Noemí García-Sanjuán
Los entornos educativos han evolucionado de la misma manera que lo hacen todas y cada una de las áreas de nuestra sociedad. Al tiempo que se producen importantes avances y se alcanzan grandes logros, también se identifican nuevas amenazas que requieren de nuestra atención, así como de competencias que permitan afrontarlas adecuadamente.
Con la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, nació el coordinador de bienestar y protección, figura con la que han de contar obligatoriamente todos los centros educativos, independientemente de su titularidad. La Ley deja en manos de las administraciones el establecimiento de los requisitos que habrá de cumplir aquel que se responsabilice de dicho puesto, así como de si ha de ser desempeñado por profesionales ya integrantes del claustro o de si se ha de incorporar nuevo personal.
A pesar de que estas cuestiones aún no han sido resueltas, los centros educativos tienen la obligación de disponer de un coordinador de bienestar y protección desde el comienzo del presente curso académico 2022/23. Estos profesionales habrán de asumir al menos las funciones establecidas en la Ley, que abarcan no pocos aspectos muy relevantes que afectan directamente a niños y adolescentes.
Los medios de comunicación se han hecho eco en ocasiones de las dificultades en este primer período de implementación por la inexistencia de un criterio unificado o de unas directrices a seguir por parte de los centros y sus equipos directivos. Asimismo, organizaciones vinculadas a la educación también han resaltado la necesidad de contar con medios y formación que permitan la implementación de esta nueva figura de manera óptima.
Ese es, sin duda, uno de los aspectos relevantes: la necesidad de formación. Las titulaciones universitarias, a pesar de dotar de importantes competencias y conocimientos a los maestros y profesores de nuestros centros educativos, no necesariamente contribuyen a que estén preparados para afrontar y resolver de manera satisfactoria los problemas y las demandas de los últimos tiempos. Su complejidad requiere de un abordaje integral, además de una mirada entrenada para una detección precoz que minimice los daños.
Los educadores deben ser figuras de seguridad para niños y adolescentes
El Máster en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos de UNIR ha estado completamente alineado con todo lo necesario para que los profesionales de la educación incrementen sus competencias, sus habilidades y su capacidad de identificar situaciones potencialmente problemáticas. Además, contribuye a la toma de conciencia de la relevancia del papel del educador como figura de referencia y seguridad para niños y adolescentes, así como la necesidad de crear una alianza de cuidados con las familias o apoyos naturales de estos.
La vocación de UNIR por dar respuesta a las necesidades formativas de los profesionales del entorno educativo, convierte a nuestro título oficial en un estudio completo y riguroso, pero también vivo y dinámico. A partir del próximo mes de octubre, los alumnos del máster en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos contarán con la posibilidad de realizar, de manera completamente gratuita, un Curso Universitario Avanzado en Coordinador de bienestar y protección, de 3 créditos ECTS y baremable en oposiciones.
Con ello respondemos a la importante inquietud manifestada por maestros y profesores ante los retos que supone el desempeño de dicho rol, a través de una formación a medida del mismo. El plan de estudios creado para ello cuenta con tres módulos en los que se recogen de manera pormenorizada y de la mano de expertos cualificados en la materia los siguientes contenidos.
- Un primer módulo que realizará una aproximación a la protección integral de la infancia, donde además del acercamiento al marco legal, se aborda el sistema de protección y de manera específica, la protección en los entornos educativos.
- Un segundo módulo realiza un análisis de las funciones del coordinador de bienestar y protección, poniendo de relieve el alcance y transfiriendo a la realidad educativa dichas funciones.
- Y en un tercer módulo se ha considerado la necesidad de incluir aquellos problemas más acuciantes que están afrontando los docentes en la actualidad: la violencia entre iguales en forma de acoso escolar, violencia de pareja en adolescentes, acoso sexual entre iguales, así como el reflejo de todas ellas en el entorno virtual, como el ciberacoso escolar, ciberviolencia de pareja y sexting.
Con todo ello reforzamos la visión ecológica del Máster en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos y contribuimos a que los docentes se conviertan en esa figura de referencia y seguridad tanto para niños, como para adolescentes y sus familias. La educación así va mucho más allá de lo puramente académico, fomentando un desarrollo óptimo no solo en este ámbito, sino también a nivel psicológico y social.
*Noemí García Sanjuán es directora del Máster Universitario en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos.
