Alfonso Basallo
La ortografía es la gran asignatura pendiente de los escolares españoles, junto con la comprensión lectora y las matemáticas, como recogen los informes PISA. Los alumnos de 11 años cometen de media una falta de ortografía por cada 16 palabras escritas, según estudios realizados en centros de la Comunidad de Madrid. Y en algunas oposiciones ya ni siquiera se exige la prueba ortográfica, como las que convoca Interior para ser policía.
La pérdida de hábitos de lectura y de escritura de los jóvenes en las últimas décadas, la influencia del inglés y la del lenguaje de los móviles y redes sociales han influido en el aumento de las faltas de ortografía.
Pero ¿tan importante es usar correctamente las “h”, las “v” y las “b” y poner las comas en su sitio?, ¿es justo que un alumno suspenda por ortografía, si luego algunas oposiciones no la tienen en cuenta para evaluar?
La profesora Teresa Santa María, doctora en Filología Española y coordinadora académica del Máster en Didáctica de la Lengua en Secundaria online de UNIR, aporta siete argumentos sobre el valor intrínseco de la ortografía y la necesidad de evaluar su aprendizaje en el currículo de los escolares.
Son éstos:
1. La ortografía sirve para entenderse. Es la razón principal. Los acentos o la distinción entre ‘b’ y ‘v’ no son un capricho. Obedecen a una lógica. ¿Cómo saber cuándo estamos ante un sustantivo (pérdida) o un adjetivo (perdida) sino fuera por la tilde?, ¿cómo distinguir una baca (maletero de un coche) y una vaca si no fuera por la diferente grafía?, ¿cómo diferenciar una cana y una caña si no fuera por la letra “ñ”? Como decía Fernando Lázaro Carreter “la ortografía no es una sopa de letras”. Tiene un sentido.
2. Preserva el legado del español.- Descuidar la ortografía termina arruinando una lengua, al distorsionarla. Y el castellano es el patrimonio de 572 millones de hablantes en todo el mundo, con una gramática fijada desde hace cinco siglos (1492), por Antonio Nebrija. Si no se unifican los criterios ortográficos –como hace la Real Academia- la lengua se convierte en una Torre de Babel, como ocurrió con el latín, que terminó derivando en otras lenguas porque se hablaba de forma distinta en cada zona del Imperio Romano.
3. Es un bien social e incluso económico.- La ortografía es un bien social -como señala la RAE-, soporte del sentimiento de comunidad lingüística y cultural entre la veintena de países que hablan el castellano. Y eso tiene también implicaciones económicas nada desdeñables.
Dice mucho de la persona porque demuestra que conoce las reglas del juego y las cumple
4. Define a la persona. Como el cuidado en el vestir o la buena educación. Indica no sólo sus conocimientos, su formación o su nivel de instrucción, sino también su buen gusto. Dice mucho de la persona porque demuestra que conoce las reglas del juego y las cumple.
5. Abre puertas profesionales y laborales. La mala ortografía puede penalizar un curriculum, por muchos méritos académicos y profesionales que exhiba el candidato, porque indica bajo nivel y descuido.
6. Es imprescindible aprender las reglas, porque los correctores online fallan. Los correctores ortográficos son un arma de doble filo, porque es fácil bajar la guardia y endosarle toda la responsabilidad del buen uso de la lengua, y está demostrado que no siempre son infalibles.
7. Y no hay excusa… ahora es más fácil aprenderla. En los viejos manuales resultaba árido aprenderse las reglas de ortografía. Pero las nuevas tecnologías han facilitado las cosas. En Internet existen recursos lúdicos como la ortografía divertida de Symbaloo, pensada para escolares; productos digitales, con formato de comic, como el calendario de Don Pardino, que tiene más de 9.000 seguidores en Twitter; las reglas explicadas en imágenes como hace el Diccionario ortográfico visual; y hasta una “Tabla periódica” de faltas más comunes en español, elaborada por el lingüista Juan Romeu.