Ingrid Mosquera Gende
En esta entrada, Ainhoa Timmer e Ingrid Mosquera comparten ideas sobre la importancia de la expresión oral en el estudio de una lengua extranjera, mostrando las dificultades implícitas y ofreciendo algunas propuestas para su implementación en el aula.
Los alumnos de una segunda lengua no solo deben aprender gramática o vocabulario, sino que su principal objetivo deberá ser comunicativo y, para eso, es imprescindible hablar, algo que para muchos estudiantes, no resulta sencillo ni cómodo. La destreza oral debe trabajarse en clase, también en la de primaria, como en cualquier otra etapa educativa. Es responsabilidad del maestro que el aula se convierta en un lugar donde la comunicación sea la base del aprendizaje. La realidad es que todavía muchos docentes entienden y desarrollan sus clases como un proceso unidireccional en el que el maestro es el que debe comunicar y el resto recibir el mensaje y, así, difícilmente se fomentará y mejorará la expresión oral. No debemos olvidar de que a hablar se aprende hablando.
Para conseguir que un alumno hable, éste debe sentirse cómodo, seguro y motivado. Aprender un idioma extranjero no es algo que se consiga de un día para otro, ni siquiera en un corto período de tiempo, y esto es algo que también debemos de ser capaces de transmitir a nuestros estudiantes, para que no se desmotiven si los resultados no llegan tan pronto como esperaban. Una primera pregunta que podríamos hacernos es si un profesor debe estar motivado para poder motivar, si un profesor debe sentir pasión para poder apasionar. A la hora de aprender otro idioma, la motivación parece difícil de conseguir, pero no significa que no sea posible. Y, en este punto, surgen preguntas como ¿Cómo motivar a los estudiantes? Y en el caso concreto del inglés como lengua extranjera, ¿Cómo conseguir que los alumnos hablen inglés?
Hablar es atreverse a producir sonidos en voz alta y, visto así, no parece que lleve implícitas muchas complicaciones, pero la realidad es que sí existen. En algunos casos, se habla de que la expresión oral causa, entre otras muchas dificultades, ansiedad pero, además, exige rapidez, espontaneidad y una exhibición directa, cuestiones que no facilitan que esa ansiedad se minimice o desaparezca. La expresión oral también está muy relacionada con la afectividad, es decir ese sentimiento de vergüenza que tantas veces aparece cuando se ha de hablar una lengua en la que el individuo no se siente seguro. Si un alumno cree que no posee los conocimientos necesarios para hablar, o siente vergüenza a la hora de pronunciar sonidos que le son ajenos, fácilmente aparecerá la ya citada ansiedad y, además, la expresión oral en inglés se verá comprometida.
Las consecuencias que trae consigo la ansiedad son numerosas, algunas encuestas realizadas ponen de manifiesto los obstáculos más habituales para comunicarse oralmente en otra lengua. Entre ellos destacan el miedo a cometer errores, a no conocer o no recordar el vocabulario adecuado para cada ocasión, el miedo a hablar en público, la falta de fluidez, el miedo al qué dirán o a mostrar una incorrecta pronunciación o entonación. Todos estos motivos tienen una razón de ser y el maestro debe ser consciente de ellos para poder encauzar su enseñanza y escoger la metodología más adecuada:
- En el caso del miedo a cometer errores, la pregunta que se debe plantear es si no está directamente relacionado con la manera de enfocar y desarrollar las clases. Si en el aula el maestro no crea un clima de confianza en el que cometer errores sea algo necesario y valorado, sino que más bien se centra en correcciones gramaticales, el alumno no sentirá nunca la libertad de poder expresarse con fluidez.
- Recordar el vocabulario adecuado para cada situación es también otra de las preocupaciones de muchas personas a la hora de atreverse a hablar un idioma extranjero y, en este caso, el profesor debe ofrecer situaciones para que los alumnos adquieran nuevo vocabulario, pero también facilitar actividades para conseguir que se retenga, ya que se considera que hasta un 80% del aprendizaje inicial se pierde dentro de 24 horas, si no se repasa.
- El miedo a hablar en público es otro obstáculo al que hacen frente muchos estudiantes a la hora de expresarse en un idioma extranjero y este aspecto debe tratarse con afecto y apoyo, ofreciendo al alumno seguridad y valorando el esfuerzo que llevan a cabo cada vez que se enfrentan a una actividad de comunicación oral.
- Una gran parte de los estudiantes también muestra inseguridad debido a su pronunciación y entonación en inglés. Tiene mucho que ver con sonar extranjero y está íntimamente relacionado al concepto que se tiene de uno mismo, es decir cómo se siente el alumno cuando se oye pronunciando palabras en inglés. Esta situación puede comportar sentimientos positivos y negativos y estos últimos son los que dificultan la producción oral. No hay que olvidar que muchos docentes comparten estos miedos. Así que debemos ser capaces de empatizar y aumentar su confianza, hacerles ver que no pasa nada, que lo más relevante es comunicar.
Paul Seligson, profesor británico, en una entrevista, dijo que la lengua entra por las orejas. Y, en base a dichas palabras, afirma que se debería empezar a enfocar y construir el nuevo modelo de aprendizaje de lenguas extranjeras, basado en la comunicación, con una base oral y no escrita. Del mismo modo, otros profesores afirman que se está enseñando mal el idioma al no anteponer lo oral a lo escrito.
