Diego Caldentey
La historia de vida de esta gallega de 38 años conmueve y despierta admiración. El pasado 10 de abril se tituló en el Grado en Maestro en Educación Infantil de UNIR, con nueve matrículas de honor y ‘sobresaliente’ en todas las asignaturas menos en dos, en las que obtuvo ‘notable’.
Marta Acuña López es una mujer decidida y perseverante, con las fuerzas suficientes para no flaquear ante la adversidad. Así define su personalidad… y también lo demuestra con hechos. La historia de vida de esta gallega de 38 años conmueve y despierta admiración. El pasado 10 de abril se tituló en el Grado en Maestro en Educación Infantil de UNIR, con nueve matrículas de honor y ‘sobresaliente’ en todas las asignaturas menos en dos, en las que obtuvo ‘notable’.
Durante sus más de cinco años de formación sorteó obstáculos nada sencillos para poder estudiar: crió cuatro hijos pequeños lejos de su tierra (a uno lo tuvo durante sus estudios), cambió tres veces de ciudad de residencia y vivió en diversos países del extranjero. Todo ello sin contar con la compañía de su marido, a quien las obligaciones profesionales mantenían alejado de casa por largas temporadas.
Su marido, el principal admirador
El principal admirador de Marta es precisamente él, Carlos Cordón Castosa. Tiene 40 años y es Oficial de la Armada Española. Hoy vive junto a su esposa y sus cuatro hijos en Northwood (Reino Unido), ya que allí trabaja en la base naval de ese pueblo, en un proyecto para la Unión Europea. Hace escasos días nos envió un correo electrónico, sin que Marta supiese, contándonos el maravilloso ejemplo de superación de su compañera.
“Muchas veces buscamos héroes o grandes figuras a nuestro alrededor y nos pasan desapercibidas otras figuras encomiables. Que yo haya estado embarcado durante toda la Carrera de mi esposa, le ha supuesto a ella encargarse sola de los cuatro niños, y compaginarlo con los estudios y trabajos para UNIR. Para poder estudiar en estas condiciones, prácticamente ha tenido que levantarse durante seis años muy temprano. Ha sacado 9 matrículas de honor y la nota más baja que ha obtenido ha sido un 7,5”, nos escribió el marino.
Marta crió a sus cuatro hijos mientras su marido cumplía sus misiones militares, navegando en buques y submarinos de la Armada Española
Desconocedora de la carta que había escrito su marido, la gran protagonista de estas líneas no podía dejar de llorar de la emoción cuando contactamos con ella. “Es hermoso saber que las personas que más amas reconocen tu esfuerzo y sacrificio”, nos dice Marta por teléfono, tras haber dejado a su hija de 2 años en la guardería.
Marta quedó embarazada de la pequeña mientras cursaba la titulación en UNIR. Y fue capaz de obtener su título administrando su tiempo, peleando por lo que soñaba y sin desatender a sus seres más queridos. Respecto a sus prácticas, se organizó para hacerlas en España, durante su estancia temporal en el país. No se rindió jamás, aún en momentos nada fáciles de sobrellevar.
“No hay que abandonar lo que uno desea”
“Hubo situaciones de duda y algunos ‘bachecillos’ durante mis estudios. Me levantaba a las 5.30 de la madrugada cada día, mientras mis hijos dormían, para poder estudiar. Después tenía que estar con ellos, y atender la casa. Además, en el último tramo del embarazo de Paloma tuve que hacer una pausa en los estudios. Ya había sacrificado muchas horas para la familia y para mi esposo, y también de mi tiempo libre. Pero todo valió la pena. Mi principal consejo para personas que atraviesen una situación similar, con hijos a cargo y otras obligaciones familiares y/o laborales, es que se organicen pero que no abandonen lo que desean hacer”, cuenta la mujer, nacida en Pontevedra.
Carlos y Marta son padres de Lucía (10 años), Carlos (9), Gonzalo (6) y Paloma. La flamante maestra se había graduado antes de Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. A causa del trabajo de su marido, nunca llegó a ejercer su actividad, ya que comenzaron a viajar y a residir en diversas ciudades, españolas y del extranjero.
En 2013, cuando vivían en la localidad italiana de Tarento, tomó la decisión de matricularse en UNIR: “Siempre me gustó estudiar. Me encantaba leer libros sobre desarrollo de los niños. Por eso opté por el Grado de Maestro en Educación Infantil. Leí por Internet que las opiniones de UNIR eran muy favorables. También coincidió que una amiga mía, sin yo saberlo, se había matriculado en el Grado de Maestra en Educación Primaria. Así empezó todo”, comenta.
“Creo que les he trasladado a mis hijos un buen ejemplo: su madre, en los pocos momentos libres que tenía, en vez de relajarse se iba a estudiar a una biblioteca”
Desde ese punto de partida hasta el final de su pequeña gesta académica, Marta y su familia se mudaron dos veces más. Vivieron un tiempo en Cartagena y, finalmente, recalaron en Northwood. Pero no hubo mudanzas ni cambios de destino que le hicieran apartarse de su objetivo: graduarse de maestra.
“Cuando me apunté, pensé que la carrera iba a ser más sencilla. Pero tiene un nivel muy bueno y elevado. La dificultad de la titulación es acorde con su importancia. Me gustó que el Grado fuese así de exigente. Eso sí, también fue clave la ayuda de los tutores de UNIR. Siempre me acompañaron. Uno de ellos resultó clave: me daba ánimos y fuerzas para continuar”, asegura la alumna.
“Cuando me apunté, pensé que la carrera iba a ser más sencilla. Pero tiene un nivel muy bueno. También fue clave la ayuda de los tutores de UNIR. Uno de ellos resultó importante: me daba ánimos y fuerzas para continuar”
Durante algunos tramos de sus estudios estuvo sin ver a su esposo, capitán de fragata, durante largas semanas. En algunas ocasiones pasaron hasta dos meses para el reencuentro. Por sus tareas, Cordón suele navegar en submarinos y en patrulleros marítimos para realizar operaciones militares.
“Cada vez que él volvía yo intentaba administrar el tiempo lo mejor que podía. Creo que les he trasladado a mis hijos un buen ejemplo: su madre, en los pocos momentos libres que tenía, en vez de relajarse se iba a estudiar a una biblioteca o leía libros en la cocina o el dormitorio para poder mejorar cada día”, subraya Marta.
“Quiero aplicar en un colegio la muy buena metodología y los contenidos académicos innovadores de UNIR”
Ahora sueña con trabajar como maestra en España. “Dentro de unos meses volveremos definitivamente a Madrid, donde tenemos nuestra casa. Quiero aplicar en un colegio la muy buena metodología y los contenidos académicos innovadores de UNIR. Estoy muy agradecida a la Universidad. En el Grado, entre otras cosas muy importantes, te enseñan actividades creativas y abiertas. Aprendes que el juego y las actividades lúdicas son vitales para el aprendizaje. Yo quiero trasladar ese mensaje: que los niños españoles vayan felices al colegio, como ocurre aquí, en Inglaterra”, finaliza.
