La prevención y gestión adecuada de los conflictos entre estudiantes o alumnos y docentes identifica de manera temprana casos de bullying y logra mantener un mejor clima de convivencia.
Más allá de saber transmitir conocimientos, saber gestionar los conflictos que puedan surgir en el aula debe ser un objetivo primordial para cualquier docente. En este sentido, es importante conocer los diferentes tipos de conflictos, cómo anticiparse a ellos y, en caso de que surjan, saber abordarlos de la forma más equitativa posible.
En la escuela tienen lugar múltiples relaciones sociales que se dan entre estudiantes y profesores con edades, circunstancias personales y caracteres muy diversos. Por eso, entra dentro de la normalidad que pueda surgir algún tipo de conflicto. Contar con perfiles que sepan cómo gestionar y abordar estos conflictos escolares de la forma más eficaz es una ventaja con la que todo centro debería contar. Al respecto, el curso de Experto Universitario en Convivencia y Acoso Escolar de UNIR forma a los profesionales con tal de mejorar el clima educativo, prevenir y combatir estas situaciones conflictivas.
¿Qué entendemos por conflicto?
Un conflicto es una situación en la cual dos o más personas con intereses distintos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas. El conflicto no tiene por qué conllevar violencia siempre, ya que es un comportamiento evitable. No obstante, existen diferentes tipos de conflictos en el aula y alguno de ellos sí tienen esa connotación negativa.
La responsabilidad de gestionar estas situaciones en clase recae sobre los implicados, pero más concretamente sobre los docentes. Estos profesionales de la educación deberán proveerse de las herramientas clave para saber cómo actuar y orientar el conflicto hacia su solución sin consecuencias graves.
Una herramienta útil a disposición del profesorado es el plan de convivencia, el cual recoge las normas a seguir en el centro para actuar frente a este tipo de situaciones y lograr su resolución. El programa marca los objetivos y actuaciones encaminados a establecer relaciones pacíficas dentro del aula.
Tipo de conflictos en el aula
Los conflictos escolares pueden englobar la confrontación entre iguales, es decir, entre los propios alumnos, o también entre estudiantes y docentes. Es fundamental una gestión adecuada de los mismos para que no alcancen una dimensión mayor y acaben en situaciones de bullying.
Los tipos de conflictos escolares se clasifican en tres grupos:
Conflictos comunes
Son problemas que surgen de manera habitual y no tienen un alto impacto social. Pueden ser: incumplimiento de normas, faltas de respeto, destrozo de material, absentismo escolar, etc. En esta tipología se incluye el maltrato verbal, que recoge los insultos, las burlas y otras faltas de respeto verbales.
Ante estas acciones el docente deberá actuar con diligencia para encontrar una solución y evitar que se sigan produciendo estos conflictos por muy leves que resulten.
Conductas disruptivas en el aula
Hace referencia al clima constante de conflictividad en el aula provocado por uno o varios alumnos que presentan problemas conductuales, ya sea por causas personales, sociales, académicas o médicas y que impiden el normal desarrollo de los procesos educativos.
El alumno conflictivo puede emplear técnicas de exclusión social hacia otros compañeros, como, por ejemplo, haciéndoles el vacío.
Conductas antisociales
Este tipo de conflicto escolar se refiere a los denominados como graves o muy graves, es decir, donde existe maltrato físico y violencia. Normalmente este tipo de problemas exceden al ámbito educativo y tienen lugar en otros entornos sociales. Por ejemplo, peleas a la salida del centro.
Hay que tener en cuenta que cualquier tipo de maltrato psicológico, verbal o físico que se produce en el centro educativo de forma reiterada es considerado acoso escolar. Lo que constituye uno de los conflictos más comunes en las aulas y se puede combatir con educación y una intervención eficaz.
¿Cómo resolver los conflictos en el aula?
Los protocolos de gestión para solucionar conflictos que puedan surgir en el aula deberían estar dirigidos por los docentes o profesionales educativos (orientadores, psicólogos, pedagogos…) que estén siendo testigos del clima de conflictividad generado en clase.
Escucha activa y mediación
En primer lugar, se recomienda escuchar activamente a todas las partes implicadas, para tener una imagen representativa fiel del problema que causa esa conflictividad. El profesor o la persona que interviene en esta resolución ha de actuar como un mediador, por lo que ha de ser imparcial.
El siguiente paso consiste en poner en situación a las partes enfrentadas, para que cada una de ellas exponga su punto de vista y así se escuchen activamente y se enteren con claridad de la versión de cada una. El objetivo de esta fase es compartir el problema.
El mediador, en el tercer paso, ha de clarificar las ideas expuestas y facilitar un acuerdo entre las personas en conflicto. Si estas no son capaces de aportar nada, el mediador puede ayudar a alcanzar alguna solución posible.
La fase final es el acuerdo conseguido por las partes en conflicto y meditar sobre ello para evitar que vuelva a suceder.
Coordinación con el profesorado
Se ha de mantener también una correcta coordinación con el conjunto del profesorado para definir una estrategia común frente al origen del conflicto y, si es necesario, buscar apoyo en la familia del estudiante que genera este malestar general. Así, se trabajará en grupo para alcanzar una solución a esta situación.
Educación del alumnado
Además de la resolución de conflictos a través de la mediación, hay que complementar esta práctica con la educación de los alumnos. Es importante promover en clase relaciones de solidaridad y cuidado mutuo entre estudiantes.
Para la prevención de conflictos escolares es recomendable emplear ciertas prácticas con los alumnos como, por ejemplo:
- Generar un buen ambiente en clase.
- Aplicar refuerzos positivos ante conductas positivas
- Fomentar el diálogo.
- Mejorar las habilidades comunicativas.
- Preparar a los alumnos en la gestión de conflictos.
- Usar técnicas de trabajos colaborativos y de participación.
De esta forma, el alumnado aprenderá y crecerá con una base educativa focalizada en el respeto y tolerancia hacia los demás y estará más lejos de crear situaciones conflictivas en el aula.