Laura Vivas
Cuatro docentes de UNIR cuentan su experiencia en el aula, lo que más disfrutan de dar clases, los aspectos menos conocidos y por qué es tan importante informarse bien antes de tomar la decisión de elegir estudiar un Grado en Educación.
Sobre la docencia se dicen muchas cosas, y de diverso tipo: que los profesores son unos privilegiados porque tienen un largo periodo de vacaciones, que deberían estar mejor pagados por la importante labor que hacen de educar a los profesionales del futuro, que sin vocación no se puede ejercer como docente… etc.
Por este motivo le hemos preguntado a quienes ejercen este oficio. Entrevistamos a 4 profesores de UNIR, la Universidad en Internet, para que nos cuenten qué piensan de su trabajo, de la vocación y lo que implica ser maestro o profesor.
Lo mejor de ser docente: el intercambio con los alumnos
Si en algo coincidieron los entrevistados fue en que uno de los mejores aspectos de su trabajo es lo que aporta el contacto directo con los alumnos. “Es un desafío y una actividad mental constantes. Los estudiantes, independientemente de su edad, nunca te dejan de sorprender”, cuenta Ingrid Mosquera. Para ella, lo mejor es el disfrute del trabajo y la sensación de ayudar a las personas, “despertar su espíritu crítico, enseñarles a reflexionar y a ver que hay muchas perspectivas y muchas formas de ver las cosas”.
Javier Sánchez también señala lo enriquecedor del contacto diario, “tenemos acceso de primera mano a lo que piensan y sienten los alumnos y eso nos aporta una información muy valiosa que nos ayuda a aprender y mejorar como docentes”.
“Tenemos acceso de primera mano a lo que piensan y sienten los alumnos y eso nos aporta información para aprender y mejorar como docentes”.
Gratificación y la oportunidad de contribuir a la sociedad “desde el ámbito de la educación formal, puesto que se encuentra estrechamente vinculada con el desarrollo psicológico y social de las personas, explica Natalia Abalde.
En este sentido, el poder guiar al alumno, favoreciendo sus progresos, no solo académicos sino a nivel personal desarrollando actitudes positivas, es lo mejor de ser docente para Marisol Rodríguez Correa.
Igual que en la vida: lo positivo y lo negativo
Dar clases es un reflejo de la realidad, hay aspectos muy positivos y otros que no lo son tanto. Si comenzamos por lo menos agradecido de la docencia, Ingrid y Javier puntualizan lo poco práctico que resulta todo lo concerniente al papeleo y los aspectos burocráticos, una faceta que no todo el mundo conoce.
“Ser docente no es sólo dar clase, hay mucho trabajo fuera del aula que no es tan satisfactorio como el momento de dar la clase”, manifiesta el profesor, además de esas fricciones que pueden generarse cuando, por ejemplo, estudiante y docente no están de acuerdo en las calificaciones.
Por contraparte, la interacción personal sigue siendo lo mejor de enseñar. “Aprendo cada día, determina Natalia, y el hecho de adaptarse a todas y cada una de las situaciones genera que cada día se plantee como un reto. ¡La sensación de dedicarse a algo que te apasiona es increíble!”.
De la misma forma, conocer lo que piensan los alumnos de tus clases resulta muy gratificante, “mi mayor satisfacción es cuando te comentan que han aprendido mucho, que han disfrutado las clases” expresa Marisol.
Ingrid explica que la sensación de una buena clase es impagable, además de todo el proceso previo, “vas por la calle, y te vienen ideas, ves la tele, y se te ocurren cosas para hacer en clase. Todo a tu alrededor parece una gran posibilidad para el aula”.
El tema de la vocación
Se trata de un aspecto espinoso puesto que algunos cuestionan si es imprescindible para ejercer la docencia. Ingrid Mosquera recientemente hizo una encuesta en Twitter sobre el tema. Ella y Marisol coinciden en que resulta fundamental para poder disfrutarla y sacarle todo el provecho, “la vocación te lleva a mejorar, a aprender, a innovar y a ser feliz en lo que haces y eso se transmite a los estudiantes” señala Ingrid.
Por este motivo tiene que haber una predisposición, como comenta Natalia. La docencia requiere actualizarse constantemente para enseñar de forma eficaz, “tenemos que estar dispuestos a salir de la zona de confort, a probar metodologías nuevas, a adaptarnos a cada una de las diversas situaciones que pueden plantearse en un aula”.
Tener claro todo lo que implica enseñar, con lo bueno y lo malo. “Hay muchas personas que tienen vocación, pero realmente desconocen una gran parte de los aspectos que supone realmente ser docente, lo que lleva en muchos casos a decepciones y falta de motivación”, menciona Javier.
Lo que puede ocurrir cuando se enseña
En todas las profesiones se dan situaciones dignas de recordar. Pero cuando estas se desarrollan interactuando con otras personas, las anécdotas se acumulan.
“En una ocasión un compañero y yo diseñamos una pregunta de examen relacionada con la saga de películas Star Wars, cuenta Javier, la idea sorprendió a los estudiantes y el examen se compartió en las redes sociales, llegando a tener cierta repercusión en estos medios”.
“Hay muchas personas que tienen vocación, pero realmente desconocen una gran parte de los aspectos que supone realmente ser docente”.
Ingrid recuerda sus inicios: “Mi primera clase en la universidad como docente era en la Facultad de Informática, con más de 200 alumnos. Como profesora en prácticas no tenía mucha libertad y tenía que ceñirme a los apuntes del profesor titular. Pero, a pesar de mi inseguridad, intenté hacer clases interactivas, entretenidas y divertidas. Al terminar el curso, una chica me dijo que nunca había aprendido con nadie tanto inglés como conmigo. Eso es ser docente para mí”.
Marisol cuenta que sigue manteniendo contacto con alumnos a los que enseñó a leer y a escribir 20 años después, muchos de ellos ya profesionales: “Que me escriban con cariño por las redes, es muy emocionante”.
Si quieres estudiar para ser docente, lee
Para finalizar le preguntamos a cada uno qué le dirían a alguien que está pensando estudiar un Grado para enseñar. Las respuestas fueron entusiastas: “si es realmente lo que le gustaría hacer, enfatizó Marisol Rodríguez Correa, tendrá muchas satisfacciones y podrá superar los momentos complejos con más facilidad”.
“Que no lo piense, que lo sienta, y sabrá que habrá tomado el camino correcto”, señaló Ingrid Mosquera. “Si estás preparado para asumir el reto y la responsabilidad que supone ser docente, podrás disfrutar de ayudar a las personas a crecer contribuyendo en la mejora de su futuro” manifestó Natalia Abalde. “Lo principal es informarse muy bien de todo lo que supone ser docente. Si después de conocer los detalles sigue pensando en dedicarse a ello, entonces, ¡adelante!, concluyó Javier Sánchez.