Ana Madrigal Nieto
Profundizamos en esta disciplina, sus ámbitos de trabajo y cómo llevarla a cabo para que ayude a la preparación de la lectura y la escritura en los más pequeños.
La Federación de Asociaciones de Psicomotricistas del Estado Español (FAPee) es la encargada de concretar qué es la psicomotricidad infantil. Le define como una disciplina que se ocupa de la interacción que se establece entre el conocimiento, la emoción, el cuerpo y el movimiento en el caso concreto de los niños. La psicomotricidad es importante para el desarrollo de la persona y, además, afecta a su capacidad para expresarse y relacionarse en un contexto social.
Analizamos, por tanto, cómo trabajamos desde el nacimiento con todo nuestro cuerpo de forma integrativa: cabeza, corazón y movimiento. Partiendo de esta concepción, se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación en los ámbitos: preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. En el Experto Universitario en Psicomotricidad y Neuromotricidad se abordan todos estos ámbitos, centrándose en los tres primeros.
En el aula de psicomotricidad, en una escuela inclusiva, se pueden trabajar con las diferentes formas con tal de atender a cada alumno según si necesita prevención, educación o reeducación.
Ámbito preventivo
Desde el ámbito preventivo de la psicomotricidad infantil, trabajamos y preparamos para la lectura y escritura. Esta es la mejor forma de iniciar la prelectura y escritura, con ejercicios de psicomotricidad por medio del movimiento.
De esta manera, nuestro cerebro crea conexiones neurológicas que le ayudarán a madurar de forma sólida y estable. De este modo, se previenen posibles dificultades.
Esto se realiza por medio de los patrones básicos de psicomotricidad: arrastre, gateo, volteo, andar y correr.
Ámbito educativo
La psicomotricidad desde el ámbito educativo nos ayuda en la comprensión, identificación y expresión de nuestras emociones, junto al control de nuestro comportamiento.
El ambiente que se crea es distendido y divertido a la vez que educativo. También se trabaja mediante actividades óculo-manuales y espacios temporales para entrenar la prelectura y escritura. Reforzamos esto afianzando la lateralidad.
La forma de llevarlo a cabo es por medio de ejercicios sencillos de movimiento, audición, música, teatro…
Ámbito reeducativo
Desde el ámbito reeducativo reforzaremos estos aprendizajes en niños con dificultades en una clase en la que saldremos al paso de las necesidades especiales de cada niño, acoplándonos a sus ritmos y necesidades dentro de la misma aula.
El desarrollo de la psicomotricidad infantil
Da Fonseca (1979) destaca la importancia de la motricidad como elemento imprescindible para el acceso a los procesos superiores del pensamiento.
- El desarrollo de la psicomotricidad infantil se inicia con la inteligencia neuromotora, donde predominan las conductas innatas y la organización tónico-emocional.
- Continúa con la inteligencia sensomotriz, entre los dos y los seis años, que se corresponde con las conductas motrices de locomoción, prensión y suspensión.
- A ella le sigue la inteligencia perceptomotriz, en donde se adquiere la noción del cuerpo, la lateralidad y la organización espacio-temporal, que abarca de los seis a los doce años.
- Termina el proceso con la inteligencia psicomotriz, superadora e integradora de todas las fases precedentes, que permite la acción en el mundo.
En Infantil se trabaja con actividades desde los patrones básicos de psicomotricidad a ejercicios musicales, de relajación, atención, espaciotemporales, óculo-manuales… Todo ello, nos ayudará a la preparación de la lectura y escritura, ya que no podemos olvidar que quien habla, escribe, llora y ríe es mi cerebro.