Centrando la atención en la etapa de la educación primaria, si se tiene en cuenta la teoría del periodo crítico, este período es el ideal para que los alumnos adquieran el inglés de una manera parecida al idioma materno. La ventaja de los niños a esas edades es que el miedo al ridículo es inferior que en etapas más avanzadas de primaria o de secundaria y ese es un aspecto a considerar y con el que se debería trabajar para facilitar la expresión oral y la comunicación en lengua inglesa. Se debe tener en cuenta que, hasta los once años aproximadamente, a los alumnos difícilmente se les puede exigir que aprendan de forma metacognitiva, esto es, siendo conscientes de cómo aprenden. Así, se puede hablar de un aprendizaje implícito más que explícito, que va evolucionado con el paso de los años, de uno al otro. Por otro lado, el que no sean capaces, de forma totalmente desarrollada, de aprender de forma metacognitiva tiene sus ventajas y deberían aprovecharse. El niño no verá limitado su aprendizaje a entender una regla gramatical y esa es una oportunidad que los maestros no pueden dejar pasar. Las clases pueden ser fundamentalmente comunicativas y basarse, en gran medida en juegos y actividades lúdicas. No se debe olvidar que se trata de una etapa durante la que el niño tiene dificultades para concentrarse durante un largo período de tiempo, por lo que el maestro debe ser capaz de organizar diferentes actividades, de corta duración, respondiendo a las diferentes inteligencias y estilos de aprendizaje de sus alumnos.
Los profesores deben ofrecer a los estudiantes la mayor cantidad de oportunidades de contacto con el inglés que sea posible y dejarles ser protagonistas de su aprendizaje, permitiendo que se equivoquen, que corrijan lo que han dicho mal y que vuelvan a intentarlo. Como ya se ha comentado, el objetivo primordial de aprender un idioma es comunicarse y eso es lo que se debe hacer, dejar que se comuniquen.
En concordancia con todo lo expuesto hasta el momento, se ofrecen, a continuación, algunos ejemplos, de los muchos existentes, de actividades para hablar inglés en el aula de primaria, tanto con el profesor como entre compañeros:
–Role playings, de diferentes niveles y con la posibilidad de personalizar los papeles, atendiendo a la diversidad.
–Cantar canciones, leer cuentos o recitar poemas son ejercicios ideales para llevar a cabo en el aula de inglés de educación primaria.
-Una buena manera de ayudar a los estudiantes a hablar es establecer las rutinas en inglés como algo habitual, aprendiendo frases y vocabulario de uso diario en el aula.
–Show and tell, en el que el alumno habla sobre un tema en concreto, hace una exposición oral relacionada, o no, con alguno de los temas que se estén tratando en ese momento en clase. En esta actividad se facilitan expresiones para empezar la exposición, para desarrollarla correctamente y expresiones para finalizarla de forma adecuada. Palabras que repetirán todos los alumnos cuando les toque exponer.
–Juegos de mesa y tradicionales, adaptados a la lengua inglesa.
Hace algunos años, muchos padres destinaban ahorros para el aprendizaje del inglés de sus hijos, enviándolos a países de habla inglesa para que aprendieran el idioma. A día de hoy sigue siendo una buena práctica para aprender una lengua extranjera, pero debe considerarse que lo que entonces se buscaba con estos viajes ahora con la globalización y la inmigración está más cerca de lo que a menudo se piensa. Las oportunidades de hablar inglés, contactando con personas que hablen el idioma, gracias a las nuevas tecnologías, es más fácil que hace unos años.
Hablar una lengua, comunicarse en ella, debe ser el objetivo ultimo del aprendizaje. Nelson Mandela indicó que Si hablas a un hombre en un idioma que comprenda, eso llega a su cabeza. Si hablas con él en su idioma, eso llega a su corazón. Aprender una lengua abre caminos a nuestros estudiantes, abre mentes y derriba fronteras, promueve la empatía, el conocimiento y la comprensión de otras culturas y otros puntos de vista, aspectos que parecen fundamentales hoy en día.
En esta breve introducción al tema, han quedado ciertos puntos fundamentales por comentar, sobre la implementación del uso de la expresión oral en el aula de inglés o de otro idioma:
-¿Cómo podemos dar voz a todos los niños con la duración de las clases y los recursos actuales?
-¿Cómo podemos conseguir que usen la lengua inglesa y no la materna?
-¿Cómo debemos corregir y/o evaluar sus intervenciones orales?
-¿Influye el espacio del aula y la distribución de la misma en que se produzca más o menos interacción?
Entrada redactada de forma conjunta por Ainhoa Timmer e Ingrid Mosquera Gende.
Ainhoa Timmer es alumna del Grado de Educación Primaria en la Universidad Internacional de la Rioja. Es técnico especialista en Comunicación Audiovisual, se graduó en la Universidad de Barcelona en Grado de Empresa Internacional y es, igualmente, Técnico especialista en Secretariado Internacional. Actualmente trabaja como profesora de inglés en una academia de idiomas en Lloret de Mar (Girona).