Te explicamos qué es el TDAH: trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Este trastorno se suele detectar durante la niñez y puede perdurar hasta la edad adulta.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños, siendo uno de los trastornos neuroconductuales más comunes en la niñez. Sin embargo, existen diferentes tipos de TDAH que es necesario conocer, puesto que sus síntomas y características, así como su tratamiento, pueden ser diferentes. Para conocerlos a fondo y especializarse en este campo, los cursos de Experto Universitario en TDAH y de Experto en Trastorno del Espectro Autista de UNIR pueden ser una excelente opción para los profesionales del sector sanitario y educativo, cuyas funciones resultan fundamentales para el correcto desarrollo de las personas con TDAH.
Definición de TDAH
El TDAH es una alteración neurobiológica que provoca alteraciones en el aprendizaje y en el comportamiento de los niños. Esta condición afecta a la capacidad de concentración, dificulta poder estarse quieto o pensar antes de actuar, pero también puede afectar a otras habilidades como el control de las emociones.
Los síntomas más habituales son la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad, aunque hay matices en los distintos tipos de TDAH existentes. Con TDAH, los síntomas más comunes son:
- Dificultades para prestar atención
- Soñar despierto muy a menudo
- Dar la sensación de no escuchar a los demás
- Distraerse fácilmente al hacer las tareas o jugar
- Ser olvidadizo
- Estar siempre en movimiento, inquieto o ser incapaz de permanecer sentado
- Hablar demasiado
- Incapacidad para jugar sin hacer ruido
- Interrumpir a los demás
- Tener problemas para esperar su turno
También puede manifestarse durante la edad adulta. En este caso, ¿qué siente una persona con TDAH? Una tensión interna y una incapacidad para relajarse que solo se puede calmar mediante actividades muy estimulantes.
Tipos de TDAH: síntomas y características
Existen tres tipos de TDAH, cada uno de los cuales presenta una serie de síntomas y características propios.
TDAH inatento
El TDAH inatento es un tipo de trastorno que presentan quienes tienen, principalmente, dificultad para prestar atención. Se conoce también como trastorno de déficit de atención sin hiperactividad, pues este problema y la impulsividad no suelen aparecer.
Este tipo de TDAH puede pasar desapercibido porque puede confundirse con timidez, ya que no existen problemas de conducta significativos. Los niños que lo padecen no hacen ruido en clase o saltan en el sofá sino que parecen ‘estar en su propio mundo’, son olvidadizos, pierden cosas, se distraen con facilidad y les cuesta seguir instrucciones largas, por lo que les ocasiona muchas dificultades en el día a día.
TDAH hiperactivo
El TDAH hiperactivo o trastorno de déficit de atención con hiperactividad es el que padecen los niños que no se pueden estar quietos, interrumpen conversaciones, hablan sin parar, no saben esperar su turno, responden antes de que termines de hacerles una pregunta o se meten en líos porque no piensan antes de actuar.
No es que estos niños con trastorno de hiperactividad sean desobedientes sino que les cuesta seguir las reglas porque su cerebro tiene dificultades para controlar esos impulsos. A veces, aunque parezca que no prestan atención, lo están haciendo, pero de una manera diferente.
TDAH combinado
El tercero de los tipos de TDAH es el combinado. En este caso, se dan problemas tanto de hiperactividad e impulsividad como de falta de atención. Es la forma más común de TDAH y la que más retos plantea en cuanto a tratamiento. Sin embargo, con la ayuda adecuada, es posible enseñar a estos niños a manejar estos síntomas. Además, es posible que, según se aproximen a la adolescencia, los problemas de hiperactividad e impulsividad vayan disminuyendo gradualmente.
Tratamiento del trastorno por déficit de atención TDAH
El TDAH es uno de los problemas psiquiátricos más habituales en la infancia y la causa más común de consulta en psiquiatría infantil. Es más frecuente en niños que en niñas y suele ocasionar problemas de interacción social y rendimiento escolar.
La buena noticia es que se puede tratar y existen diferentes opciones de tratamiento:
- Terapia conductual (que incluye capacitación para los padres)
- Medicamentos
- Adaptaciones e intervenciones en la escuela
En la mayoría de los casos, la mejor forma de tratamiento del TDAH es la combinación de terapia conductual con medicamentos, pero esto dependerá de cada niño y de los niveles de TDAH. De hecho, el tratamiento se irá ajustando a sus necesidades gracias al seguimiento continuo a lo largo del proceso.
Relación entre el TDAH y otras patologías
Se desconocen las causas del TDAH, aunque ciertos estudios recientes indican que existe un importante componente genético en su aparición. El ambiente familiar y el entorno social pueden ser otros factores de riesgo, pero no necesariamente.
No obstante, pese a que no están claras las causas del TDAH, sí se ha comprobado que los niños que lo padecen suelen ser más propensos a tener otras afecciones coexistentes, como:
- Trastorno de oposición desafiante
- Trastorno de conducta
- Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo
- Discapacidades de aprendizaje
- Trastornos por abuso de sustancias
- Trastornos de ansiedad
- Trastornos del estado de ánimo
- Trastorno del espectro autista
- Tic nervioso o síndrome de Tourette
Para reducir el riesgo de aparición del TDAH en niños, se pueden tomar medidas de prevención como: evitar hábitos dañinos durante el embarazo (alcohol, tabaco, drogas), evitar la exposición de los menores a contaminantes y toxinas y limitar el tiempo de uso de las pantallas (aunque esto no se ha comprobado todavía, hay que ser prudentes con la exposición excesiva a televisión, tablets, teléfonos móviles o videojuegos en los primeros años de vida).