Antonio Márquez Aguirre
José Antonio Márquez Aguirre, docente del Máster en Metodologías Activas y Ecosistemas Digitales de Aprendizaje, explica cómo utilizar estas metodologías para atender a la diversidad en el aula.
Hace un tiempo hablamos de metodologías activas y cómo aplicarlas en el aula, al hilo de lo cual vamos a tratar ahora una perspectiva adicional de su potencial. Exploraremos cómo estas pueden ser unas potentes aliadas para atender a la diversidad creciente en nuestras aulas y ofrecer oportunidades efectivas de aprendizaje en nuestro alumnado.
Metodologías activas para un alumnado más diverso que nunca
Me gustaría comenzar compartiendo una definición realizada por Katz, J. (2012)* que me empujó a entender la diversidad en mis aulas y a valorarla como algo positivo y enriquecedor:
La diversidad es neurológica. La diversidad es social. La diversidad es humana. Enseñar en la diversidad requiere que los profesores generen un clima de aprendizaje en las aulas e idear actividades que permitan a todos los niños sentirse seguros, respetados y valorados por lo que ellos tienen para contribuir.
Dicho esto, todos somos conscientes de que, cada año, nos encontramos en nuestras clases con un alumnado más diverso que cuenta con diferentes puntos de partida, diferentes capacidades y también diferentes habilidades.
Esas diferencias individuales que tiene nuestro alumnado están relacionadas directa o indirectamente con diferentes aspectos como: sus propias habilidades de aprendizaje, sus diferencias culturales, lingüísticas, su contexto, su estatus social, etc.
Aquí quisiera poner el foco en que esta manera de entender y comprender la diversidad va mucho más allá de lo que generalmente se entiende por ella, cuando solo se asocia a las necesidades educativas especiales. Si bien es cierto que se encuentra dentro del concepto, si nos limitamos a él, no estaríamos incluyendo a gran parte del alumnado con características diversas.
Lo cierto es que este fenómeno pone sobre la mesa que cada proceso de enseñanza y de aprendizaje se vive de forma diferente en cada alumno, y en estos procesos entran en juego otras dimensiones importantes en el aprendizaje como son: la atención, la memoria, la motivación, el desarrollo del lenguaje, el académico y también el social.
Esta forma de entender y atender a la diversidad es un movimiento que lleva un gran recorrido y que podemos definir como inclusión educativa. Este movimiento es definido por la UNESCO (2009)* como una estrategia clave para alcanzar la Educación para Todos (declaración que se aprobó desde 1990) y parte del hecho de que la educación es un derecho humano básico y fundamental de una sociedad más justa e igualitaria. Esto ha sido abordado por diferentes autores internacionales como Tony Booth y Mel Ainscow, en su ‘Index for inclusion’: una guía para la evaluación y mejora de la educación inclusiva y por autores nacionales como Gerardo Echeita en su libro ‘Educación para la inclusión o educación sin exclusiones’.
Aprendizaje activo, inclusivo y social
Las metodologías activas pueden sumarse a este movimiento de atención a la diversidad que ofrece el enfoque inclusivo. Esto se debe, entre otras causas, a que el aprendizaje activo y las metodologías activas:
- Propician cambiar el enfoque tradicional de clase, haciendo que salgamos del modo tradicional de entender la diversidad (contar con un grupo estándar, el alumnado que destaca por encima y el alumnado que destaca por debajo).
- Nos proporcionan la oportunidad de abordar las necesidades educativas de nuestro alumnado en su diferencia, atendiendo así a las diferentes características y ritmos de aprendizaje de nuestro alumnado.
- Fomentan maneras de enriquecer el proceso de aprendizaje de nuestro alumnado diverso y de repensar en cómo mediamos en los procesos como docentes, cómo actuamos y cómo apoyamos el recorrido del alumnado.
- Movilizan a todo nuestro alumnado para ponerlos en el centro del proceso de enseñanza y de aprendizaje.
- Aprovechan el potencial del aprendizaje social y promueven que el aprendizaje no sea solo unidireccional, sino que el alumnado aprenda con y de sus compañeros.
Técnicas activas para apoyar la inclusión real y efectiva
Algunas metodologías activas encajan mejor que otras para conseguir la inclusión educativa total o parcial en nuestro alumnado.
De entre todas las metodologías y técnicas activas, destacaría las dos siguientes porque nos ayudan como docentes a propiciar no solo un aprendizaje activo en nuestro alumnado, sino también un aprendizaje social e inclusivo:
a) El Diseño Universal de Aprendizaje
Se plantea como una alternativa que da respuesta a las necesidades del alumnado actual que se encuentra en nuestras aulas, entendiendo que este es diverso y que varía del alumno medio.
El DUA contempla en esta visión global del alumnado a todos aquellos estudiantes con capacidades y discapacidades sensoriales, motoras, cognitivas, lingüísticas y afectivas, y se apoya en la tecnología para poder también ofrecer nuevas oportunidades de aprendizaje para nuestro alumnado.
Sobre esta técnica de personalización del aprendizaje, ya encontramos a diferentes docentes que han compartido experiencias y artículos como por ejemplo Carmen Alba, Coral Elizondo y hasta yo mismo.
b) El Aprendizaje-Servicio
Es una metodología que combina el desarrollo del currículum y el servicio comunitario. Tiene un especial compromiso social por lo que llega a implicar a todo el alumnado para que colabore a la hora de dar respuesta a problemas reales, de otros colectivos, cercanos a su realidad y a hacerlo juntos en la diversidad.
Es precisamente por su componente social y por el desarrollo del sentido de comunidad educativa por el que aporta un enfoque muy interesante para desarrollar compromisos sociales y atender a la diversidad de nuestras aulas.
Sobre esta metodología se ha creado la Red Española de Aprendizaje y Servicio que cuenta con muchas experiencias que merecen ser conocidas para servir de inspiración. Destacan autoras como Roser Batlle.
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El máster da comienzo en noviembre, por lo que aún estás a tiempo de unirte a esta experiencia de aprendizaje.
Referencias:
- Katz, J. (2012). Teaching to diversity: The three-block model of universal design for learning. Winnipeg: Portage and main press.
- UNESCO. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2009). Directrices sobre políticas de inclusión en la educación.