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La psicomotricidad Aucouturier trata de fomentar la autonomía y forma parte de las estrategias innovadoras en educación temprana. Te damos las claves para aplicar esta técnica en el aula.
La psicomotricidad Aucouturier es una técnica pedagógica nacida en Francia en los años 70, de la mano de Bernard Aucouturier, importante pedagogo. Este enfoque comprende la importancia de la psicomotricidad y del movimiento para la maduración psicológica y emocional de los niños, y trata de implantar técnicas para potenciarla.
En un contexto de transformación profunda en el ámbito educativo en el que profesionales cada vez mejor formados están incorporando nuevas metodologías, la psicomotricidad Aucouturier supone una perspectiva que cada vez se incorpora más a los programas de educación infantil.
Por ello, en este artículo explicamos algunas de las claves de la psicomotricidad Aucouturier, además de ponerla en contexto dentro de la relevancia creciente de la educación infantil y el momento de cambio actual en esta área.
Claves para entender la psicomotricidad Aucouturier
- Concibe las experiencias corporales como la base para el desarrollo físico, emocional y cognitivo. Según este enfoque, un niño en edad temprana es capaz de construir su propia identidad a través del desarrollo psicomotriz y del movimiento. Mediante la experimentación y la vivencia de este desarrollo de forma independiente, es capaz de comprenderse a sí mismo y su lugar en el mundo.
- La psicomotricidad Aucouturier pone, además, el foco en la comunicación. Se entiende así que, a través del desarrollo de una comunicación sana con el entorno, el niño va a aprender a formular sus deseos y a construir relaciones con los demás en base a ellos.
- Conocer sus propios límites será también parte importante de este aprendizaje. De este modo, se fomentan las habilidades sociales desde la etapa de la educación infantil más temprana. Para ello, se pone especial atención en la comunicación no verbal, crucial durante este ciclo.
- Desde la perspectiva de la psicomotricidad Aucouturier, se ponen en marcha actividades que fomentan la creatividad libre, junto con el juego activo. De nuevo, se abordan estas actividades como base sobre la que asentar la emancipación o autonomía sanas, desde las edades más tempranas.
Juegan un papel esencial aquí los elementos de juego orientados al desarrollo sensoriomotor (plintos, colchonetas, bancos suecos o espalderas), con los que se pueden desarrollar multitud de juegos pautados y sin pautar: trepar, saltar, construir estructuras o descansar, según las necesidades del niño.
A partir de estos elementos, se establece una estructura típica en forma de ciclo cerrado para una clase de psicomotricidad Aucouturier. Esta comienza con un ritual de entrada, donde se reúne a los niños y se les recuerda las normas y pautas para el día (por ejemplo, no hacerse daño ni hacer daño a los demás).
En la segunda fase, en la que se da paso a la expresividad motriz, tendrán lugar diversas actividades que conecten los impulsos y deseos con movimientos e inhibiciones, y todo ello vinculado al desarrollo sensoriomotor (derribar construcciones, saltar, correr, sentarse, trepar…). Se trata de un momento de gran explosividad y energía en el que se potencia el juego libre.
Después, viene la fase de la historia o el cuento, en la que se intenta potenciar el desarrollo simbólico mediante las historias que cuenta el guía o profesor.
En la siguiente fase, la de expresividad plástica o gráfica, se fomenta la creación visual a través de herramientas como el dibujo o la construcción. Esta fase y la anterior tienen en común la creación de un ambiente más relajado, en el que puedan distanciarse de la explosividad de la expresividad motriz pero, a la vez, tomar conciencia de ella.
Finalmente, tiene lugar el ritual de salida, en el que se recoge la sala y los niños se despiden.
Psicomotricidad Aucouturier y la innovación educativa en la primera infancia
El empleo de la perspectiva de psicomotricidad Aucouturier viene de la mano de la importancia creciente que se le da al aprendizaje y a la educación durante la primera infancia.
Sin duda, la innovación presente en el Grado de Educación Infantil permite que cada vez haya más profesionales mejor formados y con acceso a técnicas pedagógicas innovadoras. A partir de esta base sólida de formación pedagógica, en los últimos años, se ha evidenciado la importancia crucial de la educación infantil para el desarrollo cognitivo, emocional y social del niño y el futuro adulto.
A su vez, la esfera de la educación está viviendo una importante transformación en este momento, con una conexión entre esta rama y otras, como la neurociencia, la psicología y la pedagogía, y todo ello unido al desarrollo tecnológico.
Es desde este marco desde el cual hay que comprender la importancia de la psicomotricidad Aucouturier, junto con nuevos modelos en auge, como la educación Montessori, la gamificación, el aprendizaje cooperativo o el aprendizaje basado en proyectos.
En ese sentido, se expande asimismo la formación a la que tienen acceso los graduados en Educación Infantil, como el Máster en Neuropsicología y el Máster en Innovación Educativa, que abren las puertas a la educación infantil del futuro.
La psicomotricidad como la base de la autonomía
En definitiva, la incorporación de la psicomotricidad Aucouturier en la educación temprana supone un proceso crucial en el que las funciones cognitivas, la autonomía y el movimiento se desarrollan de forma unificada.
Tal y como explica la psicomotricista M.ª Ángeles Cremades Canciller, el desarrollo psicomotriz pone en evidencia que «la manera cómo el ser humano va haciéndose persona es indisociable del proceso de ir “haciéndose” la representación de su cuerpo, representación que en sí misma incorpora esa relación humanizante, incluye a ese otro, que le está permitiendo madurar».
En ese sentido, la formación en técnicas innovadoras como la psicomotricidad Aucouturier es esencial para los propios educadores, de modo que puedan poner en práctica su conocimiento, en beneficio del desarrollo de los más pequeños.
