Patricia Solís García
Este fenómeno se refiere a la ansiedad que siente una persona al pensar que está perdiéndose una actividad divertida que están teniendo otros. Patricia Solís, directora académica del Máster en Atención Educativa en Conductas Adictivas en Niños y Adolescentes de UNIR, profundiza en esta anomalía.
El síndrome FOMO, acrónimo en inglés de “Fear of Missing Out”, puede generar una presión social para participar en eventos o actividades que no son realmente importantes o necesarias para uno, y puede afectar a la toma de decisiones y al bienestar emocional.
El síndrome FOMO se ha vuelto cada vez más común con el auge de las redes sociales y la cultura de la comparación constante en línea, germen de conductas adictivas. Se ha relacionado este síndrome con la adicción a Internet y con un uso problemático de Facebook, ya que esta plataforma fue pionera en integrar las notificaciones de actividad de otros usuarios, así como las reacciones a estas, como una parte fundamental de la interacción social (Dempsey et al., 2019). El usuario siente la necesidad de estar conectado y utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y las Redes Sociales (RRSS) para seguir las publicaciones de sus amigos, familiares y conocidos en diferentes perfiles virtuales, como Facebook, Twitter e Instagram, y ver cómo les está yendo.
¿Cuáles son las características del síndrome FOMO? ¿Cómo afectan las redes sociales a la sociedad?
Las características del síndrome FOMO incluyen:
- Una constante necesidad de estar conectado y actualizado en las redes sociales y la tecnología.
- Una sensación de ansiedad o miedo a perderse algo importante que otros están experimentando.
- Una tendencia a compararse con los demás y a sentirse inferior si no se está involucrado en las mismas actividades o eventos.
- Dificultad para desconectar de la tecnología, incluso cuando no es necesario estar conectado.
- Sentimientos de estrés y agotamiento emocional debido a la presión constante de estar al tanto de todo lo que sucede en las redes sociales y en la vida de los demás.
- Tomar decisiones impulsivas para participar en eventos o actividades, incluso si no son importantes o necesarias.
- Una sensación de vacío o insatisfacción, incluso después de participar en eventos o actividades.
No hay cifras precisas sobre la prevalencia del síndrome FOMO, pero se cree que es una experiencia común en la sociedad actual, especialmente entre los jóvenes y los usuarios frecuentes de las redes sociales. Algunos estudios sugieren que hasta el 70% de los adultos jóvenes experimentan FOMO en cierta medida. Además, el uso excesivo de las redes sociales y la dependencia de la tecnología pueden aumentar el riesgo de desarrollar este síndrome.
¿Abusamos de las redes sociales? ¿Existe un problema real de adicción al móvil en la sociedad?
En este sentido, Facebook llevó a cabo una encuesta entre más de 2.000 adultos en los Estados Unidos para indagar sobre su adicción al móvil. Los resultados mostraron que un poco más de la mitad (56%) experimentaba miedo a perderse eventos, noticias y actualizaciones importantes de estado. Según los datos recopilados por el estudio “¿Estamos hiperconectados?” de IKEA (2018), el 32% de los jóvenes entre 18 y 24 años de nuestro país admite tener dificultades para desconectar de las redes sociales durante las vacaciones, y desearían tener la capacidad de hacerlo para dedicar ese tiempo a otras actividades. Asimismo, los jóvenes menores de 25 años consultan la pantalla de su teléfono móvil cada 7 minutos y el 75% de ellos regresaría a casa para recuperar su dispositivo si lo olvidara.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el FOMO no es un trastorno clínico reconocido y no siempre es un problema grave, aunque puede afectar la calidad de vida de algunas personas.
¿Cómo se puede resolver este síndrome vinculado a la adicción a Internet?
