Rosa María Peris Sirvent
La mediación en conflictos y la promoción del bienestar ofrecen oportunidades de desarrollo profesional permanente en los centros de enseñanza. La formación es esencial para mantenerse siempre actualizado y adaptarse a la nueva normativa.
El coordinador de bienestar y protección del alumnado es una figura relativamente nueva en el ámbito educativo, introducida por la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) y la Ley de Educación (LOMLOE). Esta figura aporta varios beneficios a la comunidad educativa que antes no existían y que en algunos espacios educativos todavía se desconocen.
UNIR cuenta con el Máster de Coordinación de Bienestar y Protección del Alumnado para acompañar a los profesionales que podrían ser esos coordinadores o que están ejerciendo otros perfiles similares en los centros educativos, contribuyendo a crear un entorno seguro y positivo para todos.
Funciones más destacadas
Algunos de los atributos más importantes del trabajo de un coordinador de bienestar y protección del alumnado son:
- Prevención de la violencia: Desarrollar y aplicar programas y estrategias para prevenir la violencia y el acoso escolar.
- Detección temprana: Identificar señales de riesgo y situaciones de violencia o acoso, y actuar de manera proactiva para abordarlas.
- Intervención y seguimiento: Coordinar la intervención en casos de violencia o acoso, asegurando que se tomen las medidas adecuadas y se haga un seguimiento continuo de los casos.
- Formación y sensibilización: Organizar y llevar a cabo actividades de formación y sensibilización para el personal educativo, el alumnado y las familias sobre temas de bienestar y protección.
- Coordinación con entidades externas: Colaborar con servicios sociales, sanitarios, judiciales y otras entidades para asegurar una respuesta integral y coordinada ante situaciones de riesgo.
- Elaboración de protocolos: Desarrollar y actualizar protocolos de actuación ante situaciones de violencia y acoso, asegurando que todos los miembros de la comunidad educativa conozcan y sigan estos procedimientos.
- Apoyo psicológico y emocional: Proporcionar apoyo psicológico y emocional a los estudiantes que lo necesiten, ya sea directamente o a través de la derivación a profesionales especializados.
- Promoción de la convivencia: Fomentar un clima escolar positivo y de respeto, promoviendo valores de convivencia y buen trato entre todos los miembros de la comunidad educativa.
- Coordinación con familias y profesionales: Trabaja en colaboración con las familias y otros profesionales (psicólogos, orientadores, trabajadores sociales) para abordar de manera integral las necesidades de los estudiantes.
Estas responsabilidades permiten al coordinador de bienestar y protección del alumnado actuar de manera integral y efectiva para asegurar un entorno educativo seguro y saludable.
La implementación de esta figura supone un gran impacto en la comunidad educativa:
- Estudiantes: se sienten más seguros y apoyados, lo que favorece su desarrollo emocional y académico.
- Profesores: reciben apoyo en la gestión de situaciones conflictivas y en la promoción de un ambiente de aula positivo.
- Familias: tienen un punto de contacto claro para abordar preocupaciones sobre el bienestar de sus hijos.
- Centro Educativo: mejora su reputación y eficacia en la gestión del bienestar y la protección de su alumnado.
Se podría decir que este profesional introduce una capa adicional de seguridad y apoyo que antes no existía, enfocándose en la prevención, detección y respuesta ante situaciones de violencia y acoso, y promoviendo un entorno educativo más seguro y respetuoso.
Diferencias principales
Ya existían en los centros otras figuras con cometidos similares, como los coordinadores de convivencia, igualdad, el departamento de orientación y el psicólogo escolar, con roles y responsabilidades específicas dentro de la comunidad educativa, aunque pueden tener áreas de solapamiento, las diferencias principales que con el coordinador de bienestar y protección del alumnado serían:
- Ámbito de actuación: Cada figura tiene un ámbito de actuación específico (bienestar y protección, convivencia, orientación académica, igualdad de género).
- Responsabilidades: Las responsabilidades varían según el enfoque principal de cada rol.
- Objetivos: Aunque todos buscan mejorar el entorno educativo, cada uno tiene objetivos específicos relacionados con su área de especialización.
Si analizamos el rol de cada uno de esos perfiles, comprobamos que tienen un objetivo común: el desarrollo personal y el bienestar de los estudiantes mediante la convivencia pacífica. Por ejemplo, el coordinador de bienestar y protección del alumnado tiene como objetivo garantizar un entorno seguro y saludable para los estudiantes; el coordinador de convivencia, mejorar la convivencia escolar y reducir los conflictos; el coordinador de igualdad fomenta un entorno educativo inclusivo y equitativo; y el orientador del centro, tiene la misión principal de facilitar el desarrollo integral de los estudiantes y apoyar su proceso educativo.
Tareas singulares
Aunque todas estas figuras trabajan de manera complementaria para crear un entorno educativo seguro e inclusivo, para identificar y apoyar a los estudiantes en riesgo y propiciar su desarrollo integral, le corresponde directamente al coordinador de bienestar y protección del alumnado implementar programas de prevención, detectar y actuar ante situaciones de riesgo, coordinar con entidades externas, y proporcionar una red de apoyo psicológico y emocional más amplia.
La formación necesaria para este profesional puede variar según el contexto y el país, pero generalmente incluye una combinación de habilidades técnicas y blandas para desempeñar su rol de manera efectiva. Para preparar a la persona que llevará a cabo esta labor, se le debe proporcionar formación específica sobre temas como la gestión de crisis, la mediación en conflictos y la promoción del bienestar, ofreciéndole oportunidades de desarrollo profesional continuo para mantenerle siempre actualizado en las mejores prácticas y las nuevas normativas.
(*) Rosa María Peris Sirvent es la directora del Máster en Acompañamiento Educativo de UNIR. Dirección de Centros Educativos (1991-2009). Asesora de proyectos educativos en distintos países latinoamericanos, Italia y Bélgica.
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