UNIR Revista
Esta herramienta de aprendizaje y evaluación consiste en una recolección de materiales y trabajos elaborados por el alumno sobre una materia de estudio o proyecto educativo concreto.
Esta herramienta, además de evaluar el trabajo del alumno, tiene el propósito de manifestar el aprendizaje que se ha obtenido durante el estudio o proyecto educativo realizado y ayuda a reflexionar sobre el aprendizaje adquirido.
Mario Hidalgo Pulgarín, profesor del Máster en Metodologías Activas y Ecosistemas Digitales de Aprendizaje, explica en detalle qué son los portfolios de aprendizaje y por qué pueden convertirse en un gran instrumento de evaluación en educación.
¿Por qué un portfolio es un instrumento de evaluación eficaz?
Todas las sociedades del mundo moderno han experimentado fuertes cambios vinculados a la irrupción de las tecnologías digitales. La telefonía móvil, la televisión digital, Internet o las redes sociales son algunos de los ejemplos tangibles de la realidad del cambio que se ha experimentado en los últimos años. Esa llegada ha calado en todos los estratos y dimensiones que conforman las sociedades modernas, demandando a sus integrantes nuevas destrezas y habilidades necesarias, no solo para una integración eficiente en el mercado laboral, sino para una participación en la sociedad.
Sin embargo, los cambios vinculados a las tecnologías digitales en el mundo académico han generado un escenario distinto. La enraizada gramática escolar, unida a prácticas perpetuadas durante siglos, han chocado diametralmente con la propia naturaleza de las tecnologías, las cuales empujan la práctica docente hacia una concepción mucho más multidisciplinar, transversal y omnidireccional.
Todos los cambios afectan al docente, el cual se ha visto envuelto en un proceso de transformación digital que le ha obligado a plantearse el aprendizaje de por vida, ya no como una opción, sino como una necesidad
No obstante, la forma de aprender y adquirir conocimientos también ha evolucionado, apareciendo nuevas formas de aprendizaje anteriormente no tenidas en consideración.
Ya no se aprende únicamente con cursos tradicionales de los que obtienes una certificación. Se puede aprender a través de vídeos, tutoriales, libros o incluso con la propia práctica docente, a través de la cual, por medio de ensayo y error, te acerca a soluciones innovadoras que transforman el modo de enseñar.
Este tipo de aprendizajes no reglados, cobran fuerza a través de la sociedad del conocimiento y del concepto de conciencia colectiva, la cual se fundamenta en un principio básico que es que lo poco que sabemos, lo sabemos entre todos.
Autoaprendizaje no reglado
Pero ¿qué sucede con esos esfuerzos de autoaprendizaje que nacen en entornos no reglados? ¿Cómo se evidencia un aprendizaje que es real, y que supone una mochila de experiencias altamente enriquecida que impacta directamente sobre la calidad de la práctica docente?
Condicionado por esta nueva realidad socioeducativa, nace la necesidad de nuevos instrumentos que permitan entender y evaluar el desarrollo profesional docente desde una perspectiva más amplia, y que validen el aprendizaje de por vida a través de evidencias de todo tipo, desde un curso de formación, hasta una experiencia de autoaprendizaje.
Las evidencias de aprendizaje pueden ser un producto de muchas tipologías posibles, como, por ejemplo, una página web, una presentación, un documento, una aplicación que se ha diseñado.
El portfolio de aprendizaje se convierte en un instrumento óptimo en el que se compilan evidencias de los logros que el docente va adquiriendo, no solo académicos u oficiales, sino informales y de autoaprendizaje
Metodologías Activas y Ecosistemas Digitales
Además, la unificación de estas evidencias bajo un mismo entorno permite otra serie de ventajas. La primera es que se puede cuantificar, organizar y estratificar el nivel de adquisición y logro que va alcanzando el docente, dando la posibilidad de orientar su propio aprendizaje de una manera eficaz. Se configura de esta manera como una guía de aprendizaje a lo largo de la vida.
Así, un docente que lo desee podrá reflexionar de manera continua sobre su desarrollo profesional continuo, advertir lagunas en su formación y orientar su aprendizaje hacia la especialización que desee. La segunda, y no por ello menos importante, permite ofrecer a las entidades, instituciones, centros educativos o empleadores en general que lo deseen, un instrumento eficaz para conocer el progreso de un docente, su evolución como profesional, sus inquietudes, fortalezas y necesidades de mejora.
Por este motivo, la utilización en la práctica docente un porfolio de aprendizaje se convierte en un instrumento idóneo de evaluación de este de por vida, así como del registro de experiencias y adquisición de conocimientos para el docente
Desde UNIR, planteamos seriamente estas cuestiones y la necesidad de integrar en el aprendizaje docente la necesidad de utilizar el portfolio de aprendizaje en el ámbito docente, por eso, en el Máster en Metodologías Activas y Ecosistemas Digitales de Aprendizaje, durante toda la duración del programa, se aplica esta metodología, haciendo diferentes trabajos y recopilándolos, para que al finalizar el docente cuente con su propio portfolio de aprendizaje desde el que partir.