Alicia Moreno Delgado/ Ángela Martín Gutiérrez
Las políticas son con frecuencia el blanco de los discursos ofensivos extremos. Un análisis de los contenidos compartidos en X por medios informativos digitales españoles refleja un patrón preocupante, según dos investigadoras que forman parte del proyecto Hatemedia.

Las mujeres que ocupan cargos políticos son con frecuencia el blanco de los discursos de odio y ofensivos en las redes sociales. Estas plataformas facilitan la difusión masiva de estos mensajes que llegan a un público amplio y que los usuarios pueden compartir, comentar y, por tanto, amplificar.
El anonimato que ofrecen estas redes fomenta la impunidad de quienes emiten mensajes de odio, convirtiéndolas en escenarios propicios para la proliferación de discursos extremos. Estas conductas no solo representan una forma de acoso digital, sino que también constituyen una manifestación de violencia mediática dirigida hacia las mujeres en la política.
A partir de los resultados generados en Hatemedia, durante el mes de enero de 2021, del análisis hecho en 37.249 mensajes recolectados, en los perfiles de redes sociales de los medios de comunicación, los comentarios ofensivos hacia las mujeres políticas son una constante. Estas plataformas se han convertido en espacios donde los usuarios descargan su odio, especialmente en las publicaciones que destacan a mujeres en roles de poder.
El análisis de los comentarios en contenidos compartidos en X por medios informativos digitales españoles refleja un patrón preocupante: los discursos de odio son recurrentes y, en su mayoría, no encuentran oposición ni moderación efectiva. Así, los comentarios en los debates generados por los contenidos noticiosos en X se han convertido en espacios donde predominan expresiones ofensivas y discriminatorias hacia las mujeres en la política, especialmente discursos de odio misógino.
El estudio de los discursos de odio pasa por la clasificación de estos mensajes. Por ello, es imprescindible la identificación de los tipos de mensajes en los comentarios que dejan los usuarios a las noticias de los medios.
La mayoría de los comentarios asociados a noticias sobre mujeres políticas contienen mensajes ofensivos. Estos discursos son seguidos en menor proporción por comentarios neutrales, mientras que las intervenciones que buscan contrarrestar el odio (mensajes upstander) son prácticamente inexistentes. La intensidad del odio varía: casi el 20% corresponde a expresiones extremas, pero el grueso (43%) se caracterizada por contener insultos hacia las protagonistas. Los mensajes de intensidad menor, con expresiones abusivas o malintencionadas, apenas representan menos del 1% del total.
El análisis de 876 comentarios con expresiones de odio extremo u ofensivo en 29 noticias sobre mujeres políticas publicadas por medios digitales reveló patrones preocupantes. En este sentido, casi la mitad de los comentarios (49,12%) utilizan expresiones despreciativas dirigidas a la mujer, enfocándose en descalificaciones y ofensas personales. También aparecen, acusaciones de corrupción o criminalidad. Un 14,88% de los mensajes busca vincularlas con actos ilegales, apelando a estereotipos dañinos sobre su integridad. Otras tácticas incluyen menospreciarlas por supuestos problemas de salud mental (14,4%), sexualizarlas u objetificarlas (9,44%), perpetuando estereotipos de género. También emitir amenazas o acusaciones explícitas (7,04%) o bien vincular a las mujeres ideológicamente con posturas extremas, como la extrema derecha (5,12%).
El análisis de los perfiles de usuarios que participan en las conversaciones sobre mujeres políticas en X revela diferencias significativas entre quienes difunden discursos de odio y quienes los contrarrestan (upstanders).
Los comentarios ofensivos o de odio suelen provenir de cuentas asociadas, en su mayoría, a perfiles públicos identificados como hombres. Estos usuarios destacan por tener un mayor número de seguidores, por poseer un historial de mayor tiempo en la plataforma y también por mantener una actividad diaria más elevada, lo que les otorga mayor capacidad para diseminar sus mensajes.
