florece”.
Cambio de guardia
Durante años, Tourón formó a los estudiantes y docentes de UNIR y desarrolló sistemas para ayudar a las investigaciones. Olaia Gutiérrez forma parte de la nueva generación de investigadores que nacen, crecen y se desarrollan en las aulas de UNIR desde su fundación.
Desde su dilatada experiencia profesional, Tourón aconseja a los futuros profesionales mantener una buena formación continua. “Un buen investigador debe conocer las fuentes científicas más solventes, al igual que los autores y revistas más relevantes en su campo, para así reconocer cuál es el estado de la cuestión a lo largo de toda su vida profesional”, afirma.
La estudiante del el Máster en Neuropsicología y Educación de UNIR tiene puesto el objetivo de sus próximas investigaciones en la orientación educativa. Enseñar a los mentores de los centros educativos en nuevas técnicas, hábitos y estrategias de estudio para los niños.
Por su parte, Tourón ofrece orgullosamente el cambio de testigo a los nuevos investigadores que se apoyan en su trabajo para seguir estudiando y ayudando a los niños con altas capacidades.
- Facultad de Educación