María Rebeca Arias Calero
El ingenio es esencial en la formación personalizada, permitiendo a los docentes adaptar sus métodos a las necesidades individuales de los alumnos y fomentar un aprendizaje significativo y dinámico.

El término creatividad suele suscitar diferentes ideas entre los docentes ya que es un campo muy extenso que conlleva una fuente inagotable de preguntas. A pesar de todas las cuestiones que podemos hacernos frente a este tema, como señala De la Torre (1982), no se dispone de una definición única. “se trata de un concepto adaptable, dinámico y no cerrado al cambio”.
Los autores Marín y De la Torre (1991) señalan que la creatividad ha pasado de ser un atributo individual de la persona a un hecho social que aporta un bien a nuestra sociedad. Este cambio de percepción que señalan estos autores, también incluye al campo de la docencia, ya que se nos pide, desde las distintas leyes educativa, fomentar la creatividad en el aula.
Teniendo en cuenta lo afirmado anteriormente, puedo plantearme la siguiente pregunta: “¿puedo enseñar la creatividad?” La respuesta claramente es no. No se puede enseñar a ser creativo como tal. No se puede enseñar como que dos más dos es igual a cuatro ya que la creatividad escapa de esa lógica racional. Sin embargo, como docente, puedo estimularla, fomentarla, crear un ambiente adecuado que la propicie, preparar actividades que susciten o despierten el ingenio en nuestros alumnos.
El docente como alumno
Dentro del Máster Universitario en Métodos de Enseñanza en Educación Personalizada, en la asignatura Escuelas Creativas: Innovación Docente, tenemos en cuenta las ideas de diferentes pedagogos y corrientes actuales que indican la suma importancia que hay que otorgar al ritmo y a la evolución del alumno.
Todos los docentes somos conscientes de que en nuestras aulas tenemos diferentes ritmos de aprendizaje, diferentes formas de aprender y no tiene lógica que “obliguemos” a los alumnos a ir todos a la vez. Debemos tener en cuenta las necesidades de cada alumno; cómo entiende mejor los conceptos, por ejemplo, por medio de la manipulación, de lo pictórico, del juego, etc.; y cómo aprende mejor, por ejemplo, un resumen, un visual thinking o un mapa conceptual.
Este es un concepto importante. En la escuela tradicional, el alumno se tenía que hacer al docente y a su forma de enseñar, sin salirse de la norma. En las escuelas del siglo XXI, es el docente quien debe hacerse al niño, a su forma de aprender y a su ritmo de aprendizaje.
Entornos reales
Para conseguir ayudar de forma personalizada a cada alumno, han surgido diferentes metodologías que estudiamos en este máster, que dan mucha importancia a la creatividad y ayudan a respetar el ritmo de aprendizaje del alumno. En concreto, me gustaría hacer mención a dos formas de aprender.
Por un lado, el Sistema Amara Berri, el cual comienza a crearse en 1972. Este sistema tiene muchas cuestiones novedosas, pero, especialmente, el trabajo por contextos, donde el niño puede experimentar, desarrollar y valorar el trabajo en equipo.
A grandes rasgos podemos afirmar que un contexto es un espacio del aula, donde se propicia un entorno real, físico, de situación, de vida y de relación. Por ejemplo, el contexto mercado, donde hay realmente un mercado en el aula y nos ayuda a trabajar aspectos de la vida diaria. También es reseñable considerar que los contextos son estables, sociables y complementarios.
Rincones educativos
Por otro lado, los rincones que se habitualmente se trabajan en Educación Infantil, pero que pueden ser adaptados a niveles superiores. La construcción de espacios diferenciados no es algo nuevo: desde Montessori, hasta Freinet, Piaget, etc. los talleres y rincones, son algo que se considera beneficioso para el alumno.
Si nos detenemos en algunos de los objetivos generales del trabajo por rincones, podemos ver que es un método que podemos llevar a otros niveles superiores de educación:
- Favorecer el desarrollo global del niño/a.
- Facilitar la actividad mental y la toma de decisiones.
- Fomentar aprendizajes significativos, con actividades que el niño/a las perciba como útiles.
- Estimular y dejar que desarrollen su creatividad, investigación, etc.
Por lo tanto, los rincones no deben ser exclusivamente de educación infantil. Se pueden trabajar en primaria, en secundaria y en diferentes ciclos. Y podemos trabajarlo dentro de una misma asignatura, ofreciendo diferentes actividades dentro del área de ciencias, de matemáticas, del lenguaje, etc.
Cambio de creencias
Como conclusión es esencial considerar que, para trabajar forma diferente en el aula, fomentado la creatividad, es necesario que en el docente se produzca un cambio de creencias ya que, si su forma de ver la educación y a los alumnos no cambia, es bastante improbable que introduzca cambios en su aula que merezcan la pena y que tengan sentido.
Referencias bibliográficas
Anaut, L. (2004). Sobre el Sistema Amara Berri. Gobierno Vasco.
Marín, R. y De la Torre, S. (1991). Manual de la creatividad. Aplicaciones educativas. Vicens Vives.
- Facultad de Educación