Por otro lado, las cuentas que combaten estos discursos —frecuentemente vinculadas con mujeres— presentan características diferentes. Aunque tienen menos seguidores y menor actividad promedio que los emisores de odio, generan una mayor interacción positiva con sus mensajes. Los comentarios upstander suelen recibir más likes y apoyo de otros usuarios, mostrando una capacidad destacada para movilizar reacciones favorables entre terceros. Así que, aunque los odiadores son más activos y tienen mayor alcance inicial, los upstanders logran un impacto cualitativo relevante al fomentar interacciones positivas. Estos hallazgos subrayan la importancia de las contranarrativas en la lucha contra los discursos de odio en las redes sociales.
Glosario de términos del odio en las redes sociales
- Misoginia: La misoginia es el odio, desprecio o prejuicio hacia las mujeres. En los discursos de odio, la misoginia se manifiesta en comentarios que descalifican, objetifican o deshumanizan a las mujeres. Este tipo de odio busca reforzar la desigualdad entre hombre y mujeres y limitar la participación de las mujeres en el espacio público.
- Discurso de odio: Se refiere a cualquier forma de expresión que incita violencia, hostilidad o discriminación hacia un grupo o individuo basado en características como su sexo, etnia, religión, orientación sexual, entre otros. En el contexto de las mujeres políticas, el discurso de odio busca descalificar, atacar o amenazar a las mujeres en roles de poder, a menudo con la intención de silenciarlas o menospreciarlas.
- Discurso ofensivo: Este término hace referencia a mensajes que, aunque no incitan directamente a la violencia, contienen expresiones despectivas o humillantes hacia una persona o grupo. En el caso de las mujeres políticas, estos comentarios suelen ser insultos personales o ataques que perpetúan estereotipos o falsedades, como acusaciones de corrupción o críticas a su apariencia o salud mental.
- Contranarrativa: Es una forma de discurso que se opone a los mensajes de odio o discriminación, buscando desmentirlos o presentar una visión alternativa más justa e inclusiva. En las redes sociales, la contranarrativa intenta contrarrestar los comentarios ofensivos y promover el respeto, la igualdad y la justicia social.
- Upstander: Es una persona que, al observar un acto de injusticia o discriminación, decide intervenir de manera activa para defender a la víctima y luchar contra el comportamiento dañino. En el contexto de los discursos de odio, un upstander se involucra en la lucha contra los comentarios ofensivos, ya sea respondiendo, reportando o difundiendo mensajes de apoyo y respeto.
(*) Alicia Moreno Delgado es doctora en Comunicación (2021) y con un máster universitario en Comunicación Corporativa por UNIR. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla (2006). Miembro del equipo a cargo del proyecto Hatemedia, y del grupo de investigación PROCOMM: Prospectivas de la Comunicación Multimedia de la Universidad Internacional de La Rioja. Su experiencia investigadora se centra en la comunicación y la bibliometría, con diversos artículos publicados en revistas nacionales e internacionales en estos ámbitos.
Ángela Martín Gutiérrez es doctora en Educación con Mención Internacional por la US. Colaboradora del proyecto Hatemedia y miembro del grupo de investigación SIMI: Inclusión socioeducativa e intercultural, Sociedad y Medios de la Universidad Internacional de La Rioja. Dentro de sus líneas de investigación se encuentran: la formación profesional, el emprendimiento, la formación del profesorado (inicial y continua), la educación inclusiva e intercultural en el ámbito formal y no formal, el género, las tecnologías de la información y la comunicación y la colaboración educativa.
Los capítulos anteriores de la serie:
- Cómo detectar y prevenir el odio en los medios de comunicación digitales a través de Hatemedia.
- El abecé de la desinformación y el odio: claves para entender y combatir las amenazas digitales.
Consulta aquí la última entrevista a Elías Said-Hung publicada en UNIR Revista.
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