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En la actualidad, el desarrollo de una persona es entendido desde una perspectiva interaccionista y contextual, potenciada a partir de la relación que el individuo establece con el propio medio.
En este campo de la psicología se desarrollan aspectos como la personalidad, una característica fundamental de la condición humana en su proceso de formación y crecimiento como individuo. Es en este ámbito donde se construye la propia persona con su carácter y pensamientos. En este artículo abordamos en qué consiste la psicología de la personalidad, cuál es su importancia y cuáles son sus objetivos.
¿Qué es la psicología de la personalidad?
Se trata de una rama de esta ciencia que se encarga de estudiar el comportamiento y el carácter de las personas. Se ocupa, al mismo tiempo, de observar cómo se desarrolla cada individuo y detectar si existe algún tipo de problema. Sus áreas de estudio están relacionadas con:
- Una construcción coherente y una imagen propia ajustada de uno mismo.
- Las diferencias y similitudes existentes entre los diferentes comportamientos humanos.
- Estudiar los rasgos y caracteres psicológicos de las personas.
Uno de los autores más destacados en este campo de la psicología es Gordon W. Allport que definía la personalidad como “la organización dinámica, en el interior del individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento característicos”.
El objeto de estudio es la personalidad, la cual se va formando paulatinamente en las personas. En este proceso de formación hay que tener en cuenta las variables que intervienen en su desarrollo desde la infancia. Serían:
- La autoestima del niño en el momento en que comienza a desarrollar su personalidad.
- Los modelos sociales a los que este tiene acceso.
- Las relaciones familiares, tanto con él como con los demás miembros de la familia.
- La adquisición de hábitos sociales.
- La relación con los iguales.
- La adquisición de autonomía.
Los factores que determinan la personalidad
Estas variables, a su vez, están condicionadas por tres factores de naturaleza genética y ambiental, y que determinan la formación de la personalidad cuando el niño se está desarrollando y que son:
- La maduración: las características propias de cada individuo —determinadas por la herencia, así como por factores prenatales y perinatales— constituyen el temperamento, que no es educable. Al contrario que el carácter, formado por un conjunto de conductas adquiridas por modelación social y, por lo tanto, educable (quizá te interese nuestro Máster oficial en Educación del Carácter y Educación Emocional).
- La experiencia: en este punto es donde actúa el ambiente por medio de las experiencias. Estas pueden ser comunes, es decir, compartidas por la gente de un grupo social, y únicas, que son las vivencias propias de cada individuo.
- El adulto, el grupo de iguales y la actividad: influirán en mayor o menor medida dependiendo de la edad del niño.
Otro de los autores destacados en la psicología de la personalidad es Freud, que aportó numerosas teorías sobre el desarrollo de esta en las personas. En ellas hablaba de diferentes etapas por las que pasaba el niño hasta poder desarrollarse como un individuo adulto que iba adquiriendo las herramientas necesarias para su formación integral. En esa teoría establecía que la personalidad de un ser humano se dividía en tres sistemas:
- Inconsciente: incluye los instintos y los elementos reprimidos.
- Preconsciente: engloba procesos psíquicos no evidenciados pero que se pueden traer a la consciencia.
- El consciente: lo constituyen elementos que podemos evidenciar.
Y estos tres sistemas, a su vez, en tres estructuras:
- El ello: la parte más profunda que alberga los instintos y se rige por el placer.
- El yo: la parte que se forma a partir del contacto con la realidad.
- El superyó: se rige por el principio del bien y es casi totalmente inconsciente.
Ámbito de aplicación de la psicología de la personalidad
Existen diferentes ámbitos donde se puede aplicar la psicología de la personalidad pero, sin duda, el más importante y fundamental es el educativo. Es en este espacio donde se va a desarrollar y formar la personalidad de los individuos, de ahí que sea importante la aportación y potenciación que la enseñanza hace en este campo del desarrollo del ser humano. Este aspecto va muy ligado a la socialización y a la afectividad, por lo que es fundamental una educación basada en valores y en la formación de lazos y relaciones.
Todas estas premisas harán que el niño refuerce su autoestima y su autoconcepto, ayudándole, a su vez, a alcanzar una autonomía cada vez mayor y un correcto desarrollo social con su familia y sus iguales.