Macarena Cortés Vázquez
Las técnicas de modificación de conducta son esenciales para las buenas prácticas docentes y el crecimiento de los niños. La experta Marcarena Cortés Vázquez explica que pueden hacer los maestros ante este problema en las aulas.
Cada ser humano tiene un proceso vital, psicofísico y madurativo que lo hace distinto a los demás. Esto se refleja en las conductas y los procesos mentales de cada individuo y como se relacionan con su entorno inmediato.
Numerosas investigaciones afirman que los malos comportamientos son respuestas inadecuadas ante causas o situaciones específicas, siendo función del docente enseñar y formar al alumnado en la correcta ejecución de su conducta, abordando una educación integral.
¿Qué pautas debe seguir el docente en el aula ante problemas de conducta?
- No perder el control de la situación.
- Utilizar un tono de voz adecuado y un lenguaje claro.
- Hacer consciente al menor de la importancia de la situación.
- No utilizar conductas negativas: gritar, golpear… Resulta incoherente que un niño comprenda que gritar está “mal” si lo pedimos gritando.
- Retar al niño es un error habitual. El docente debe guiarlo hacia la reflexión y mejora de su propia conducta.
- Elegir una técnica de modificación de conducta adecuada es esencial para modificar la conducta.
Ante los malos comportamientos y conductas disruptivas, ¿cómo debo actuar en el aula?
Reforzamiento: Utilizar reforzadores es una técnica muy común. Tenemos diferentes formas de reforzar las conductas en los niños.
- Positivo: Elogiar o recompensar conductas (Si permanece sentado durante la tarea, le damos 2 minutos de juego libre)
- Negativo: Contrario al refuerzo positivo, se anula el refuerzo si no cumple la demanda específica (Si se levanta durante la tarea, no tienes tiempo de juego libre)
- Castigos: Esta técnica es vista de forma negativa por muchos profesionales de la psicopedagogía infantojuvenil. No es recomendable hacer uso de ella en las primeras etapas de la vida y se han demostrado efectos muy negativos tras su uso: niños y niñas desmotivados y con muy baja autoestima. Encontramos dos tipos de castigo:
- Positivo: Damos al niño algo negativo antes una conducta indeseada. (El uso de las pegatinas rojas cuando los niños hacen algo mal, o añadir tareas por mal comportamiento.)
- Negativo: Eliminamos algo positivo si la conducta negativa aparece. (Si golpea a los compañeros, no sale a jugar al patio)
Aún no existe evidencia científica que demuestre que el uso del castigo mejora la conducta de los niños, si no que las incrementa.
Si necesito mejorar una conducta en mis alumnos, ¿qué técnicas puedo utilizar?
- Moldeamiento: Se refuerzan aquellas actuaciones que acercan al niño hacia la conducta deseada. Por ejemplo: para aprender a atarse los cordones vamos aprendiendo pequeños pasos consecutivos que le permitan alcanzar el objetivo. Trabajamos por imitación haciendo el nudo, cuando lo consigue, se elogian los pequeños logros alcanzados, después continuamos con la lazada, …. hasta atarse los zapatos por sí solo.
- Encadenamiento: Consiste en encadenar conductas sencillas hasta conseguir otras más complejas. Se presentan secuencias visuales encadenadas que dan respuesta a una más compleja (pedir permiso para ir al baño, abrir la puerta, encender la luz, cerrar la puerta, abrir la tapadera del baño…)
- Desvanecimiento: Con el tiempo, comenzamos a anular reforzadores manteniendo la conducta. Si queremos que nuestro alumno aprenda a recoger los juguetes, comenzamos a enseñarle en qué lugar se colocan cada uno de ellos y recogemos con él, realizando la acción de forma conjunta. Cuando el niño recoge por sí solo, retiramos la ayuda.
Y para eliminar conductas, ¿qué técnicas se emplean?
- Extinción: Cualquier conducta que está persistiendo en el tiempo es por la existencia de un refuerzo de la misma. Muy relacionado con las conocidas “llamadas de atención”. La recomendación de esta técnica es dejar de atender a un niño si toma por rutina, por ejemplo, tener rabietas para conseguir sus objetivos.
- Tiempo fuera: La técnica del tiempo fuera supone retirar al alumno del entorno ante conductas desadaptativas. El tiempo estimado es de un minuto por cada año del niño. (Si en un juego conjunto un alumno agrede a otro, se retira al alumno del espacio de juego durante un tiempo)
- Sobrecorrección: Consiste en sustituir una respuesta inadecuada por una adecuada y se diferencian dos tipos: sobrecorrección restitutiva (Si el alumno pinta las paredes del aula, se le obliga a limpiarlas) y sobrecorrección positiva (Vamos a ofrecer varios espacios de pintura en el aula tras la acción para que comprenda dónde puede pintar y donde no)
- Saciación: Utilizamos un reforzado de forma reiterada hasta que pierde su valor. (Si un alumno quiere utilizar siempre el mismo juego, se le ofrece reiteradamente el mismo juego, únicamente ese juego, varias veces al día durante una semana. El niño terminará por aborrecer el juego.)
En las prácticas docentes, ¿qué puedo utilizar?
Abordamos dos herramientas muy utilizadas en educación que suelen obtener resultados muy valiosos en cuanto a la modificación de conducta infanto-juvenil:
Contratos de conducta: esta herramienta psicopedagógica está destinada al cumplimiento de la conducta pactada. Es considerado un acuerdo entre uno o varios adultos y el niño, siendo posible realizarlo docentes, familiares y el alumno. Estos son muy útiles en casos de niños diagnosticados con TDAH que presentan asociados problemas de conducta.
Economía de fichas: resulta de gran utilidad para trabajar con alumnos que presenten diversos trastornos del neurodesarrollo (TEA, TDAH, TGD…). Consiste en una exposición positiva de una serie de conductas que se pretenden conseguir en el alumnado, las cuales conllevan la adquisición de una recompensa. Tiene la posibilidad de aplicarse de forma grupal o individual y, ante sus diversos usos, el más adecuado es mediante refuerzo positivo al conseguir la conducta esperada (por ejemplo, el uso de puntos verdes).
Las técnicas de modificación de conducta son esenciales para las buenas prácticas docente y el crecimiento de los niños. Es un método de atención a la diversidad que permite ofrecerle a cada alumno la forma más adecuada de aprendizaje y formación holística de su persona. Hoy día es imprescindible educar en el autocontrol y gestión conductual ayudando a los niños a conformar su propia personalidad.
(*) Macarena Cortés Vázquez es docente en Grado en Magisterio de Primaria y Grado en Magisterio de Infantil en Universidad Internacional de La Rioja. Pedagoga titulada en Orientación Educativa y experta en Atención a la Diversidad y Educación Inclusiva, con años de experiencia en diagnóstico y detección de necesidades específicas de apoyo educativo. Especialista en terapias de estimulación cognitivo-conductual y danzaterapia para estimular el desarrollo de las habilidades sociales en menores con diversidad funcional.