Juan Ignacio Dominguez
En un nuevo episodio del pódcast de UNIR, Mara Sacristán conversa con la experta Noemí García Sanjuán sobre cómo entender y abordar este grave problema social desde una perspectiva integral y que involucra a toda la comunidad educativa.
Mara Sacristán aborda en un nuevo episodio de “Querido Maestro” uno de los temas más críticos en el ámbito educativo: el acoso escolar. Para esta importante conversación, Mara está acompañada por Noemí García Sanjuán, trabajadora social, psicóloga, directora del Máster en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos, y responsable de innovación en la Facultad de Educación de UNIR.
¿Qué es el acoso escolar?
También conocido como bullying, el acoso escolar es una agresión persistente que afecta a los estudiantes en su entorno educativo. Según García Sanjuán, existen tres características comunes que lo define:
- Intención de hacer daño: La agresión es deliberada.
- Desequilibrio de poder: Este puede ser físico, psicológico o social.
- Recurrencia: Aunque este punto es debatible, ya que incluso una sola agresión puede tener consecuencias significativas.
La docente de UNIR enfatiza que, incluso si una agresión parece aislada, debe ser tomada en serio y evaluada por el posible daño psicológico o físico causado. “Aunque sea la primera vez, aunque sea así, vamos a ver qué pasa ahí, porque además tendremos que evaluar el daño”.
Origen del concepto y sensibilidad hacia el acoso escolar
El término “acoso escolar” comenzó a usarse en los años setenta, asociado con investigaciones sobre el suicidio adolescente. Se encontró una alta prevalencia de agresiones entre iguales en estos casos, lo que llevó a una mayor conciencia y sensibilidad sobre el problema. Aunque hoy en día se habla más del acoso, la preocupación existe desde hace décadas. La creciente formación específica para el profesorado ha jugado un papel crucial en la detección y prevención del acoso.
“No se llamaba acoso, lo empezaron a llamar acoso escolar a partir de entonces. Los primeros investigadores se dieron cuenta de que en situaciones de suicidio adolescente existe una prevalencia altísima de agresiones por parte de los iguales en el entorno escolar”.
Formas del acoso escolar
El acoso escolar puede manifestarse de varias formas:
- Social: Aislamiento de niños, exclusión de actividades y rechazo en redes sociales. “Niños que se quedan aislados, niños que no se admiten en los grupos, niños que sistemáticamente no se incluyen en las actividades”.
- Físico: Las agresiones físicas son más visibles y a menudo reportadas en medios de comunicación.
- Mental: Ataques psicológicos y emocionales que pueden ser difíciles de detectar.
Claves para prevenirlo
Para la directora del Máster en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos, la prevención del acoso comienza desde edades tempranas, fomentando la empatía y las conductas prosociales. Los niños deben saber que siempre hay un adulto disponible a quien acudir. La presencia de adultos accesibles y confiables en casa y en la escuela reduce la prevalencia de acoso.
“Porque hay una parte en la que es un trabajo y una labor educativa por parte de los centros, pero también es una labor que depende de las familias y de los entornos en los que los niños se van desarrollando”, comenta García Sanjuán.
La responsabilidad de los docentes y el rol de los espectadores
Los docentes juegan un papel crucial en la intervención ante casos de acoso. Esta experta sugiere que, además de proteger a la víctima, es esencial trabajar también con el agresor y los espectadores. Los espectadores, a menudo olvidados, deben entender que su pasividad contribuye al problema. “Es importante trabajar con todos porque, al final, todos forman parte de esa dinámica de acoso y pienso que al final son todos un poco víctimas”, asegura.
La relación con las familias
La comunicación y el vínculo con las familias son fundamentales. García Sanjuán recomienda mantener una comunicación regular y positiva con las familias para que, cuando surja un problema, exista una base de confianza y cooperación. Los docentes deben esforzarse por construir una alianza de cuidado con las familias desde el inicio de la escolarización del niño.
“Es clave crear un vínculo con esa familia, mantener una comunicación razonablemente fluida y no solo hablar cada vez que surge un problema, algo que suele ser habitual. Por eso siempre les digo a los estudiantes que guarden media hora a la semana para mandar diez mails de una línea y media”.
Herramientas para los educadores, más allá de la teoría
En el Máster en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos de UNIR, se enseñan herramientas para detectar y manejar situaciones de acoso. Basado en la teoría ecológica de Bronfenbrenner, que consiste en dar un enfoque ambiental respecto al desarrollo del individuo a través de los diferentes ambientes en los que se desenvuelve y que influyen en el cambio y en su desarrollo cognitivo, moral y relacional, el máster aborda el desarrollo de relaciones positivas y la gestión de conflictos a través de la mediación, el aprendizaje-servicio y la gamificación.
“El máster está basado en esas metodologías y tesis y lo que hacemos es ver un poco los diferentes niveles de los entornos que influyen en el desarrollo del niño”, explica.
Hacia un futuro más seguro
El compromiso con la erradicación del acoso escolar debe ser un esfuerzo continuo que requiere la participación activa de todos los miembros de la comunidad educativa. A través de una combinación de empatía, educación y herramientas efectivas, podemos construir un entorno escolar en el que cada estudiante se sienta seguro y apoyado.
- Facultad de Educación