Ingrid Mosquera Gende
La presencia de la gramática en la Educación Infantil es un tema polémico que no pone de acuerdo a los docentes. Hablaremos aquí de la introducción implícita de aspectos gramaticales en edades tempranas, de acuerdo con una aproximación holística.
Aprender una segunda lengua adquiere cada vez más importancia como consecuencia de la creciente globalización que existe en la actualidad, en gran parte debida a las nuevas tecnologías y los avances en la comunicación. Por tanto, debemos intentar dotar a nuestros alumnos de herramientas que les permitan desenvolverse positiva y activamente en la sociedad plurilingüe y multicultural en la que vivimos.
Como docentes, sabemos que, si queremos obtener buenos resultados en cuanto al aprendizaje de la lengua extranjera, la exposición en edades tempranas es muy beneficiosa, ya que es cuando el cerebro del alumno dispone de más plasticidad, lo que le permitirá asimilar conceptos de manera inconsciente y rápida, sin temor a errores ni presión.
La gramática forma parte básica de ese aprendizaje, junto con las, tradicionalmente consideradas, cuatro destrezas de la lengua. Frecuentemente es una parte compleja y de difícil comprensión para los pequeños, puesto que presenta ideas abstractas y de carácter metalingüístico que los niños no han adquirido aún en su lengua materna. Por esta razón, deberemos incluirla de manera natural e implícita en nuestras aulas, mediante procesos de reconocimiento e imitación, es decir, primeramente las destrezas de comprensión y, posteriormente, las de expresión. La parte explícita del aprendizaje de la gramática también es necesaria, sin duda, pero debe estar adaptada a la edad de los aprendices. No estamos hablando de eliminarla por completo, algunos términos como nombre, sustantivo, adjetivo o singular y plural, ya se pueden ir incorporando al vocabulario de los pequeños. En todo caso, siempre se introducirá de forma lúdica, con juegos o recursos visuales, entre otros. Ejemplos en este sentido pueden ser el uso de canciones, dibujos animados, trabalenguas, adivinanzas, juegos de ordenar palabras o letras, singulares y plurales, páginas de internet o aplicaciones móviles, uso de flashcards (fichas), imágenes, fotografías o dibujos.
Algunos consejos útiles para este proceso de aprendizaje hacen referencia a la importancia de no forzar la situación, evitando que el niño se cierre hacia este nuevo aprendizaje y creando un ambiente de confianza, agradable para la enseñanza. Además, se tratará de buscar un enfoque globalizador y un aprendizaje significativo, intentando motivar e interesar al alumno. Igualmente, las actividades deberán adaptarse al ritmo madurativo y al desarrollo de los alumnos, personalizando el aprendizaje y tomando en consideración la diversidad existente en el aula. En ese mismo sentido, nuestra lengua será muy relevante, el tono, la vocalización, la entonación, la pronunciación, así como el vocabulario o la elección de frases cortas y claras, acompañadas, en gran medida, de gestos o imágenes que puedan facilitar la comprensión a los pequeños.
Como se puede extraer de lo anterior, y así se ha comentado, la enseñanza de la gramática a estas edades se está entendiendo de forma implícita e integral, por lo que los consejos son válidos para el proceso de aprendizaje de la lengua inglesa en general.
La repetición y los ejemplos también ocupan un papel muy importante en esta etapa, junto con los juegos, ya mencionados, y los estímulos visuales. La creación de rutinas y la repetición diaria de las mismas, así como de las frases relacionadas con ellas, son muy prácticas para el aprendizaje e interiorización de sonidos, palabras y, también, de aspectos gramaticales que se van adquiriendo de forma indirecta.
En definitiva, aprender sin darse cuenta, jugando, disfrutando y estando con los amigos de clase. La gramática es parte de ello, adquirida de forma natural, holística y global. Cuando una persona se divierte aprende más y mejor. Y esto, no solo sucede con los niños.
Este post ha sido escrito de forma conjunta por Ingrid Mosquera Gende y Beatriz Lerma López, estudiante de Grado de Maestro en Educación Infantil, que trabaja como maestra en una escuela de Barcelona.
Grado de Maestro en Educación Infantil