Conseguir un ambiente escolar saludable, más productivo y con menor tasa de fracaso escolar, en el que se prevengan los casos de acoso o ciberacoso, es posible gracias a la mediación escolar.
Cuando un niño recibe reiteradamente maltrato físico, psicológico o verbal por parte de sus compañeros, está siendo víctima de acoso escolar o bullying. Para detectar y poner solución a este tipo de comportamientos existe la denominada mediación escolar, una táctica de prevención y resolución pacífica de los conflictos que se originan en los centros educativos.
Sufrir acoso escolar afecta negativamente la salud física y mental de los niños, tal como pone de manifiesto el estudio de la UNESCO sobre violencia y acoso escolar. Además, 200.000 niños y jóvenes de todo el mundo pierden la vida cada año por culpa de las consecuencias del bullying, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la ONG Bullying Sin Fronteras. Ante esta situación, la mediación escolar se revela como una herramienta útil para prevenir y solucionar conflictos en el ámbito escolar.
La mediación escolar consiste en que una persona neutral, denominada mediador, ofrece a los individuos en conflicto la posibilidad de sentarse a hablar, sin ningún tipo de presión ni condicionante, sobre aquello que los enfrenta, con el objetivo de alcanzar una solución.
Ventajas de la mediación escolar
La mediación escolar en los centros educativos ha adquirido un carácter trascendental, en tanto en cuanto sirve para lograr un ambiente de convivencia más saludable. Implantar en los centros servicios de mediación escolar aporta, entre otras, las siguientes ventajas:
- El ambiente del centro educativo se vuelve más relajado, lo que incide directamente en la mejora de la convivencia escolar.
- Hay una reducción del número de conflictos. La tensión y los enfrentamientos disminuyen.
- Se crea el ambiente propicio para la detección de casos de acoso escolar.
- Favorece el cumplimiento de los acuerdos adoptados, porque se trata de decisiones consensuadas por ambas partes.
- Mejora las capacidades comunicativas de los implicados en el conflicto.
- Fomenta valores como el respeto, la empatía, la comprensión y la tolerancia.
- Se incita a los alumnos a desarrollar el pensamiento crítico.
- Estimula la creatividad al tener que buscar soluciones o alternativas a los conflictos vigentes.
- Toda la comunidad escolar se siente más implicada en el buen funcionamiento del centro.
Funciones del mediador escolar
La misión fundamental de un mediador escolar es la de ejercer el arbitraje entre dos partes en conflicto para que puedan llegar a entenderse y cese la problemática. Con el fin de alcanzar ese objetivo, el mediador escolar debe cumplir una serie de requisitos y llevar a cabo diversas funciones:
Fijar las normas.
Es el responsable de establecer las reglas que organicen la mediación. Por ejemplo, determinar quién tiene el turno de palabra, evitar las interrupciones y procurar la escucha activa.
No juzga.
Su postura debe ser siempre neutral en el momento de la mediación, sin tomar parte a favor de uno u otro interviniente.
Escuchar activamente.
Prestar la máxima atención a las intervenciones de los participantes en la mediación es una de las tareas más importantes del mediador, puesto que después tendrá que ser capaz de parafrasear lo que han dicho los afectados.
No dar soluciones.
La función de un mediador escolar no es la de dar la respuesta que arregle el problema, sino que el conflicto debe ser resuelto por las personas afectadas. Su misión es la de escuchar, clarificar y aportar las herramientas que conduzcan al entendimiento.
Saber pactar.
Un buen mediador debe ser capaz de lograr que las dos partes en conflicto alcancen un entendimiento.
La figura del mediador escolar es un perfil cada vez más demandado por los centros educativos. Para ejercer con solvencia esta profesión, el Curso en Convivencia y Acoso Escolar online de UNIR ofrece una completa formación que posibilita trabajar la prevención e intervención en casos de violencia escolar.