Este fenómeno puede manifestarse físicamente de diferentes maneras en cada persona, pero algunas de las formas más comunes asociadas a ansiedad incluyen dificultades para dormir, dolores de cabeza y tensión muscular, sudoración y palpitaciones y fatiga. No obstante, es importante tener en cuenta que la ansiedad y el miedo asociados al síndrome FOMO pueden variar en su intensidad y duración.
El síndrome de FOMO puede ser difícil de superar e incluso requerir ayuda profesional específica, pero hay algunas estrategias que pueden ayudar a prevenir o disminuir sus efectos sin tener que vivir sin redes sociales o cortar con ellas de forma radical:
- Establecer límites de tiempo: establecer un límite de tiempo diario para el uso de las redes sociales y adherirse a él puede ayudar a reducir la cantidad de tiempo que se pasa en línea y limitar las oportunidades de comparación social.
- Hacer una pausa en el uso de las redes sociales: tomar un descanso de las redes sociales puede ayudar a reducir la ansiedad y la presión de estar constantemente conectado (desconectar para volver a conectar).
- Desactivar las notificaciones: desactivar las notificaciones de las redes sociales puede ayudar a reducir la frecuencia con la que se revisan las aplicaciones.
- Enfocarse en la vida real: enfocarse en las actividades y relaciones fuera de las redes sociales puede ayudar a reducir la dependencia de ellas.
Pero, ¿realmente nos perdemos algo si no estamos en alguna red social? Es decir, ¿está justificado este fenómeno? En realidad, no nos perdemos nada importante si no estamos en alguna red social. Las redes sociales pueden ser útiles para conectarnos con amigos y familiares, mantenernos informados sobre eventos y noticias importantes, y compartir nuestros intereses y pasatiempos con otros. Sin embargo, la mayoría de la información en las redes sociales no es esencial o crítica para nuestra vida diaria.
La mayoría de las experiencias en las redes sociales no son necesarias para nuestra felicidad y bienestar. De hecho, es más importante centrarnos en nuestras relaciones y experiencias en la vida real, en lugar de estar constantemente conectados en línea. Es importante enfocarse en lo que se tiene en lugar de en lo que se está perdiendo. Esto puede ayudar a reducir la ansiedad y la presión de estar constantemente conectado y comparándose con los demás.
Las empresas de social media, ¿deberían tomar medidas para paliar el síndrome de FOMO y la adición a la redes sociales?
Las empresas de redes sociales tienen una responsabilidad ética y social para controlar los efectos perniciosos en sus usuarios y hacer todo lo posible para garantizar su bienestar y seguridad en la plataforma. Algunos de los efectos negativos de las redes sociales que pueden afectar a los usuarios incluyen la exposición a contenido inapropiado o dañino, el acoso en línea, la adicción a la tecnología y la desinformación. Estos problemas pueden tener consecuencias graves en la salud mental, la privacidad y la seguridad de los usuarios.
Por ello, se han ido implementado medidas para mitigar la adicción a las redes sociales, como la eliminación de contenido inapropiado, la implementación de herramientas de denuncia y la promoción de la educación online sobre la seguridad en la plataforma. Sin embargo, es necesario continuar trabajando estos aspectos bajo la supervisión de expertos en salud mental y tecnología para desarrollar nuevas estrategias y herramientas para garantizar la seguridad y el bienestar de los usuarios. Los educadores también debemos implicarnos en la creación de un entorno más seguro y saludable para todos los niños y adolescentes usuarios de redes sociales.
Referencias
- Dempsey, A. E., O’Brien, K. D., Tiamiyu, M. F., & Elhai, J. D. (2019). Fear of missing out (FOMO) and rumination mediate relations between social anxiety and problematic Facebook use. Addictive Behaviors Reports, 9, 100150. https://doi.org/10.1016/j.abrep.2018.100150
- IKEA. (2018). ¿Estamos hiperconectados?
*Patricia Solís García es directora académica del Máster Universitario en Atención Educativa en Conductas Adictivas en Niños y Adolescentes de UNIR.